Según datos del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), del total de árbitros designados en asuntos del CIADI en 2022, las mujeres representaron solo el 23 % de los nombramientos. En 2021 representaron el 27 % y en 2020 el 23 %. Los nombramientos realizados por los coárbitros fueron 40 % mujeres y 60 % hombres; los nombramientos realizados por el CIADI fueron 37 % mujeres y 63 % hombres, y los nombramientos realizados de manera conjunta por las partes fueron 32 % mujeres y 68 % hombres.
Con este contexto, la Asociación Latinoamericana de Arbitraje (ALArb) anunció que para 2024 tendría una presidenta en su directorio: María Inés Corrá.
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El perfil profesional de la nueva presidenta de ALArb
Corrá es socia y codirectora de la práctica de derecho administrativo, regulación económica y arbitraje internacional de la firma argentina Bomchil, es presidenta de la Comisión de Arbitraje de la International Chamber of Commerce (ICC) de Argentina y cuenta con poco más de 20 años de experiencia en arbitrajes comerciales, de construcción y de inversión complejos, relacionados con asuntos regulatorios, de derecho público y privado. Con tal trayectoria, ¿cómo asume los cambios de la práctica en su ejercicio?
“Antes la práctica del arbitraje internacional tenía un gran componente de Common Law. Hoy, en cambio, se busca una mixtura con el Civil Law, producto de varias incidencias del mercado global. Si bien esto me exigió una lectura legal distinta a la que tenía desde el derecho público o el litigio local, lejos de ser un problema o una dificultad que me retrasara, ¡me pareció apasionante! El que estudió Civil Law aprende sobre Common Law y viceversa, eso, al final del día, es un valor adquirido para cualquier profesional”.
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Uno de los aspectos más llamativos del desarrollo profesional de Corrá es que ingresó en este nicho sin mucha planificación previa: al ser especialista en derecho administrativo y regulación económica e impulsada por las demandas de la coyuntura en Argentina —privatizaciones, reclamos internacionales y medidas de transformación económica que tuvieron lugar durante la crisis que detonó en 2001— decidió iniciarse en el mundo del arbitraje.
"Cuando comencé a trabajar en esta área no habían despachos o abogados individuales que atendieran casos de arbitrajes, fue un momento ideal para desarrollar experticia en algo nuevo. Comenzar en arbitraje implicó muchos retos, no solo se trataba de trabajar en temas nuevos, sino también en un idioma distinto (inglés) y me encantó afrontar cada uno de ellos".
Hoy, con su trabajo Corrá no solo se ha ganado un espacio dentro de la comunidad arbitral internacional como un referente, sino que también ha sido reconocida como una impulsora de la reducción de la brecha de género en esta rama del derecho; la abogada es una de las fundadoras del comité ejecutivo de Woman Way in Arbitration - WWA Latam (Asociación de Mujeres en el Arbitraje Latam).
"Tres factores me impulsan: la búsqueda de desafíos, la constancia para entregar trabajo de calidad y un interés particular de mejorar nuestra práctica, sus estándares, valores e incluso el entorno".
En entrevista con LexLatin, María Inés Corrá habla sobre su práctica y sus objetivos como presidenta de ALArb.
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Conquistar espacios
¿Qué se necesita para construir una práctica consistente y alcanzar una posición de liderazgo?
María Inés Corrá: Es recomendable trabajar los skills actitudinales, tener mente abierta y ser capaces de adaptarse. Es crucial saber que, frente a los cambios, la opción no es oponerse sino entenderlos y apropiarnos de ellos para sacarles el mayor provecho.
En cuanto a los skills más tradicionales para hacer carrera en el arbitraje internacional, sigue siendo importante manejar el idioma inglés.
También recomiendo formarse en derecho sustantivo y hacer prácticas relacionadas a una o más áreas de negocios (sea en un despacho jurídico o una empresa). Eso es necesario si el arbitraje pretende seguir manteniendo la ventaja de ofrecer decisiones adoptadas por quienes no solo conocen sus procesos sino también de los asuntos y hechos en juego.
Otra recomendación es desarrollar vínculos profesionales desde temprano. Hoy en día existen diversos grupos y asociaciones de jóvenes profesionales que facilitan el networking.
Adicionalmente y, sin pretender agotar la lista, la búsqueda de consistencia posiblemente requiera un esfuerzo adicional en la actualidad: el modelo de desarrollo profesional ya no es tan lineal como lo era. Los jóvenes hoy mantienen una variedad de intereses que coexisten simultáneamente entre ellos.
Por último, es crucial trabajar bien, hacerlo con compromiso, mantener estándares éticos y esforzarse por aportar valor. Estos factores son importantes y pueden marcar la diferencia.
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Latinoamérica
Ser presidenta de la ALArb es uno de tus logros más recientes, ¿cuáles consideras que serán los principales desafíos considerando la dinámica regional?
María Inés Corrá: El desarrollo alcanzado por el arbitraje en los países de la región ha traído nuevos desafíos, como el uso de las nuevas tecnologías y la IA. También han surgido embates como la aparición de iniciativas para regular las designaciones de árbitros, la promoción de acusaciones contra árbitros, el uso de las acciones de amparo contra los laudos y otras decisiones que pueden considerarse interferencias en los procesos arbitrales.
Para que el arbitraje crezca necesita de la confianza de sus usuarios y de un entorno legal y jurisprudencial favorable. Con el propósito de mejorar la toma de decisiones con impacto en la práctica, en ALArb debemos trabajar con las instituciones (cámaras y centros arbitrales de la región) para extender el uso de las mejores prácticas y facilitar el entendimiento del sistema por las judicaturas y otros organismos públicos relevantes.
Por otra parte, América Latina tiene una participación significativa en todas las estadísticas de los principales centros de arbitraje internacional (ICC, ICSID, PCA), lo que demuestra que es y seguirá siendo una región relevante para el desarrollo de la práctica arbitral internacional, tanto en disputas comerciales como de inversión.
Esta realidad justifica fortalecer la presencia y voz de América Latina en la comunidad internacional y, por ello, es importante trabajar en iniciativas conjuntas y estrechar vínculos con centros e instituciones arbitrales internacionales, lo que será otro de nuestros objetivos.
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Diversidad en el arbitraje
¿Sigue siendo un desafío nombrar a mujeres en procesos arbitrales?
María Inés Corrá: Creo que la diversidad en la práctica legal y en el arbitraje en particular sigue siendo un desafío y así será hasta que no tengamos necesidad de hablar de este tema.
Las encuestas muestran mejoras en la designación de árbitros mujeres y es justo destacarlas, pues son el resultado del esfuerzo tangible y consciente de muchas y muchos colegas, centros y asociaciones regionales e internacionales para promover una mayor diversidad.
Lo más valioso de este trabajo es que se trata de un proceso que involucra y beneficia a toda la práctica, en el que aprendemos más en cada etapa del recorrido.
¿Cómo abrir las puertas a más mujeres dentro del mundo del arbitraje, especialmente en América Latina?
María Inés Corrá: El objetivo de promover el desarrollo profesional de las mujeres en el arbitraje, en particular en América Latina, lo vengo encarando con Women Way in Arbitration Latam (WWA), desde su fundación en el 2019. Esta iniciativa, emprendida junto a Verónica Sandler y Sandra González, ha contado con el apoyo tanto de mujeres como hombres, incluyendo miembros de ALArb.
WWA es el resultado de haber comprendido que es necesario trabajar juntos para promover todos los talentos profesionales en la práctica internacional, sin distinción de género, geografía, ni otros factores. Esto solo puede lograrse si se superan las barreras culturales inconscientes, que actúan no sobre el mérito sino sobre nuestra valoración de él.
Esto no solo impacta en la designación de árbitros mujeres sino también en el desarrollo de posiciones de liderazgo dentro de los despachos y sus áreas de práctica. Si bien se observan avances, todavía tenemos un largo camino por recorrer en esa dirección en Latinoamérica y otras regiones.
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