¿Socio estratégico o centro de costos? Los niveles de gestión de la dirección jurídica

Encuentra espacio para diseñar e implementar proyectos de mediano y largo plazo que aportan valor al negocio / Canva.
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Los KPIs muestran cómo la función legal ayuda a acelerar los procesos y proteger mejor a la empresa de contingencias legales.
Fecha de publicación: 01/04/2024

En el mundo corporativo dinámico y competitivo de hoy, los departamentos legales enfrentan el constante desafío de evolucionar, más allá de su rol tradicional de guardianes del cumplimiento y mitigadores de riesgos legales. 

Los directores y directoras jurídicos se esfuerzan cada vez más por reposicionar sus equipos como socios estratégicos dentro de sus organizaciones, contribuyendo activamente al crecimiento del negocio y la creación de valor.

Para ser percibido como socio estratégico, el departamento legal requiere cierto nivel de madurez, que usualmente se refleja en las metas u objetivos que persigue.

A partir de mis observaciones del entorno y mi experiencia como director jurídico de dos compañías multinacionales durante una década, propongo tres niveles de madurez que pueden ayudarte a evaluar el nivel de madurez en el que se encuentra el área a tu cargo.


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Nivel 1: El Operador Reactivo

En el primer nivel de madurez, la función legal opera principalmente como un ente reactivo dentro de la organización, “apagando fuegos” con un componente legal que surge en la operación cotidiana del negocio. En este nivel existe poco espacio para pensar en el mediano y el largo plazo, pues el foco está en atender y solucionar los problemas que “aterrizan” en el escritorio de los abogados internos.  

En este nivel, además, los KPI (indicadores clave de desempeño o key performance indicators) del área legal suelen ser la cantidad de litigios gestionados (así como la proporción de ganados vs. perdidos) y el tiempo promedio para resolver disputas legales, o la eficiencia en el manejo de consultas legales internas (por ejemplo: el número de días y el costo comparado contra servicios legales prestados por terceros).

Aunque estos indicadores son importantes, reflejan un enfoque reactivo que no captura el valor estratégico potencial del departamento legal.

Nivel 2: El Colaborador Proactivo

En este nivel, el equipo legal comienza a trabajar proactivamente con otras áreas, anticipando problemas y contribuyendo a la estrategia general. Sin embargo, no siempre es invitado a las reuniones, donde se discuten y se definen las iniciativas clave para el negocio. Por el contrario, el equipo legal es percibido, con cierta frecuencia, como una parada obligada para “validar” un proyecto que está muy avanzado o casi listo para lanzarse.  

Aquí, los KPI evolucionan para reflejar esta orientación más proactiva y colaborativa, pudiendo incluir indicadores como la reducción del tiempo necesario para lanzar nuevos productos debido al asesoramiento legal oportuno, la mitigación de riesgos legales detectados a través de auditorías internas, la simplificación o automatización de ciertos procesos, como la formalización de contratos para cerrar operaciones comerciales con mayor agilidad.

Estos KPI muestran cómo la función legal ayuda a acelerar los procesos y proteger mejor a la empresa de contingencias legales.


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Nivel 3: El Socio Estratégico

El nivel 3 es donde todo director jurídico quiere posicionar su área, pero esto no sucede de la noche a la mañana.

Alcanzar este nivel implica que la función legal se ha integrado profundamente en la planificación y ejecución de la estrategia empresarial. La persona a cargo de la función legal es invitada a las conversaciones sobre los proyectos estratégicos para el negocio y se valora su punto de vista, porque ha acreditado conocer el negocio y saber utilizar la palanca legal para impulsarlo.  

Además, encuentra espacio para diseñar e implementar proyectos de mediano y largo plazo que aportan valor al negocio, al mismo tiempo que fortalecen la preparación y el posicionamiento del área legal.


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Los KPI del área legal que alcanza este nivel están estrechamente alineados y frecuentemente son compartidos con las áreas clave del negocio (ej. producción, ventas, finanzas, etc.) y suelen incluir metas como el aporte al crecimiento del ingreso a través de la habilitación de nuevas líneas de negocio, la asesoría regulatoria que permite abrir nuevos mercados, facilita alianzas estratégicas u otorga una ventaja competitiva, o bien, el impacto de la asesoría legal en la retención y satisfacción del cliente, por mencionar algunos.  

No es casualidad que las funciones legales en este nivel tengan mejores posibilidades de defender o incluso de ampliar su presupuesto, así como de atraer mejores perfiles para integrarse al equipo.

Estar ubicado en el nivel 3 no impide que los colaboradores que reportan al director jurídico tengan KPI que se parezcan más a los del nivel 1 y 2. De hecho, en la mayoría de los casos, es necesario que existan abogados internos con este tipo de responsabilidades e indicadores para que el “ancho de banda” del líder de la función legal pueda dedicarse a las tareas que generan mayor valor al negocio.


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Cuando una dirección legal se ubica en el nivel 3, se refleja no solo su capacidad para resolver problemas, sino también su habilidad para identificar oportunidades, facilitar el crecimiento del negocio y participar activamente en la toma de decisiones estratégicas. 

Al alcanzar el nivel 3, los directores jurídicos y sus equipos se posicionan como verdaderos socios estratégicos, reconociendo que su contribución va más allá del asesoramiento legal para convertirse en una fuerza que impulsa al negocio. 

En este nivel, el departamento legal es un colaborador indispensable en la formulación e implementación de la estrategia corporativa, asegurando que la empresa no solo esté protegida legalmente, sino también posicionada para capitalizar nuevas oportunidades y navegar con éxito en un entorno de negocios cada vez más dinámico, competitivo y complejo.

¿En qué nivel está tu equipo actualmente? ¿Dónde están las oportunidades para llevarlo al siguiente nivel?

*Pablo Jiménez Zorrilla es socio de Von Wobeser y Sierra, S.C.

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