Un legado que suma 126 años: El retiro de Horacio E. Beccar Varela como socio administrador y la asunción de Maximiliano D’Auro

“Debemos contribuir a que un estudio que estaba antes de que nosotros naciéramos siga aquí cuando nosotros ya no estemos” (Der. - Izq.: Maximiliano D’Auro y Horacio E. Beccar Varela)
“Debemos contribuir a que un estudio que estaba antes de que nosotros naciéramos siga aquí cuando nosotros ya no estemos” (Der. - Izq.: Maximiliano D’Auro y Horacio E. Beccar Varela)
La transición dentro de la dirección administrativa de Beccar Varela ha sido fluida gracias a un trabajo previo de adaptación.
Fecha de publicación: 08/04/2024

Beccar Varela anunció que Maximiliano D’Auro será su nuevo socio administrador, un rol que hasta este mes ejerció Horacio E. Beccar Varela, quien coordinó con D’Auro y los demás socios el término de un cargo que ejerció por 20 años consecutivos y del que se retira por haber alcanzado la edad máxima establecida en los estatutos de la firma para administrarla. Desde el primero de abril, Beccar Varela pasó a ser socio administrador emérito, un nuevo cargo.

A pesar de los cambios lógicos que acompañan a las mudanzas como la que acaba de vivir esta firma argentina full-service, la transición entre Beccar Varela y D’Auro ha sido, como ellos mismos la denominaron, “muy fluida y ordenada”. En esto tiene que ver la ejecución de un plan de transición de liderazgo, aplicado durante los últimos 12 meses, de manera gradual.

En principio, el cargo de D’Auro será de tres años con posibilidad de reelección.


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D’Auro ya era parte del comité de administración de la firma y contó con el acompañamiento de Beccar Varela para conocer, de primera mano, todos los entresijos de la administración, lo que implicó compartir el trabajo con el socio saliente y tener un tiempo prudencial para prepararse de cara a asumir el cargo y completar su curva de aprendizaje, porque, como admite el nuevo socio administrador, "ser parte del comité de administración no muestra todo lo que significa dirigir la firma".

Este mecanismo de acompañamiento se impone por primera vez, ya que deriva de dos hechos fundamentales: un cambio en las elecciones (antes eran anuales) y un cambio de socio administrador en más de 20 años. Así que, ante la pregunta de si D’Auro no fuese reelegido al término de estos tres años, ¿se repetirá la cohabitación para ajustarse al paso de líder? La respuesta es afirmativa.

"Probablemente, lo que termine pasando es que la reelección sea seis meses antes de que culmine el mandato", apunta Beccar Varela.


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Aún así, la expectativa, precisa D’Auro, es que el suyo no sea un cargo que dure tres años, porque es complejo y tiene una curva de aprendizaje que requiere cierta estabilidad para proyectar y planificar a mediano y largo plazo.

"Yo creo que esos tres años son una válvula de escape por si la persona elegida no se encuentra a gusto en la dirección. Tampoco creo que se desee escoger un nuevo socio administrador cada tres años porque —a diferencia del modelo de firmas europeas, con períodos cortos— la concepción del socio administrador en los estudios latinoamericanos es otra: es una figura mentora importante a la que los socios acuden habitualmente".

LexLatin: ¿Cómo se maneja la transición entre alguien que conoce a fondo la estructura de la firma y ha estado por años a su cabeza y quien toma la posta? ¿Cómo dialoga el legado con lo que está por construirse?

Maximiliano D’Auro: Hay una circunstancia objetiva y es que estuve 10 años en el comité de administración, de manera ininterrumpida. Entonces, el hecho de que estuviera familiarizado con las cuestiones estratégicas del estudio, más el que compartí por un año el día a día con Horacio para conocer más a fondo el trabajo, hace mucho más fácil continuar con la dinámica y ha facilitado el entendimiento, incluso sin palabras, porque Horacio y yo tenemos una relación de amistad que permite vincular las ideas y estrategias. 

Esto también nos permite saber que habrá continuidad en la dirección y en la dinámica del estudio, que es una firma fuerte y pujante, que invierte en la incorporación de talento, que tiene contactos en el exterior, que viaja y que apunta a clientes sofisticados que dan valor agregado.

Es decir, ya tenemos un modelo de estudio que admiramos y eso, sin duda, se va a mantener, por eso no planeo cambiar de rumbo, como parte de querer construir un legado diferente, sino simplemente aportar nuevas maneras de hacer lo que se ha hecho exitosamente hasta ahora.

Creo que las mayores diferencias van a estar, seguramente, en cuestiones de estilo porque cada persona tiene una personalidad diferenciada y su propia manera de relacionarse.


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Hablando de dinámicas nuevas, ¿cuáles considera que son los cambios en la industria que deben atenderse con mayor apremio?

Por ejemplo, se habla mucho de la inteligencia artificial y, dejando de lado los comentarios que aseguran que esta tecnología nos va a reemplazar a todos, creo que la IA va a ser un gran potenciador de productividad, nos va a sacar el trabajo aburrido y nos va a permitir concentrarnos en el trabajo de mayor valor agregado para los clientes. 

Puede que el trabajo que nos ahorrará la IA cambie la demografía de los estudios, cuya estructura era la de la pirámide que en la base tiene abogados júnior y se va estrechando hasta llegar al socio administrador. Quizá reducirá el número de júniors, por lo que generará desafíos de desarrollo de talento, pero también nos llevará, al menos en nuestro estudio, a tener una marca empleadora fuerte.

Lo más importante del rol de los socios administradores son las habilidades blandas. Para nosotros, un manager debe, sobre todo, dedicarle tiempo a la gente, porque esa es la clave para el éxito de una organización, es ahí, para mí, en donde un líder tiene que enfocarse. Creo que eso es lo que hizo Horacio en los últimos 20 años y lo que yo espero seguir haciendo.

Horacio E. Beccar Varela: Esto también tiene que ver con la relación entre los socios. No hay un estudio que pueda funcionar bien y pueda ofrecer un buen servicio a sus clientes si los socios no coinciden en sus ideas y trabajo. Así que, número uno: la armonía y las habilidades blandas, después el resto del trabajo dentro de la organización. 


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Horacio, en su experiencia, ¿cuáles cambios han ocurrido en la práctica legal y qué cree que aportan las nuevas generaciones de liderazgo ante estos cambios? 

Me parece que no es una cuestión de generación sino de percepción, de ser lo más perceptivo posible, de saber cuáles son los intereses de la firma y los propios y saber si están alineados con lo que requiere la firma en ese momento. Creo que, en ese sentido, Maximiliano siempre ha sido perfecto para ocupar el cargo, porque siempre hay que estar atento a lo que pasa a tu lado y a lo que pasa externa e internamente también. 

A lo largo de este tiempo, Maximiliano me ha enseñado lo que pasa afuera, porque él ha sido perceptivo con esto, y yo le he enseñado lo que pasa adentro, combinar estas experiencias ha sido positivo, sobre todo porque combinar ambas experiencias me parece difícil, pero por suerte a Maximiliano yo ya lo veo desde el día 1 enfocado en el adentro y con la energía necesaria para hacer las dos cosas.

D’Auro: Los primeros 10 años es cuando el estudio empieza realmente a funcionar como la empresa de servicios que es hoy. Empieza a tener equipos de apoyo importantes, abre un departamento de recursos humanos, un departamento de sistemas, uno de comunicaciones, hubo que ir armando los departamentos de la firma y eso absorbió —lógicamente— la atención de Horacio hacia lo interno.

En cambio, yo arranco con un estudio que ya tiene organizados todos sus procesos y eso me da aire para, como dice Horacio, proyectar hacia afuera, especialmente porque a nosotros no nos cierra mucho ese modelo de estudios en el que el managing partner y el senior partner tienen funciones divididas en las que el primero atiende más los procesos internos y el segundo los externos, por eso nuestro rol de socio administrador combina ambas tareas. 


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Maximiliano, ¿cuál es su sello personal y qué llevará consigo a su tarea como el nuevo líder de la firma?

Creo que es mejor que no hable de mi legado aún, porque no arranqué todavía, pero sí quiero hablar del impacto que tiene el hecho de formar parte de una de una firma que tiene 126 años y que permite entender que formamos parte de algo importante y que hay algo más relevante acá que las personas que están en ella.

Hay un gran legado acá, porque este es un estudio que viene de muchas generaciones anteriores que hicieron individualmente una gran contribución. Por ejemplo, Horacio arrancó con un estudio que ya era institucional, dejó de ser un estudio familiar y lo puso en un escalón superior, porque —como todos los que somos socios— tiene en su ADN a este lugar.

Creo que todos los socios tenemos esta sensación de “bueno, recibimos este lugar para trabajar en el rol que nos corresponde y es nuestra labor dejarlo mejor”, porque no es servirnos del estudio y solo ganar dinero, sino también contribuir a que un estudio que estaba antes de que nosotros naciéramos siga aquí cuando nosotros ya no estemos.

Todo debe basarse en cómo hacer las cosas y ver si hay una forma de hacerlas mejor para agregar valor y producir un resultado. Ahora me va a tocar a mí también entusiasmar al equipo, porque eso es otra cosa que tiene el ADN de Beccar Varela: las cosas van de abajo hacia arriba, es muy raro que el comité llame a un socio y le imponga cosas, porque usualmente todo es conversado y hecho orgánicamente, entonces mi trabajo es fomentar un ambiente donde todo el mundo tenga la posibilidad de hacer las cosas mejor e innovar. Yo creo que el líder tiene que propiciar un ambiente de innovación.


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Han hablado mucho del ADN de Beccar Varela, también hablaron de que ustedes tienen una marca, ¿cuál es la marca precisamente, cuál es el ADN de la firma si tuviesen que describirlo en pocas palabras?

Beccar Varela: Muchísimo respeto por el otro. Diría que es lo más importante y que va de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, siempre quien ha tenido acá una posición de liderazgo ha sabido respetar a los otros. También tratamos a nuestros clientes con mucho respeto. Acá en Beccar Varela quien no respeta a sus compañeros o clientes no tiene cabida.

D’Auro: Estoy totalmente de acuerdo, dentro del estudio el factor humano es fundamental, con quienes trabajamos dentro y hacia nuestros clientes, para quienes queremos ser y somos el partner confiable dentro de Argentina, que, como se sabe, es un país muy complejo y por eso es difícil a veces saber traducirlo a los clientes.

Entonces nuestro ADN y marca son llevar a nuestros clientes a buen puerto, navegando sobre estas aguas complejas, sin usar atajos. Nuestra misión es ayudar a los clientes a hacer negocios dentro de la Argentina con altos valores éticos y creo que somos reconocidos.

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