2024 ha planteado diversos cambios en los sistemas tributarios latinos. En Brasil, por ejemplo, después de haber superado factores financieros, legales y políticos, se promulgó la reforma tributaria, que promueve cambios significativos en la tributación del consumo. El gobierno en Chile intenta por segunda ocasión un pacto tributario y México busca modernizar la recaudación e implementar nuevas herramientas para mejorar su eficiencia.

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A decir de Vinicius Nogueira, socio de Horvath & Nogueira, la reciente reforma tributaria es un hito para el país y para la comunidad jurídica, pues además de simplificar el régimen fiscal en la cadena nacional de producción y consumo:

• Impacta en el valor agregado generado por cada eslabón de la cadena productiva, principalmente a través de un sistema crediticio más amplio y permisivo.
• Promueve un enfoque de transparencia, permitiendo al consumidor identificar la “carga tributaria” impuesta a su acto de consumo.
• Es importante por su vocación nacional, con reglas “homogéneas” en todo el territorio, es decir, poniendo fin a la guerra fiscal interna.
• Abandona efectivamente el modelo de incidencia en origen y adopta el modelo de tributación en destino.

Los impuestos impactados son el Impuesto sobre Transmisión Causa Mortis o Donación (ITCMD), progresivamente; la inclusión de embarcaciones y aeronaves en el rango impositivo del Impuesto sobre propiedades de vehículos de motor (IPVA), con tasas también progresivas, según el impacto ambiental de los vehículos, y el Impuesto sobre la Propiedad Urbana y la Propiedad Territorial (IPTU), principalmente su base de cálculo, entre otros.

La reforma entrará en vigor en 2026 y se prevén ajustes para 2033, año de su plena implementación. 

Entre las tareas pendientes está la redacción de leyes complementarias y la actividad judicial en torno a la resolución de conflictos de intereses de los distintos agentes sujetos a estas.

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El próximo paso en el marco de la reforma tributaria en Brasil es la eliminación de la exención del Impuesto sobre la Renta, que actualmente se atribuye a la distribución de utilidades y dividendos. 

Este tipo de rentas tributarán del mismo modo que otras producidas por inversiones y compra de activos financieros, como los intereses o las plusvalías, y serán pechadas con una tasa del 15 % sobre las cantidades distribuidas a personas físicas en concepto de ganancias y dividendos.

Nogueira explica que este nuevo régimen fiscal iría acompañado de una reducción del tipo del impuesto sobre la renta sobre los beneficios generados por las empresas comerciales (antes de su distribución). Actualmente, la tasa nominal es del 34 %, considerando el Impuesto sobre la renta de las personas jurídicas (IRPJ) y la Contribución social sobre el beneficio neto (CSLL). Se espera una reducción de alrededor del 27-28 %.

El socio de Horvath & Nogueira destaca la necesidad de una ley complementaria que defina todos los elementos constitutivos del IBS y su administración por parte del Comité Gestor, lo que implica definir el hecho general en sí del impuesto, su base de cálculo (incluido el régimen de acreditación) y las reglas de distribución del producto de su recaudación.

"Es necesario repensar la posibilidad de dictar medidas provisionales y sus efectos en temas tributarios ya deliberados por el Congreso Nacional y específicamente abordados por ley", agrega.

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México se apalanca en la IA

Como parte de una tendencia global, las autoridades tributarias de diversos países de América Latina han venido incorporando nuevas tecnologías en sus procesos. 

En el caso de Brasil, el Servicio de Impuestos Federales y las autoridades tributarias estatales han creado herramientas digitales de inspección y recaudación tributaria, softwares de análisis de datos y portales de comunicación que permiten autorregularse a los contribuyentes, detalla Vinicius Nogueira.

Manuel Alcalde comenta que, en Chile, el proyecto de cumplimiento de las obligaciones tributarias tiene entre sus propósitos el fortalecimiento institucional a través de un aumento de la dotación en los departamentos de tecnología e informática del Servicio de Impuestos Internos, para mejorar la capacidad de procesamiento de datos e implementar nuevas tecnologías de inteligencia artificial.

A comienzos de este año, el gobierno de México anunció que usaría la IA como parte del Plan Maestro de Fiscalización y Recaudación, emitido por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), para mejorar la fiscalización e identificar contribuyentes de riesgo, con miras también a mejorar la planeación en sus procesos de recaudación, fortalecer la fiscalización a fideicomisos, empresas de intermediación crediticia y operaciones de comercio exterior, sin crear nuevos impuestos ni aumentar los existentes.

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Erika Báez, socia de Greenberg Traurig en ese país, menciona medidas estratégicas a considerar frente a esta política, que -asegura- pueden contribuir al fortalecimiento de las finanzas públicas y al desarrollo económico sostenible de México:

1. Mejorar la eficiencia en la administración tributaria, implementando medidas para reducir la evasión y elusión fiscal, optimizar los procesos de fiscalización y fortalecer la capacidad de recaudación de impuestos.

2. Eliminar exenciones y deducciones fiscales ineficientes que no estén generando los beneficios económicos esperados o que estén siendo utilizadas de manera abusiva.

3. Promover la formalización de la economía implementando políticas que incentiven a los trabajadores y empresas informales a registrarse y contribuir al sistema tributario, como programas de regularización y simplificación de trámites.

4. Fomentar la economía digital adaptando las normativas fiscales para gravar de manera adecuada y eficiente a las actividades económicas en línea y asegurar que las empresas digitales contribuyan equitativamente al sistema tributario.

5. Mejorar la gestión del gasto público optimizando el uso de los recursos públicos, así como reducir el gasto y priorizar la inversión en áreas estratégicas que generen un retorno económico y social positivo.

Si bien no se ha presentado ninguna propuesta de reforma tributaria, se esperan novedades dentro de poco tiempo. Para armonizar el sistema tributario mexicano con el de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se habla de crear el impuesto al patrimonio o de las herencias, por ejemplo. 

Aunque Báez cree que este tributo puede ser un método de recaudación para México, apunta que su eficacia en términos de generación de ingresos depende de varios factores, incluyendo el diseño del impuesto, el nivel de exención, las tasas impositivas y el contexto económico y social del país.

“Los impuestos sobre herencias pueden generar ingresos significativos, especialmente si se aplican a herencias de alto valor. Sin embargo, la recaudación real dependerá de la estructura y las tasas impositivas del impuesto, así como de la capacidad de cumplimiento y fiscalización del país”, agrega.

Además, derivado de la entrada en vigor del Instrumento Multilateral (MLI), se prevé que las autoridades fiscales reformen las leyes fiscales, a fin de adaptarse a los estándares internacionales para mejorar la transparencia e integración del sistema tributario, modifiquen los Tratados Fiscales para reforzar la cooperación internacional y prevención de abusos de tratado y fomenten la creación de medidas para prevenir prácticas fiscales agresivas.

Erika Báez sugiere que, ante los posibles cambios en materia fiscal, los contribuyentes tomen medidas proactivas de adaptación y cumplimiento, que evalúen la estructura fiscal de su negocio o patrimonio y revisen posibles ajustes para maximizar los beneficios fiscales. 

Además, preservar documentación detallada y adecuada de las transacciones financieras y fiscales para respaldar las operaciones y cumplir con los requisitos de documentación exigidos por las autoridades fiscales.