¿Cuál es la mejor opción de sociedad y cuáles son los beneficios de la formalización?

Una SACS se puede constituir en línea, por un costo total aproximado de 2,05 dólares. / Unsplsh, True Agency.
Una SACS se puede constituir en línea, por un costo total aproximado de 2,05 dólares. / Unsplsh, True Agency.
Según la Sunarp, la constitución de sociedades aumentó 68,5 % entre enero y noviembre de 2022.
Fecha de publicación: 17/02/2023

La creación de empresas en Perú ha venido creciendo de forma sostenida en los últimos años. Al cierre de noviembre de 2022, la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp) reportó un aumento de 68,5 % en la cantidad de sociedades registradas a través del Sistema de Intermediación Digital (SID) entre los meses de enero-noviembre, comparado con el mismo período, pero de 2021. Al término del año el indicador superó las 194.000 sociedades.

 

 

Entre 2020 y 2021 también se registró un incremento en las solicitudes (de poco más del 50 %, comparado con el año anterior), esto, para Guillermo Arribas, asociado principal de Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados, se explica por las cifras de la pandemia.

“Ante la reducción del empleo, formal e informal, muchas personas no tuvieron más alternativa que emprender. Es un crecimiento forzado ante la adversidad”, menciona en entrevista e indica que entre 2019 y 2020 el número de nuevas empresas pasó de 15.324 a 73.614.

Para Grace Tejada, asociada de Estudio Muñiz, en las áreas de derecho corporativo, innovación y emprendimiento, son diversos los factores que han influenciado esta tendencia y coincide con Arribas en el quiebre a nivel social y económico que trajo consigo la crisis sanitaria.

“La digitalización de los negocios, enfoque en modelos innovadores y mayores oportunidades para desarrollar ideas que promuevan la solución a problemas del ámbito personal y corporativo cotidiano permitió que muchas más personas decidan emprender, aunque la mayoría de ellas mantuvo sus trabajos”, comenta la abogada. 


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La tendencia en la población peruana —sobre todo en los millennials y centennials— de tener un negocio propio se está convirtiendo en una necesidad inherente que permita el incremento de sus ingresos personales y el desarrollo de sus planes profesionales y, por supuesto, la ansiada libertad financiera. 

En esto ha contribuido, en su opinión, el incremento de las oportunidades de financiamiento que reciben los nuevos modelos de negocio, especialmente los enfocados en tecnología (startups), lo que exige formalizarse como persona jurídica y cree guarda estrecha relación con las más de 26.000 empresas que el Instituto Nacional de Estadística e Informática en Perú (INEI) dio a conocer al cierre del primer semestre del 2022, número que tan solo implica la constitución de sociedades en Lima.

Sociedad por Acciones Cerrada Simplificada: pros y contras

A pesar de que el número de nuevas empresas viene creciendo en Perú, el proceso implica algunas facilidades, pero también ciertas dificultades.

En cuanto a las facilidades, Arribas menciona que, a partir de noviembre de 2020, entró en vigencia la figura societaria de la Sociedad por Acciones Cerrada Simplificada (SACS), enfocada en la micro, pequeña y mediana empresa, se puede constituir en línea, por un costo total aproximado de 2,05 dólares (80 soles al 17 de febrero), sin la intervención de un notario y elevando el pacto de constitución a escritura pública y con la facilidad de que el módulo en línea también permite obtener de manera directa el Registro Único de Contribuyente (RUC).

Como dificultades cita las típicas de formalizar un negocio. Una vez que se ha constituido la sociedad y se ha obtenido el RUC, el emprendedor deberá pagar impuestos dependiendo de sus ingresos y el régimen que adopte, además de cumplir obligaciones laborales respecto de sus trabajadores y de ser supervisado.

El abogado considera que la figura del SACS no ha resultado decisiva en el crecimiento de constitución de nuevas empresas que se ha observado en los últimos años, tomando en cuenta que entró en vigencia a finales del 2020.

“Me parece que constituir una empresa se reduce a una operación matemática: ¿vale la pena ser una empresa formal o no? Los beneficios de la formalidad serán centralizar los costos de operación, y poder recurrir al Estado en protección de tus derechos cuando resulta necesario. Aparentemente cada vez más emprendedores obtienen un resultado positivo de este ejercicio aritmético”, agregó.  

Para Tejada, los requisitos legales siempre serán los peores y mejores amigos de cualquier empresario. Desde su experiencia, comenta que cuando un emprendimiento recién empieza o cuando un negocio extranjero decide expandirse a Perú, tiene que lidiar con diversas entidades, todas estatales, pero ninguna interconectada con la otra, empezando por el registro de la empresa en la Sunarp, para luego obtener la identificación tributaria en la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) y después registrar la marca frente al Instituto nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), lo que demanda poner atención a trámites sumamente burocráticos, en lugar de enfocarse en el constante desarrollo e innovación del negocio.

Pero hay mejoras: actualmente se puede constituir una empresa en menos de 72 horas, además de que al otorgamiento del número de RUC se suman algunas exoneraciones de tasas registrales si la empresa cumple con determinados requisitos, lo que no quiere decir que hay trabajo por delante para permitir el dinamismo de formalización de negocios en beneficio de diversos sectores económicos de Perú.


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Aspectos a considerar para el registro de empresas 

Tejada enumera los principales aspectos que empresarios y emprendedores deben atender a la hora de pensar en dar inicio a un nuevo negocio.

  • Tipo de sociedad a constituir.

  • Registro tributario: obtención del RUC.

  • Registro de marca en el Indecopi.

  • El equipo: la conformación del cap table y la debida identificación de los socios es vital para procurar la sostenibilidad del negocio, aspecto que se ha convertido en el más importante a analizar por parte de las firmas de venture capital al decidir realizar o no la inversión en un emprendimiento. De la misma manera, la contratación laboral, potenciales incentivos a través de eventuales acuerdos de vesting, contratos de prestación de servicios o eventuales alianzas con proveedores o aliados comerciales que permitan la mayor promoción del negocio y la marca son determinantes para que el emprendimiento pueda llegar a explotar todo su potencial.

  • Acuerdos o documentos legales que permitan reducir eventuales contingencias, según el modelo de negocio a implementar: términos y condiciones, políticas de protección de datos y contratos civiles, entre otros.

  • Stakeholders externos: siempre será necesario mirar más allá y ver que potenciales oportunidades podemos tener para brindar mejores opciones a nuestros consumidores.

Sociedad Anónima Cerrada (SAC)

Para la asociada de Estudio Muñiz, el dinamismo es el factor más importante y sugiere tenerlo en cuenta en este proceso. Considera que la mejor opción a elegir es la Sociedad Anónima Cerrada (SAC), tomando en cuenta que tener un directorio es opcional y cuando resulte necesario se puede acordar en Junta General la modificación de estatutos.

Además, el ingreso o salida de accionistas se administra y registra en privado, siendo necesario que consten en el Libro de Matrícula de Acciones de la empresa, lo que evita tasas notariales y registrales como sucede en la SRL, que debe inscribir cualquier modificación en la composición de sus participaciones. A esto añade que las potenciales inversiones, a través de personas jurídicas, pueden ingresar al cap table sin ningún impedimento, a diferencia de la SACS, creada con el fin de apoyar el incremento de emprendimientos.

Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL)

Arribas se inclina por la figura de Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL) o de una SACS, en el caso de emprendedores. La primera, EIRL, porque es una empresa unipersonal, que permite separar el patrimonio de quien la constituye del de la persona jurídica. La segunda, SACS, para el caso de compañías que tengan, por lo menos, dos y no más de 20 accionistas personas naturales, aparte de que entre sus características destaca que, además de estar ante una persona jurídica de responsabilidad limitada (el patrimonio de los accionistas no responde por las deudas de la sociedad), se tienen derecho de adquisición preferente legal en caso de venta de acciones y la opción de tener o no directorio.

En el caso de que los fundadores quieran conformar una sociedad que les otorgue más flexibilidad, presentando menos limitaciones respecto de quienes pueden ser los accionistas, o lo que se quiera generar en el futuro con la compañía, recomienda como opción la Sociedad Anónima, que es es la versión más estandarizada de las sociedades en Perú y, probablemente, la más utilizada.


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Normas legales a observar

Además de considerar el régimen tributario y las leyes relacionadas con este en atención a si se trata de una micro, pequeña o mediana empresa, también debe considerarse lo pautado en el Decreto Legislativo N° 1409, relativo a la SACS.

En el caso de que las empresas estén planificando potenciales expansiones internacionales, y si se trata de negocios B2C, la atención debe centrarse también en atender las leyes de protección de datos personales y protección al consumidor.

Para Tejada todo siempre debe ser analizado de manera individual, según el modelo de negocio y las expectativas de crecimiento que tengan los fundadores.

Cree que en el proceso de constitución de sociedades hay mucho por hacer, sobre todo la sincronización de entidades estatales y reducción de requisitos para obtener los primeros registros necesarios para operar, así como beneficios tributarios para dar a los emprendimientos mejores y mayores oportunidades de expansión, lo cual -considera- permitiría que Perú sea un protagonista para expansiones internacionales de otros negocios de la región.

Arribas estima que hay que enfatizar en la liquidación de la empresa y cree que así como se ha hecho un esfuerzo de simplificar la constitución de las sociedades, en pro de facilitar el emprendimiento, se debe considerar que parte de emprender es la posibilidad de darte cuenta que el negocio no ha funcionado. 

“Esto no es un fracaso, sino una oportunidad de aprendizaje para que, efectivamente se incentive al emprendedor, se deben dar las herramientas para que este pueda cerrar la compañía constituida con igual facilidad que para constituirla. De este modo puede emprender rápidamente con otro proyecto”, aseguró.

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