Son las 8.00 de la mañana y Whatsapp empieza a hervir con grupos de trabajo. Son las 10.00 am y el período de clases de los niños se desarrolla simultáneamente con los plazos de los clientes en los tribunales de todo el país. Son las 10.00 de la noche y el trabajo parece estar lejos de terminar. Todo esto a veces ocurre en una sola habitación privada, en una mesa o en un escritorio, pero en casa.
Esta es la realidad que viven desde hace un año miles de mujeres en la industria legal brasileña. La pandemia del COVID-19, como una vieja película fotográfica, saturó y cambió los colores de una realidad muy difícil que puede haber empeorado: la vida laboral y personal empezaron a chocar, los viejos problemas cambiaron de dirección y la sensación de que hay una doble carga para las abogadas se ha vuelto más latente.
Por tal motivo, en este 8 de marzo LexLatin Brasil decidió realizar una entrevista con cuatro integrantes de Elas Pedem Vista, un movimiento de abogadas de Brasilia creado en 2017 para potenciar la voz femenina en los debates legales. Gabriela Rollemberg, Julia de Baére, Ana Carolina Andrada Arrais Caputo Bastos y Manuela Falcão tuvieron un micrófono abierto para hablar sobre temas como la crianza de los hijos durante la pandemia, los cambios que atravesaron las mujeres en este período y los desafíos que impone ser más equitativos en términos de género.
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Recientemente el grupo realizó una encuesta sobre "Experiencias de crianza en tiempos de pandemia" con el movimiento "Los niños en el plan de estudios" (Filhos no Currículo) y a ellos se refieren las abogadas en el texto. A continuación, extractos de la conversación sostenida a principios de este mes.
Ya tenemos un año de pandemia. ¿Qué desafíos enfrentaron en este período?
Gabriela Rollemberg: En un primer momento me quedé sin ayuda en casa y con las rutinas domésticas, el cuidado del hijo y la oficina, fue casi enloquecedor lidiar con todo. En un segundo momento, cuando tuve a alguien que me ayudara aquí, incluso con restricciones, la carga de trabajo aumentó mucho. Al principio hubo suspensión de plazos y reducción de trabajo y cuando fue restablecido, todo sucedió muy rápido: el Poder Judicial registró una productividad mucho mayor en el número de decisiones y con más cargas de trabajo y con otros temas.
Mi sensación, durante mucho tiempo, fue que me despertaba trabajando y dormía trabajando, sin poder respirar mucho durante el día. Perdimos mucho tiempo en los desplazamientos, donde terminamos "relajándonos" un poco del trabajo, perdimos horas de almuerzo totalmente libres por estar conectados y, al mismo tiempo, es como tener que estar disponibles para siempre, mucho más que antes. Sabemos que, como abogadas, no tenemos muchas limitaciones en cuanto a horarios, pero ahora es mucho más.
Julia de Baére: Lo que notamos es que los bufetes no estaban preparados para esto, no había políticas de home office en las firmas. Entonces, todos tuvieron que adaptarse muy rápidamente. Esta cuestión del tiempo, de definir la jornada laboral, se volvió muy complicada. Tenías que estar disponible a las 10.00 de la noche, a las 8.00 de la mañana, y no hubo ni hay respeto por la hora para cambiar nuestro día de trabajo. En el pasado, llegaba al trabajo a las 9.30 am, a las 10.00 am, y comenzaba la jornada laboral; ahora, a las 8.00 am el teléfono celular comienza a sonar. Falta una estructura de oficina para este home office forzado.
Carol Bastos: Aprovechando el tema, así como las oficinas no estaban preparadas para este momento, tampoco lo estaban las estructuras familiares. El tema de la división del trabajo doméstico es cultural. De repente, poner a un hombre en la pared y decir 'tú también lavas los platos, también cocinas y limpias la casa' fue otra carga que tuvimos que enfrentar.
Y las mujeres están exhaustas. No es que aceptemos este servicio como nuestro, pero lo bueno o lo malo se le atribuye a las mujeres en general. Las mujeres tienen que mantener su rutina de trabajo, que ya es desordenada, con las personas más accesibles y en línea las 24 horas del día, más los tribunales. En un orden ilógico, están produciendo más. Tienen que adecuarse al mercado laboral, a la maternidad y a los quehaceres domésticos. Estos tres pilares han pesado mucho.
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¿Consideran que este sentido de la necesidad de equidad de género, no solo dentro del despacho sino ahora en la oficina en casa, es un fenómeno creciente en la pandemia?
Gabriela Rollemberg: Estamos hablando más de esto. El tema está mucho más visible y la sociedad está debatiendo más sobre él. Pero no ha progresado y, por el contrario, es una gran carga la que estamos teniendo. Desde la perspectiva de los despachos legales, en general, no tienen una política dirigida a eso, de pensar cómo tener una postura más humana con respecto a este tema. Hay mucha preocupación por la productividad, por la entrega y poca preocupación por la persona en sí.
Carol Bastos: Es natural, pero no deseable, que los escritorios hagan esto. La mayoría de los socios de los bufetes de abogados son hombres. Los hombres no se dan cuenta de esta dificultad a la que se han enfrentado las mujeres. Ellos ven desde su perspectiva que las cosas están funcionando, ¿no tienen la sensibilidad, a veces debido a la falta de experiencia real, para mirar a sus miembros y decir "establezcamos un tiempo de reunión razonable, que no está fuera de esto"? o ¿"elijamos un día más tranquilo para la reunión semanal o mensual"? No tienen esta experiencia de acercarse a sus miembros y decirles que las demandas podrían manejarse con más cuidado durante este período, o que podrían alternarse... El tema está sobre la mesa, pero aún necesitamos establecer el diálogo que buscamos.
Dentro del mercado legal, ¿cómo es la discusión sobre equidad de género?
Gabriela Rollemberg: Una discusión que vemos avanzada, no en Brasil, sino en el mundo: permiso parental y, más que eso, que este permiso parental se extienda, garantizando el acompañamiento en la primera infancia. En segundo lugar, algunos países ya están obligando a los padres, en este caso hombres, a participar de estas licencias. Se percibe que, como una alternativa, eran las mujeres las que acababan dedicadas a sus hijos.
Se entendió que es estratégico que esta carga se reparta: las mujeres somos la mitad de la población y el hecho de que seamos más productivas tiene un impacto en el PIB. En otras palabras: es muy importante tener esta división, que hombres y mujeres seamos más felices cuando compartimos estas responsabilidades, pero es estratégico. Cuanto más productivos seamos, esto tiene un impacto real en la productividad del país y eso marca la diferencia.
Carol Bastos: Veo al menos una: las instituciones, públicas y privadas, en general, han formado pequeños grupos dentro de sus estructuras para debatir el tema de género. Esto es muy importante, muestra que hay una fuerza dentro del CNJ (Consejo Nacional de Justicia) y Ajufe (Asociación de Jueces Federales de Brasil) en el plano privado... Desde el momento en que vemos que desde lo público y lo privado se empiezan a armar núcleos de debate, de discusión, y a establecer el tema, nos da la señal de que con esto avanzaremos y pensaremos en soluciones para un cambio que sabemos que es necesario.
Julia de Baére: Yo sumaría el aumento del número de movimientos feministas a favor de esta promoción de la participación en todos los ámbitos. En el Poder Judicial, esto ocurre por áreas. Varias campañas y proyectos compartidos en esta asociación, cuando uno de nosotros lleva esto a un reclamo, la fuerza se vuelve mucho mayor. La Asociación Elas Pedem Vista puede tener fuerza. Pero cuando otras asociaciones, como Filhos no Currículo, acogen el proyecto, podemos tener un alcance mucho mayor y presionar de una forma más efectiva.
Manuela Falcão: La ley no ha cambiado, pero llevando este tema de igualdad entre padres y madres a las normas laborales: aunque no está previsto en la CLT (Consolidación de Leyes Laborales), si el contrato individual dentro de las empresas trae estos "beneficios", esta igualdad, licencias para las madres y los padres, esto contribuirá mucho al entorno laboral. Porque las mujeres no se van a sentir tan amenazadas cuando hacen algo que no favorece a nadie.
La gente piensa que las mujeres se toman la baja por maternidad y están en casa sin trabajar. Eso no es verdad. Es visible que los padres de esta generación ayudan mucho más. Por eso es importante que este movimiento se dé al interior de las empresas y así se inicie, para que el tema esté en la agenda todo el tiempo y que los padres señalen la dificultad de gestionar el trabajo y los niños, que las empresas puedan establecer campañas. Tenemos que empezar desde lo micro para luego ir a lo macro.
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