Las inversiones de Brasil para la implementación de una matriz de energía verde

La meta es, para 2030, superar el 80% de la matriz energética brasileña en energía verde y alcanzar el 85% en 2050. / Unsplash, Jason Blackeye.
La meta es, para 2030, superar el 80% de la matriz energética brasileña en energía verde y alcanzar el 85% en 2050. / Unsplash, Jason Blackeye.
¿Cuáles son los mayores proyectos planificados y qué volumen de inversiones se espera en los próximos años?
Fecha de publicación: 20/07/2023

El mercado de energías renovables en Brasil debería romper récord en 2023. Los expertos pronostican un salto significativo para fin de año, con una expectativa de aumento del 300 % en comparación con el año pasado. Este salto está impulsado principalmente por el avance de la infraestructura para la generación de energía a partir de fuentes renovables. Hoy, del total de 2.783,56 megavatios de energía renovable liberada (solar, eólica e hidráulica) en el país, hasta abril de este año el conjunto eólico y solar representa más de 2.700 megavatios, es decir, casi el 97 % de ese total.

Según el gobierno brasileño, la previsión de inversiones es de alrededor de 120.000 millones de reales (cerca de 25.000 millones de dólares) en fuentes de energía renovable en los próximos años, principalmente en el noreste. En esta región el objetivo es habilitar 30 GW de generación renovable.  

“El gobierno de Lula ya se mostró muy proclive a la transición energética, incluso orientando a Petrobras a ser uno de los protagonistas de ese proceso”, dice Alberto Bull, socio del área de energía de Veirano Advogados. 


Te puede interesar: ¿Qué hay detrás de la mejora del perfil de deuda de Ecuador?


Con estas inversiones, la promesa es reducir la dependencia de las matrices hidroeléctricas y termoeléctricas. Según el Ministerio de Minas y Energía (MME), hoy casi la mitad de lo que se produce proviene de fuentes verdes. La meta es, al 2030, superar el 80 % y alcanzar el 85 % en el 2050. En América Latina, solo Chile tiene una meta similar: se espera que en el 2030 nuestro vecino alcance el 85 %.

Según la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar), Brasil superó la marca de 29 gigavatios (GW) de potencia instalada de fuente solar fotovoltaica, sumando las plantas de gran escala y los sistemas propios de generación de energía en techos, fachadas y pequeños terrenos, equivalentes al 13,1 % de la matriz eléctrica del país. 

“El crecimiento de la fuente solar fortalece la sostenibilidad y puede acelerar aún más la atracción de inversiones, la generación de empleos y rentas, la diversificación de la matriz eléctrica y el liderazgo internacional de Brasil”, dice Rodrigo Sauaia, director general de la entidad.

Sin tener en cuenta posibles retrasos, según información de Aneel, los proyectos más grandes de este 2023 son Marlim Azul (central térmica con 565.500 kW), Bela Vista (central de biomasa con 50.000 kW), Inpasa (central de biomasa con más de 40.000 kW), CMPC (central de biomasa con poco más de 31.000 kW) y Cooper Rubí (central de biomasa, con 30,000 kw). En cuanto a las renovables, destaca el parque eólico Santo Agostinho, con más de 548 MW, que también cuenta con el primer complejo de generación que integra generación eólica y solar, inaugurado en Paraíba, con una inversión de 3.000 millones de reales.

Este crecimiento acelerado de la energía solar y eólica tiene una explicación sencilla: Brasil tiene abundancia de regiones con sol y viento todo el año, algo que también abre nuevas posibilidades para otras matrices, como la producción de hidrógeno verde (H2V), que aquí puede ser la más barata del mundo. 

De acuerdo con la consultora McKinsey, Brasil incluso puede tener toda una nueva matriz eléctrica para 2040 destinada a la producción de H2V, pero, para ese fin, el país debe recibir alrededor de 200.000 millones de dólares en inversiones "en generación de energía eléctrica, líneas de transmisión, unidades de fabricación de combustibles y estructuras asociadas, incluyendo terminales portuarias, oleoductos y sistemas de almacenamiento”, explica Ronaldo Koloszuk, presidente del consejo de administración de Absolar. 


Te puede interesar: ¿Qué promete el Proyecto de Ley de Agricultura orgánica que se debate en Argentina?


Mercado libre

Varias razones contribuyen a este escenario de expansión, según los especialistas consultados por LexLatin. Entre ellos se encuentran la progresión de la apertura del libre mercado en los últimos años y la búsqueda, por parte de los grandes consumidores, de fuentes renovables con menores costes energéticos, especialmente a través de modelos de autoproducción. 

La apertura del mercado libre en el sector eléctrico, en un entorno de compra de energía a través de contratos regulados directamente entre consumidor y proveedor, resultó en un aumento del 10,6 % en los agentes y del 15,6 % en las unidades consumidoras, lo que representa más del 36 % del consumo total brasileño.

Este proceso se ha producido a través de la reducción sistemática de los requisitos mínimos para acceder al mercado, combinado con la evolución tecnológica del sector. 

“Otro factor importante es la tendencia a buscar empresas que atiendan a medianos y pequeños consumidores (retail), debido a la escasez e incluso a un cierto agotamiento del foco en los grandes clientes. Así el proceso de apertura del mercado ha permitido a los consumidores adquirir energía renovable y más barata”, analiza Alexandre Leite, socio del área de energía, infraestructuras y project finance and development de Cescon Barrieu.

Para el especialista, la popularidad de los modelos de autoproducción en el mercado libre representa el gran factor para la expansión del parque de generación renovable, pues ofrece alternativas más económicas y limpias. El uso de la autoproducción implica diferentes modelos, que tienden a variar según el tipo de consumidor y generador. 

“El sector aún enfrenta grandes desafíos en cuanto a la estructura financiera de nuevos proyectos —que está bajo mucha presión—, pero sobre todo en cuanto a la regulación, que está en inminente reestructuración por las discusiones del Proyecto de Ley 414/21, que libera la venta de energía. La alteración de la estructura regulatoria puede implicar cambios considerables en la forma de expansión del libre mercado, afectando incluso proyectos de autoproducción en tramitación. Además, la apertura del mercado y la asignación de costos con contratos heredados y otros riesgos inherentes generan cautela por parte de los financiadores de ciertos proyectos”, dice Leite

En cuanto a la viabilidad económica de los proyectos, una serie de factores presionan las cuentas de los nuevos emprendimientos. Uno de ellos es la ausencia de subastas de compra de energía por parte de las distribuidoras, que pierden consumidores tanto por el mercado libre como por la generación distribuida.

También está la cuestión del bajo precio de la energía debido al exceso de proyectos y reservorios de agua suministrados y al alto costo de financiamiento. Otro tema está relacionado con el aumento del costo de las turbinas eólicas y los paneles solares desde la pandemia, que continúa afectada por la guerra en Ucrania. Y, por último, existen grandes dificultades para conectarse a la red de transmisión de energía debido al exceso de proyectos frente al actual parque de transmisión para disponer de la energía generada.


Quizá quieras leer también: Ley de delitos económicos de Chile obligará a empresas a reforzar el compliance


La asociación con Rusia en el sector de la energía nuclear

En una votación que tuvo lugar en julio del año pasado, la energía producida por reactores nucleares y gas natural fue considerada verde por la Unión Europea. Uno de los principales argumentos es el hecho de que el gas, producido a partir del metano, emite menos dióxido de carbono que el carbón.

Recientemente, Rusia anunció un posible acuerdo con Brasil en el área de energía nuclear. Tras la interrupción de la construcción de Angra 3, en 2014, el sector nuclear brasileño viene evolucionando, aunque lentamente. La evolución está impulsada principalmente por la reanudación de la construcción de esa central nuclear, donde, según especialistas, se crea un ambiente necesario para el desarrollo del sector, en particular la extracción y enriquecimiento de uranio.

Aunque las obras se reanudaron en septiembre de 2022, en abril de 2023 fueron nuevamente suspendidas por la ciudad de Angra.  

Brasil aún no tiene autosuficiencia nuclear e importa uranio para abastecer las centrales Angra 1 y 2. En 2020, por ejemplo, se importaron 650 toneladas de Kazajistán. 

Rusia, como actor principal en el área, ya había firmado acuerdos para el desarrollo nuclear en Brasil, incluido un memorando de entendimiento para, entre otros, permitir un mayor diálogo entre los dos países sobre la construcción, operación y desmantelamiento de centrales nucleares de última generación, de alta y pequeña capacidad. Durante la feria de negocios y tecnología del sector nuclear, Indústrias Nucleares do Brasil firmó cuatro contratos y dos convenios, en especial con la empresa estadounidense Westinghouse y Rosatom/Tenex para la adquisición de uranio natural.  

De acuerdo con el Plan Decenal de Expansión Energética (PDE 2031), que señala las perspectivas de expansión del sector energético en un horizonte de diez años (2022 – 2031) dentro de una visión integrada de las distintas matrices energéticas, se prevé la construcción de una nueva central nuclear en el país en 2031, con una capacidad de 1.000 MW.

El PDE hace dos alertas: la licencia nuclear del sitio para la instalación de los reactores y la definición de la ubicación de las futuras plantas, ya que depende de la ley federal, según lo dispuesto en la Constitución Federal. El PNE 2050 ya prevé la inserción de 8 a 10 GW en los próximos 27 años, pero no da más información sobre cuántas plantas se construirán ni su ubicación.


Te sugerimos leer: Brasil modifica su ley para regular el mercado de bonos de carbono: ¿Qué posibilidades se abren?


Desafíos legales en el sector de las energías renovables

El papel de la incidencia ambiental en el escenario empresarial, de acuerdo con los expertos, se centra en el análisis y la estrategia de riesgo, al señalar escenarios o elementos que no pueden ser dejados de lado para que una inversión o emprendimiento pueda ser diseñado y posteriormente implementado con previsibilidad y estabilidad.  

“Además de los desafíos institucionales propios del mercado brasileño ―como la inseguridad regulatoria, la inestabilidad institucional y el sesgo ideológico en las decisiones tomadas en el ámbito administrativo o judicial, de las que se espera principalmente tecnicidad y legalidad―, es necesario tener presente la carrera internacional”, dice Édis Milaré, profesor y consultor en Derecho Ambiental y socio de Milaré Advogados.

Hoy existe una disputa por acomodar inversiones en este sector, lideradas por las grandes potencias mundiales. Muchos países ya vienen preparando sus entornos institucionales con el objetivo de permitir la implementación de emprendimientos que sumen generación y distribución de ingresos, recaudación de impuestos, cumplimiento de metas de reducción de emisiones de carbono, además de la generación de créditos, empresas que contribuyan a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

“El camino más común es la demostración de estabilidad y la creación de políticas y programas para aumentar la competitividad, diversificación e integración de fuentes renovables en los sectores hidroeléctrico, solar, eólico y de biomasa. Y en cuanto a la disponibilidad de fuentes, Brasil es un territorio abundante”, explica Milaré.  

Entre los desafíos legales en materia ambiental, los más importantes, según la especialista, están relacionados con las presiones socioambientales, la agenda ESG, los efectos de la judicialización, especialmente en relación con temas de alta complejidad técnica. También es necesario enfatizar las discusiones sobre el uso de nuevas tecnologías, la necesidad de evitar el desperdicio, educar para el consumo racional y realizar la gestión y reciclaje de los residuos, además de valorar la agricultura sustentable.   

En este contexto, es inevitable incentivar la creación y ampliación de incentivos y beneficios fiscales, la promoción de inversiones y el financiamiento de proyectos en infraestructura, saneamiento básico, transporte y logística.  

En lo que respecta a la generación de energía eólica terrestre (en tierra), el desafío es conciliar su desarrollo en las regiones costeras de Brasil, que están compuestas en gran parte por vegetación, dunas y lagos, que pueden ser consideradas áreas de preservación permanente por el Código Forestal (Ley Federal 12.651/2012, art. fauna y flora, proteger el suelo y garantizar el bienestar de las poblaciones humanas).   

En el ámbito legal, uno de los marcos normativos es la emisión de la Resolución Conama 462/2014, que estandarizó y ordenó el licenciamiento ambiental de estos proyectos con el objetivo de aumentar la seguridad jurídica de los empresarios.   

Por otro lado, en lo que respecta a los parques eólicos marinos (en alta mar), el sector aún está a la espera de la publicación de normas específicas que ordenen el licenciamiento ambiental. A pesar de las dudas, ya hay más de 70 proyectos en proceso de licenciamiento ambiental con el Ibama, que viene impulsando varios debates con el sector nacional e internacional. 

Como una forma de orientar mejor a los empresarios, la agencia ambiental federal ha desarrollado un término de referencia específico para este tipo de proyectos energéticos, que orienta la elaboración de los estudios ambientales correspondientes. Y junto a este debate está la discusión sobre la producción de hidrógeno verde en Brasil, que aún necesita un marco legal.  

En cuanto a la producción de energía solar, el año pasado se promulgó la Ley 14.300/2022, que establece el marco legal para la micro y mini generación distribuida de energía solar. Aún se discuten, por ejemplo, los marcos regulatorios para las plantas de energía solar en embalses de agua.  

“En estos y otros innumerables ejemplos, cuestiones como la debida regulación, la legalidad y legitimidad de los actos administrativos, la preocupación social ―incluyendo las expectativas de las comunidades indígenas y pueblos tradicionales, así como el papel del Ministerio Público―, la seguridad jurídica, la necesaria separación de funciones entre las entidades públicas y entre los poderes (especialmente el Poder Ejecutivo y el Judicial, en cuanto a la definición de discrecionalidad, conveniencia y oportunidad de los actos realizados), la conciliación de los derechos fundamentales, el derecho al libre ejercicio de la actividad económica, la función social de la propiedad, entre otras materias, son temas que demandarán del derecho ambiental un perfil estratégico, más que reactivo”, evalúa Milaré. 

Add new comment

HTML Restringido

  • Allowed HTML tags: <a href hreflang> <em> <strong> <cite> <blockquote cite> <code> <ul type> <ol start type> <li> <dl> <dt> <dd> <h2 id> <h3 id> <h4 id> <h5 id> <h6 id>
  • Lines and paragraphs break automatically.
  • Web page addresses and email addresses turn into links automatically.