¿Cómo se convirtió Brasil en el mayor exportador de soya y maíz del mundo?

En la cosecha 2022/23, Brasil registró una cosecha de más de 150 millones de toneladas de soya./ Unsplash, James Baltz.
En la cosecha 2022/23, Brasil registró una cosecha de más de 150 millones de toneladas de soya./ Unsplash, James Baltz.
El ascenso del país cambia la geopolítica global y enciende la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Fecha de publicación: 10/10/2023

Brasil superó a Estados Unidos y se convirtió en el mayor exportador mundial de maíz en la cosecha 2022-2023, que finalizó el 31 de agosto. Los datos provienen del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios (MDIC) del gigante del sur. El maíz es un alimento fundamental para la ganadería en todo el mundo.

Ahora, en 2023, Brasil representa el 32 % de las exportaciones mundiales de cereales, con 56 millones de toneladas. Estados Unidos concentra 23 % del total, con poco más de 41 millones de toneladas. Los dos países son responsables de más de la mitad del volumen global (177,5 millones de toneladas).

Varios factores explican el ascenso de Brasil como líder en las exportaciones de este rubro. El país ha obtenido una cosecha notable y, China, uno de los principales compradores de maíz estadounidense, está ampliando sus fuentes de suministro de cereales.


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Mientras tanto, en Estados Unidos la producción de maíz ha disminuido debido a las condiciones climáticas adversas y al aumento de los costos. Una proporción cada vez mayor se destina a la fabricación de biocombustibles, harinas y aceites vegetales.

Una eventual conversión de áreas de pastoreo al cultivo de maíz e, incluso, el aumento de valor de este grano podrían terminar impactando el precio de la proteína animal en el mercado interno y la inflación.

“China se consolida aún más como el principal socio comercial de Brasil e importador de nuestros commodities agrícolas, aumentando la dependencia de nuestro país de las políticas económicas de esa nación asiática y la exposición a sus estados de ánimo”, analiza Federico Favacho, socio de agronegocios de Santos Neto Advogados.

Posición sólida

Aún en la cosecha 2022-2023, Brasil registró una producción de más de 150 millones de toneladas de soya, según la Empresa Nacional de Abastecimiento (Conab). Esta cifra solidifica la posición del país como líder mundial en producción de granos, superando tanto a Estados Unidos como a Argentina.

El sector juega un papel esencial en la estabilidad de la balanza comercial de Brasil, satisfaciendo las necesidades de varios países con productos sostenibles y de alta calidad.
En el primer semestre de 2023, la agricultura registró un superávit de 74,07 mil millones de dólares, un crecimiento del 4,2 % respecto del mismo período de 2022.

Las exportaciones, a su vez, alcanzaron la cifra de 82.330 millones de dólares, mientras que las importaciones totalizaron 8.250 millones de dólares. lo que supone un incremento del 3,9 % y del 1,6 %, respectivamente, en relación con el año anterior.

El mercado chino, al igual que ocurre con el maíz, es el principal destino de las exportaciones brasileñas, absorbiendo una parte importante de la producción nacional.


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“Todo el esfuerzo por tropicalizar este cultivo permitió a Brasil dejar de ser importador del grano en los años 70, para convertirse en el mayor productor y exportador de soya del mundo. Todo esto está sustentado en la ciencia y la innovación”, explica el gerente general de Embrapa Soja, Alexandre Nepomuceno.

Uno estudio de Embrapa Soja muestra que el cultivo de cereales fue el que más creció en territorio brasileño durante las últimas cinco décadas. Entre los años 1973 y 2023, el cultivo registró un aumento de más del 1.000 %, mientras que el área de siembra creció alrededor del 400 %, demostrando un notable aumento de la productividad.

Este fenómeno se atribuye en gran medida, según expertos del mundo agrícola, al avance de la ciencia y la tecnología en el campo, que ha permitido a los agricultores adoptar las técnicas más avanzadas en la producción agrícola. En consecuencia, el país ha podido producir cantidades significativamente mayores en áreas cada vez más pequeñas, demostrando un alto grado de eficiencia en el proceso.

Actualmente, la soya se cultiva en 20 estados y el Distrito Federal, con énfasis en los principales estados productores, que incluyen Mato Grosso, Rio Grande do Sul, Paraná y Goiás. La mayor parte de esta producción se destina a la exportación, destacándose Asia, en particular. China y Europa, junto con otras regiones del mundo, aparecen como los principales destinos del principal producto de exportación brasileño actualmente.

Además de liderar las exportaciones de maíz, Brasil se prepara para tomar el liderazgo en las exportaciones de harina de soya, superando a Argentina, que actualmente ocupa el primer lugar. Este cambio de escenario es resultado de una reducción de la producción argentina debido a una severa sequía en la región. Cabe señalar que Brasil fue el principal proveedor mundial de harina de soya en la cosecha 1997/98, según reportes del Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada de la Universidad de São Paulo (Cepea/USP).


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Según las proyecciones del USDA para la cosecha 2022/2023, se espera que Brasil exporte aproximadamente 21,5 millones de toneladas de harina de soya, mientras que Argentina exportará aproximadamente 21,2 millones de toneladas, contribuyendo a un total global de 66.478 millones de toneladas de harina de soya exportada por todos los países.

“En los últimos años el país ha solidificado su posición como una de las principales potencias exportadoras de commodities agrícolas del planeta. Este logro se atribuye a una confluencia de factores, en particular la extensión de las tierras cultivables, las grandes propiedades, las condiciones climáticas favorables, las tecnologías agrícolas de vanguardia y una demanda creciente de productos alimenticios en el escenario internacional”, evalúa Arturo Longo Ferreira, socio del área de mercado de capitales de Henneberg, Ferreira e Linard Advogados.

Para los abogados especializados en agronegocios, el nuevo récord de la producción de cereales y el aumento de las exportaciones han garantizado buenos márgenes para el productor, aunque los precios de las materias primas hayan caído recientemente. Asimismo, la apreciación del tipo de cambio del real reduce los costos de los insumos importados, contribuyendo aún más a la ecuación final favorable de la llamada “puerta de entrada”.

“En ese escenario, la apertura de las exportaciones de maíz a China fue, sin duda, un importante impulsor de los resultados del sector, porque aumentó significativamente el mercado para el maíz brasileño y aumentó el valor del grano internamente”, dice Frederico Favacho.


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Cambios en la geopolítica global y desafíos ambientales

El ascenso de Brasil como proveedor relevante de commodities agrícolas tiene un impacto directo en la geopolítica internacional, especialmente en las relaciones con China, el principal socio comercial de Brasil, algo que tiene el potencial de influir sustancialmente en las relaciones diplomáticas y económicas entre ambos países.

Otro tema relevante es la competencia con Estados Unidos en el mercado agrícola, algo que podría desencadenar tensiones comerciales y estratégicas, con repercusiones globales. Además, a medida que Brasil se establece como un proveedor mundial vital de alimentos, su influencia está creciendo en el escenario internacional, lo que podría afectar significativamente las negociaciones comerciales y diplomáticas. Con esto, el país podría enfrentar desafíos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en temas relacionados con el comercio y la regulación agrícola.

Otro debate importante es el de la infraestructura, que requiere grandes inversiones para garantizar la distribución efectiva de productos agrícolas a los mercados globales. Un ejemplo importante es Ferrogrão, que promete conectar el Centro-Oeste con el Norte. La obra es considerada desde hace años por el sector como necesaria para apoyar el crecimiento de la producción.

Pero el proyecto presenta importantes obstáculos legales y ambientales, porque pasa, por ejemplo, por el Parque Nacional Jamanxin, una unidad de conservación indígena integralmente protegida. Los procesos de aprobación son incluso judicializados en el Supremo Tribunal Federal (STF).

“Es importante que otros proyectos de infraestructura y logística sean pensados ​​y ejecutados con la celeridad que requiere la materia para garantizar la posibilidad de crecimiento del agronegocio nacional, sin que se desperdicien oportunidades en el exterior por déficits logísticos y/o de infraestructura”, afirmó Nelson Tonon, socio de Farenzena & Franco Advocacia Ambiental.

Las cuestiones relacionadas con la precariedad de las carreteras y la falta de puertos adecuados pueden representar obstáculos importantes. Además, el cambio climático es un factor crítico que puede afectar la producción agrícola, lo que requiere adaptaciones y la adopción de tecnologías resistentes al clima. 


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La relevancia de las cuestiones regulatorias

Para los expertos, la aplicación efectiva de la legislación ambiental es fundamental para contener la deforestación ilegal y garantizar la conservación de los bosques y los recursos naturales.

“En Brasil tenemos una legislación ambiental muy restrictiva y eso no debe cambiar, tanto para garantizar la salud y la calidad de vida de la población como para evitar dañar la imagen del país en el exterior. En cualquier caso, si la legislación se vuelve aún más restrictiva de lo que es hoy, podría haber un cuello de botella que perjudique indebidamente a la agroindustria”, analiza Tonon.

La regulación, para el abogado, también debe garantizar la salud de plantas y animales y cumplir con los estándares internacionales para la exportación de productos agrícolas, por lo que la normativa correspondiente es fundamental.

Un avance que permitió exportaciones récord de granos fue la promulgación de la Ley de Puertos en 2013 (Ley 12.815/2013), lo que permitió inversiones privadas en estructuras que apuntan a abaratar la producción de granos y aumentar la capacidad de flujo, como es el caso de terminales portuarias privadas y estaciones de transbordo de carga.


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Las inversiones en esta área en la última década han permitido, por ejemplo, que la mayor parte de la producción actual de granos sea transportada y exportada a través de terminales ubicadas en la región Norte, utilizando vías fluviales de la cuenca del río Amazonas.

“Este es un claro ejemplo del resultado positivo obtenido a través de una nueva legislación que pretendía desbloquear la burocracia estatal y fomentar la inversión privada”, explica Vamilson da Costa, socio de Costa Tavares Paes Advogados

Mantener los estándares de calidad y la capacidad de rastrear el origen de los productos son esenciales para la reputación de las exportaciones brasileñas. Una cuestión esencial hoy en día en la agricultura es fortalecer y ampliar los acuerdos comerciales ventajosos para facilitar el acceso a los mercados globales.

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