Elecciones en Argentina: los desafíos económicos del nuevo gobierno para incentivar la inversión

En el corto y mediano plazo las empresas tienen limitaciones para realizar nuevos proyectos y programar inversiones debido a la intervención estatal en el sector privado. / unsplash, Mauricio Guardia.
En el corto y mediano plazo las empresas tienen limitaciones para realizar nuevos proyectos y programar inversiones debido a la intervención estatal en el sector privado. / unsplash, Mauricio Guardia.
El nuevo gobierno necesitará de consensos colectivos que le den respaldo político para impulsar reformas estructurales encaminadas a la estabilidad macroeconómica.
Fecha de publicación: 21/07/2023

Retomar la senda del crecimiento y el desarrollo sostenible de la economía es la aspiración visible en la víspera de la elección presidencial argentina. El mayor desafío del gobierno electo, según los especialistas consultados, será promover la confianza no solo en el ámbito nacional sino internacional.

El calendario electoral de Argentina está por abrirse, la primera fecha importante es el próximo 13 de agosto, fecha en que se celebrarán las elecciones PASO (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, las elecciones en las que los partidos eligen a sus candidatos), luego -el domingo 22 de octubre- se llevarán a cabo las elecciones generales y el 19 de noviembre será la segunda vuelta electoral. El 10 de diciembre termina el mandato de Alberto Fernández.

Con esta cuenta regresiva, la ausencia de propuestas concretas sobre las medidas y acciones en materia económica genera incertidumbre y frustración colectiva, así lo afirma P. Eugenio Aramburu, socio del estudio Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen.

“Los candidatos buscan posicionarse apelando a los sentimientos de la sociedad y a posiciones ideológicas carentes de contenido”, refiere Aramburu. En su opinión, la agenda económica evidencia el agotamiento de un sistema de gobierno.


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Para Santiago Manoukian, economista y jefe de research de la Consultora Ecolatina, basada en Buenos Aires, el gobierno enfrenta unas elecciones con un tejido social deteriorado. 

“La pobreza, históricamente, va a superar el 40 % este año, con un salario real que el año pasado acumuló cinco años consecutivos en caída y con pocas herramientas desde lo fiscal, cambiario y monetario para poder paliar esta situación de cara a los comicios”.

En la actualidad, Argentina atraviesa un período de escasez de reservas en el Banco Central (BC). Es decir, la autoridad monetaria tiene más pasivos en moneda extranjera que activos. 

“Inflación y reservas han sido el foco de la tormenta durante estos años. El Congreso ha aprobado, continuamente, presupuestos nacionales que asumen que parte del gasto público se pague con emisión monetaria”, señala al respecto Alexia Rosenthal, socia en Tanoira Cassagne. 

La sequía que padeció Argentina este año, producto del fenómeno climático La Niña, ha afectado cerca de 20.000 millones de dólares en exportaciones del sector agrícola, que es el principal generador de divisas de la economía. 

“Ese impacto es directo en la actividad agrícola, pero también indirecto porque afecta a las industrias asociadas a la agricultura y al resto de la economía”, asegura Manoukian al precisar que no hay dólares suficientes para garantizar un flujo constante de importaciones para la industria nacional, resintiendo la posibilidad de acumular reservas.

Esta situación condiciona el principal objetivo del gobierno actual de evitar que haya una devaluación abrupta, de cara a las elecciones presidenciales, y a poco menos de un mes de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias que se celebran en Argentina desde el año 2012 (PASO). 

“El desafío de este año pasó a ser de cómo acumular reservas internacionales a cómo retenerlas”, agrega el economista de Ecolatina.

Ante la falta de crédito internacional causado por los defaults en los últimos años, las existentes restricciones cambiarias y una baja en las reservas del BC, la administración actual subsana el déficit fiscal y comercial con emisión monetaria, lo que genera “mayor inflación”, refiere Rosenthal.

En el año 2022, la inflación en Argentina cerró en torno al 95 % interanual, un indicador que, según el jefe de research de Ecolatina, es el nivel más alto de los últimos 32 años y revela que, desde hace 15, la inflación tiene dos dígitos anuales. 

“Para este año estamos proyectando una inflación que tiene como piso un 135 % por encima del nivel tuvimos en 2022”.

En este contexto, a juicio del socio de Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen, un tema inmediato para el nuevo gobierno será revertir la brecha entre el dólar oficial y el dólar libre/financiero. 

“El esquema actual establece incentivos económicos muy nocivos, en el que se procura adelantar importaciones y postergar exportaciones, pero estas generan los dólares que demandan los importadores. La pronta reducción de la inflación es también prioritaria”.


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Impacto en las dinámicas corporativas

A decir de Ignacio Criado Díaz, asociado de Tanoira Cassagne Abogados, desde la práctica corporativa lo que ha ocurrido entre el año pasado y este ha sido una fuerte subida en refinanciaciones de deudas, transacciones de cobertura y fluctuaciones de tipo de cambio, conocidos como bonos dollar-linked, y un incremento en las consultas regulatorias, especialmente las orientadas al cepo cambiario. 

“En fusiones y adquisiciones hemos visto muchas transacciones derivadas del exceso de pesos que poseen las sociedades que se ven imposibilitadas de distribuir dividendos debido a las restricciones cambiarias. Dichas operaciones consisten o bien en la adquisición de real estate o bien la compra de parte de la cadena integrada”.

En el corto y mediano plazo las empresas tienen limitaciones para realizar nuevos proyectos y programar inversiones debido a que la intervención estatal en el sector privado continúa siendo alta. En ese contexto, la coyuntura política y económica aleja las inversiones. 

Para Aramburu, el crecimiento en la economía no solo requiere que se invierta más sino también mejor. 

“La Argentina corporativa impide el surgimiento de una Argentina competitiva. Nuestro rol como abogados nos exige asesorar a empresas ante un caos normativo que se modifica constantemente”, afirma el vocero.

Rosenthal señala que el mayor volumen de consultas que reciben en su despacho están relacionadas con las regulaciones cambiarias. 

“El Banco Central ha limitado los accesos para comprar moneda extranjera al tipo de cambio oficial y ha maximizado los ingresos de las exportaciones, forzándolas a liquidarlas a ese tipo de cambio para mejorar la balanza monetaria”. 

En opinión de la experta, estas medidas han repercutido en la industria, que depende de las importaciones para manufacturar y operar.


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Una agenda urgente para Argentina

Recuperar la confianza y mantenerla en el tiempo, así como la generación de consensos colectivos para la realización de reformas estructurales son algunos de los desafíos que tendrá que enfrentar el nuevo gobierno en Argentina. En esto coinciden los voceros consultados.

Manoukian cree que para el año 2024 el foco del nuevo gobierno estará en atacar la inflación y recuperar el financiamiento internacional para, con este, lograr la estabilidad macroeconómica en el corto plazo y el funcionamiento de la economía. A su juicio, el camino para lograrlo radica en tres frentes: cambiario, inflacionario y fiscal.

La convivencia de muchos tipos de cambio en Argentina mantiene el exceso de demanda de divisas en la economía y esto impide que haya crecimiento y desarrollo sostenido, porque la brecha cambiaria es grande. 

“Estamos partiendo de un atraso cambiario importante, con un nivel de reservas muy exiguo, estricto control de capitales y múltiples distorsiones”.

Otro de los factores que influye en la coyuntura económica, explica Manoukian, es el rezago que tienen las tarifas de los servicios públicos, por lo que la corrección cambiaria deberá estar acompañada con medidas de estabilización para evitar que se viralice la inflación. 

La eficacia en la aplicación de las medidas, según el economista de Ecolatina, dependerá de:

  1. Una reforma monetaria que tienda a darle independencia al Banco Central respecto del Poder Ejecutivo. Es decir, al cortar la asistencia monetaria directa que hace el Banco Central al Tesoro Nacional se reduciría el exceso de pesos que actualmente tiene el país.
  2. Medidas de estabilización destinadas a corregir la inercia inflacionaria a través de acuerdos de precios y salario.
  3. Equilibrio fiscal para anclar expectativas, ganar credibilidad y resolver el tema de la deuda en moneda nacional

Para Manoukian, el margen para seguir postergando la corrección de los desequilibrios “es estrecho”. Considera que los incentivos para solucionarlos son más altos de lo que eran en el pasado. En su opinión, el nuevo gobierno necesitará confianza y un amplio respaldo político para concretar estas correcciones y cosechar los frutos más adelante. 

“Los riesgos van a estar allí, pero es fundamental encarar esto si queremos que Argentina encauce su historia en un crecimiento y desarrollo sostenible en el tiempo”.

Con este escenario, el año 2024 para la economía de Argentina luce incierto. El cambio económico dependerá de las medidas que tome el nuevo gobierno y de la herencia que le deje la gestión actual.

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