Por tercera vez en menos de seis meses, Perú se enfrenta a una rebaja en la calificación de su deuda soberana.
En septiembre, por primera vez en 20 años, Moody’s redujo la calificación de riesgo de “A3" a “Baa1”, con perspectiva estable”. Posteriormente, Fitch Ratings lo hizo también.
Standard & Poor’s (S&P), que en octubre mantuvo la calificación soberana de largo plazo en moneda extranjera, la cambió de estable a negativa. Este 18 de marzo tomó la misma decisión y la redujo de “BBB+” a “BBB”, aunque con perspectiva estable con la expectativa de un continuo ajuste fiscal que mantenga la deuda neta del gobierno general por debajo de 30 % del Producto Interno Bruto (PIB) en los próximos dos a tres años.
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Al mismo tiempo, redujo las calificaciones de las entidades financieras privadas Banco de Crédito del Perú (BCP), Mi Banco, Scotiabank Perú, BBVA Perú y Banco Internacional del Perú - Interbank, así como de las estatales Corporación Financiera de Desarrollo (COFIDE) y Fondo MIVIVIENDA, al considerar que no resistirían “un escenario de incumplimiento soberano, dada su gran exposición al país en forma de préstamos y valores”.
S&P considera que "el deterioro del crédito del soberano reduce su capacidad para brindar apoyo extraordinario del Gobierno al sistema financiero y entidades financieras relacionadas con el Gobierno si fuera necesario".
También advirtió que la calificación de los bancos privados podría pasar a negativa si disminuye aún más el rating del país.
La inestabilidad política, con una segunda amenaza de moción de vacancia por incapacidad moral permanente, cuando han transcurrido apenas ocho meses de haber asumido el poder el izquierdista Pedro Castillo, y las constantes tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo, así como la poca capacidad de generar políticas de crecimiento y de estimular la inversión privada explican la reducción de la calificación crediticia de Perú.
Vea nuestro comunicado de prensa más reciente #CalificaciónSoberana Perú https://t.co/ajJ17r297p pic.twitter.com/TyLcQHpeP3
— S&P América Latina (@SPGRatingsLatAm) March 19, 2022
Consecuencias
Los efectos de la decisión se verán en un aumento de las tasas de financiamiento tanto del país como de los bancos que acuden al mercado de deuda para obtener fondos. En consecuencia, el país tendrá menos recursos para invertir en infraestructura e, incluso, para pagar salarios.
Para los peruanos será similar, pues será más costoso acceder a créditos en la banca, dado que las tasas de interés tenderán a aumentar. En contraposición, los depósitos serían mejor remunerados, dado el interés de la banca por captar dinero de los ahorristas para prestar.
Esta no es la primera vez que bancos peruanos ven sus calificaciones de riesgo reducidas. En septiembre de 2021, Moody's rebajó las correspondientes al Banco de la Nación (BN), BCP, Interbank, Scotiabank Perú y BBVA Perú.
Consultado por medios locales, Martín Naranjo, presidente de la Asociación de Bancos (Asbanc), dijo que el costo del financiamiento será marginalmente mayor y aseguró que no hay una señal de alarma, pues la deuda de la República y de los bancos se mantiene en grado de inversión.
Cree que el que la perspectiva de la calificación se mantenga estable se debe al buen manejo fiscal y monetario y a las circunstancias vinculadas a los precios de los minerales que exporta el país.
“Es un llamado de atención sobre la necesidad de fortalecer la institucionalidad y el sistema general, de manera de que se puedan implementar políticas de crecimiento y de estimular planes de inversión”, comentó.
Para este año, S&P estima que la economía peruana crecerá 2,5 %, muy por debajo del 13,3 % registrado en 2021. La calificadora ve limitado el crecimiento del país ante la persistente parálisis política que, además, debilita los esfuerzos por mantener una sólida confianza de los inversionistas.
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