José Luis Pinto es el nuevo socio del área corporativa de León e Iparraguirre Abogados. La firma valora en él que “ha tenido la oportunidad de vivir, a través de los clientes, ciclos de bonanza y de contracción, lo que le ha brindado la oportunidad de adquirir conocimientos y experiencia en materia empresarial de gran valor”.
Desde su nueva responsabilidad, aceptó responder nuestro Cuestionario LexLatin.
¿Por qué decidió hacerse abogado?
Desde muy temprana edad tuve inclinación hacia tópicos relacionados con la historia, comportamientos del hombre en el marco social e interpersonal, así como por los negocios, que es algo que me viene por tradición familiar. Contemplé en su momento estudiar Filosofía, Psicología o Derecho. Finalmente me incliné por el Derecho, debido a que es una profesión que abarca aspectos de las relaciones entre las personas a nivel individual, colectivo y social y, al mismo tiempo, permite formar parte de la construcción y administración de los negocios, así como de la gestión empresarial.
¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?
Una meta a mediano plazo es no solo lograr el crecimiento del área corporativa de nuestra firma como uno de los principales servicios que proveemos -especialmente en las áreas de derecho societario, asuntos transaccionales y en materia concursal-, sino trabajar para ser reconocidos en el mercado como un proveedor de alta calidad en estas áreas de especialidad.
¿Puede decirnos a quién admira como mentor (o un abogado que admire) y por qué?
A decir verdad, son varios. Sin embargo, debo destacar a uno en particular. Jorge Jaramillo, socio fundador del Estudio Ferrero Abogados (hoy Philippi, Prietocarrizosa, Ferrero DU & Uría), quien no solo fue mi jefe directo durante casi 10 años, sino me enseñó gran parte de lo que aprendí en la práctica durante mis primeros años de ejercicio profesional.
¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de Derecho?
“La Naranja Mecánica”. No les cuento el detalle para no anticipar la trama y mantener el interés por la película…
Si no fuese abogado, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?
Psicólogo o Administrador de Empresas. Ambas profesiones me apasionan. La Psicología por el conocimiento que trae respecto de la personalidad, conducta y sentimientos de las personas. La Administración de Empresas, porque el desarrollo de negocios y su gestión eficiente son dos aspectos que no solamente me brindan una gran satisfacción personal, sino que considero que el impacto en la sociedad por parte de las organizaciones empresariales, a través de sus productos y servicios, cambia de manera positiva la forma concebir la vida y de vivirla.
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