La Ley de grasas trans entró en vigor esta semana en México. La disposición prohíbe el uso de ácidos grasos trans o grasas trans en alimentos procesados y ultraprocesados, esto es golosinas, enlatados, bebidas, snacks, entre otras.
A decir de Julio J. Copo Terrés, consultor de Mañón Quintana Abogados, esta es la hora cero para comprobar cómo las empresas han lidiado con la encrucijada de “equilibrar la conformidad con los límites de grasas trans (señalados por la Ley) y la preservación de la calidad organoléptica de sus productos; además de gestionar cuidadosamente las implicaciones comerciales y de salud que conlleva cada decisión”.
México es un país líder en América Latina en la implementación de políticas regulatorias en la industria alimentaria, entre sus medidas más notables está la del etiquetado frontal de advertencia en 2020 y la prohibición del consumo de tabaco en espacios libres de humo de tabaco y nicotina, donde haya concurrencia colectiva, en lugares con acceso al público o lugares de trabajo.
En ese sentido, Luise Boes Reyes, asociada de Mañón Quintana Abogados, destaca el valor del cumplimiento de esta normativa que prohíbe las grasas trans y que alinea al país con la tendencia internacional de protección y salvaguarda de la salud del consumidor. A ello se añade el impulso de la industria nacional de la comida saludable.
“Esta reforma encuentra su fundamento en las directrices emitidas por organismos internacionales, como la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, así como los acuerdos establecidos en la Declaración de Río de Janeiro de 2008, que persigue la visión de 'Las Américas Libres de Grasas Trans'. Esta base internacional de cooperación refuerza la posibilidad de que los productos que cumplen con estas pautas globales sean comercializados no solo en México, sino también en mercados extranjeros, ampliando así las oportunidades comerciales y la presencia en un ámbito más extenso”.
A continuación, los especialistas detallan la aplicación de esta normativa, los desafíos que afrontan las empresas y la importancia de cambiar patrones y hábitos de consumo.
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Inspecciones, regulación in situ y sanciones
¿Cómo se llevarán a cabo las inspecciones para monitorear los niveles de grasas trans en productos alimentarios o cosméticos?
Julio J. Copo Terrés: Según lo dispuesto en el decreto que agrega el artículo 216 Bis a la Ley General de Salud, corresponde a la Secretaría de Salud el establecimiento de los fundamentos para la regulación de las grasas trans. Sin embargo, hasta el momento no se ha emitido ningún protocolo de inspección específico para supervisar el cumplimiento de esta nueva obligación.
En la actualidad, la responsabilidad de llevar a cabo inspecciones para supervisar la calidad de los alimentos recae tanto en la Comisión Federal de Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) como en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco). Por lo tanto, en caso de que se publique un protocolo específico, se mantendría una coherencia similar en el enfoque de supervisión.
Lo más probable es que no vaya a existir un protocolo específico para la supervisión, sino que esta se lleve a cabo conforme a las disposiciones ya existentes en la Ley Federal de Salud. De acuerdo con esta y en el proceso de un procedimiento de verificación administrativa, Cofepris puede tomar muestras de productos y analizarlos en la Comisión de Control Analítico y Ampliación de Cobertura (Ccayac), que funge como laboratorio oficial.
¿Cómo se regulará el uso o venta de estos alimentos en espacios como restaurantes, escuelas, hospitales?
Luise Boes Reyes: Al no haberse publicado regulación alguna en cuanto al uso o venta de los alimentos que contengan grasas trans, la regulación se limita a la fabricación.
El uso o venta de los alimentos en México se regula principalmente por la Cofepris, específicamente para restaurantes, y estos deben cumplir con normativas de almacenamiento, preparación y exhibición de alimentos, para prevenir la contaminación y el deterioro de los mismos.
Por otro lado, en el caso de las escuelas, el Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE) busca promover ambientes escolares saludables, incluyendo la alimentación. La Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han emitido lineamientos para fomentar una alimentación balanceada y nutritiva en las escuelas, prohibiendo alimentos y bebidas con alto contenido calórico y bajo valor nutricional.
Se han implementado estrategias como la "Ley General de Educación" y el "Acuerdo 717" para regular la oferta de alimentos en las escuelas, restringiendo la venta de alimentos no saludables.
Por último, en cuanto a los hospitales, estos están sujetos a regulaciones similares a las de los restaurantes en términos de manipulación y almacenamiento de alimentos, pero también deben cumplir con requisitos adicionales, debido a la importancia de la salud de los pacientes.
¿Qué sanciones se esperan en la aplicación de la Ley de grasas trans? ¿Quién las imparte?
Julio J. Copo Terrés: La Ley General de Salud contempla una serie de medidas destinadas a salvaguardar la seguridad sanitaria, incluyendo el aseguramiento y destrucción de productos, amonestaciones con apercibimientos, multas de hasta 97.308 dólares (1.659 millones de pesos), clausuras temporales o definitivas o arresto hasta por 36 horas.
Por otro lado, la autoridad responsable de emitir una sanción variará en función del tipo específico de incumplimiento. En el contexto del contenido de grasas trans en un producto, la responsabilidad recae en la Secretaría de Salud, que puede actuar a través de la Cofepris o la Profeco, según el caso.
Estas medidas y disposiciones ejemplifican la seriedad con la que se aborda la protección de la salud pública y el cumplimiento normativo en el ámbito alimentario.
La amplia gama de sanciones contempladas en la Ley General de Salud garantiza un margen de acción significativo para las autoridades, permitiéndoles adoptar enfoques según la gravedad de la infracción, asegurando que los estándares de calidad sean mantenidos en la industria alimentaria.
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Ley del Etiquetado y Ley de grasas trans: ¿cómo se compaginan?
¿Cómo se compagina esta Ley con la correspondiente a la Ley del Etiquetado que ya está vigente a nivel nacional?
Luise Boes Reyes: En la actualidad, la regulación del etiquetado de alimentos está definida por las Normas Oficiales Mexicanas. Bajo esta directriz, en situaciones en las que un producto o líquido contenga igual o un porcentaje superior al 1 % de la energía total en grasas trans, se requiere la inclusión del distintivo "EXCESO GRASAS TRANS" en el etiquetado.
Con la modificación incorporada en la Ley General de Salud, se mantiene una alineación consistente con lo estipulado en las Normas Oficiales Mexicanas en relación con el etiquetado. Esta concordancia se refleja en el hecho de que el umbral fijado en la Ley es del 2 %, lo que implica que el mencionado distintivo continuará siendo aplicado en los casos en que se alcance o exceda el equivalente del 1 % de la energía total en grasas trans.
La continuidad en la aplicación del sello "EXCESO GRASAS TRANS" se traduce en una herramienta informativa esencial para los consumidores, quienes pueden tomar decisiones más informadas en función de sus preferencias y necesidades nutricionales.
¿Qué tan efectiva ha resultado la Ley del Etiquetado? ¿Qué hitos ha logrado y qué áreas tiene pendientes para un adecuado funcionamiento?
Julio J. Copo Terrés: La Ley del Etiquetado en México ha marcado un hito importante en la promoción de la información nutricional transparente para los consumidores, aunque sigue siendo un tema que se debate fuertemente entre industria y autoridades. Desde su implementación en 2020, ha logrado avances en la concientización de la población sobre los contenidos nutricionales de los alimentos y los riesgos que conlleva el consumo abusivo de ciertos productos altos en grasas, sodio y azúcares. Sin embargo, se critica que esta estrategia no ha sido adecuadamente acompañada desde el sector público con campañas de prevención y cuidado de la salud adecuadas.
Luise Boes Reyes: En cuanto a sus hitos, la Ley del Etiquetado en México ha logrado avances significativos en términos de educación del consumidor y cambios en la formulación de productos. Sin embargo, aún existen desafíos en términos de comprensión total, uniformidad, cumplimiento y adaptabilidad. A continuación una lista de los principales retos en ambos frentes:
Hitos logrados:
- Conciencia pública y educación: La ley ha generado una mayor conciencia sobre los contenidos nutricionales. Los consumidores ahora pueden tomar decisiones más informadas, identificando fácilmente los niveles de azúcares añadidos, grasas saturadas, sodio y calorías.
- Cambio en formulaciones: La ley ha incentivado a las empresas a reformular sus productos para reducir los niveles de componentes poco saludables. Muchos fabricantes han ajustado sus recetas para evitar el etiquetado de exceso en ciertos nutrientes.
- Promoción de alimentos más saludables: Se ha impulsado mayor demanda de productos con etiquetado favorable, lo que ha estimulado el desarrollo y comercialización de opciones alimenticias más saludables.
Áreas pendientes:
- Comprensión completa: A pesar de los avances, todavía existe una brecha en la comprensión del etiquetado. Muchas personas no comprenden plenamente el significado de los sellos y los valores numéricos.
- Falta de uniformidad en la información: La existencia de múltiples sistemas de etiquetado en el mercado puede confundir a los consumidores y dificultar la toma de decisiones.
- Monitoreo y cumplimiento: Asegurar el cumplimiento constante de la Ley por parte de las empresas y la supervisión adecuada por parte de las autoridades es un desafío continuo. La falta de sanciones efectivas podría reducir la efectividad del etiquetado.
- Innovaciones en productos: A medida que la industria desarrolla nuevos productos, podría surgir la necesidad de ajustar y ampliar los criterios de etiquetado para abordar las nuevas tendencias y formas de consumo.
Continuar abordando las áreas pendientes será esencial para maximizar el impacto positivo de la Ley en la salud pública y en la toma de decisiones alimentarias informadas.
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Y en lo que respecta a la prohibición de publicidad, como los personajes asociados a ciertos cereales y papas procesadas, ¿cuál ha sido su aplicación y qué tan efectiva ha sido hasta ahora?
Luise Boes Reyes: La prohibición de publicidad de alimentos procesados no saludables dirigida a niños en México ha tenido un impacto inicial, al cambiar ciertas prácticas de marketing en la industria alimentaria. Uno de los ejemplos más destacados es el caso de ciertos cereales dirigidos a niños que anteriormente empleaban personajes animados o imágenes atractivas en sus empaquetados, como Zucaritas, Nesquik y Chocomilk. Con la prohibición de usar estos elementos para productos no saludables, las empresas se vieron obligadas a ajustar sus estrategias de marketing.
La aplicación de la prohibición enfrentó desafíos en términos de claridad en la definición de "alimentos no saludables", y se argumentó que podría haber interpretaciones ambiguas en algunos casos. Además, en un mundo donde los medios digitales y las redes sociales son dominantes, controlar la publicidad en línea también se convirtió en un desafío.
Su efectividad a largo plazo dependerá de la rigurosidad en la aplicación, la definición clara de criterios y, lo más importante, de su contribución en la modificación de los patrones de consumo y la promoción de opciones más saludables para los niños.
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