Juegos Panamericanos 2027 serán en Perú: ¿A qué se expuso Colombia con la pérdida de la sede?

La 19° edición de los Juegos Panamericanos se realizó en Chile el año pasado./ Tomada del sitio web de Panam Sports.
La 19° edición de los Juegos Panamericanos se realizó en Chile el año pasado./ Tomada del sitio web de Panam Sports.
Abogados hablan de los diversos escenarios que enfrenta el país para recuperar el dinero pagado a Panam Sports.
Fecha de publicación: 15/03/2024

En 2018, Barranquilla, en el Caribe colombiano, acogió los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Tenía el precedente de haberlos organizado en 1946. Con su experiencia en este tipo de torneos y al contar con la infraestructura, la ciudad apostaba a más, por lo que se postuló para recibir los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2027, y lo consiguió. En 2021 Pan American Sports (Panam Sports), la entidad organizadora de la competencia panamericana, así lo decidió.

Pero, precisamente días antes de celebrarse los carnavales de 2024, un evento por el que es ampliamente conocida la capital del departamento del Atlántico, el 4 de enero, Panam Sports anunció que la ciudad colombiana ya no sería la organizadora de la vigésima edición del magno evento, por “innumerables incumplimientos del contrato vigente”, especialmente en materia de pagos, según comunicó la autoridad deportiva. Hoy se sabe que los juegos se llevarán a cabo en Lima.


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Las investigaciones

Luego de la renuncia de Astrid Bibiana Rodríguez, ministra de deporte, que se leyó como una de las consecuencias más visibles de lo que representó para Colombia haber perdido la sede de los Panamericanos, pues paradójicamente a ella se atribuía haber “revivido” la intención, cuya postulación fue hecha por el Gobierno anterior, con el transcurrir de los días iniciaron investigaciones administrativas de la Contraloría General de la República y la Procuraduría, con la finalidad de establecer responsabilidades entre los funcionarios públicos involucrados en la organización.

A casi dos meses de la decisión, la comunicación entre el Gobierno colombiano, el Distrito de Barranquilla y Panam Sports sigue rota. Sin embargo, las autoridades siguen buscando la forma de recuperar el dinero pagado —ya no la sede— y, entre otras acciones legales, se habla de la posibilidad de interponer dos denuncias contra Panam Sports ante la Superintendencia de Industria y Comercio, organismo antimonopolio colombiano, una por actos violatorios de la libre competencia en forma de abuso de la posición dominante contractual y la otra, una demanda por competencia desleal.

César Giraldo, socio de Gher International Group, opina que se deben revisar los contratos firmados por el gobierno anterior y el actual para determinar si hay cláusulas que puedan ir en contra de ese incumplimiento, de manera que puedan tomarse las medidas correspondientes para esclarecer quién tuvo la culpa de haber perdido esta oportunidad.

Analistas han llegado a señalar que el país se expone a una demanda internacional, lo que para el abogado no es descabellado. Sin embargo, insiste en que primero hay que revisar el contrato. 


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¿Qué está en juego?

Colombia pagó a Panam Sports 2,25 millones de dólares por el evento que se realizaría en Barranquilla, ciudad que consignó USD 50.000 al postularse, una vez electa pagó otros USD 250.000. A esto se suman una serie de gastos que, a título de anticipos, debía pagar la ciudad.

En enero de este año debía pagar USD 8 millones de dólares, que fue lo que incumplió, aunque el pago había sido pospuesto varias veces. Adicionalmente, debía suscribir una póliza de USD 50 millones por derechos de televisión y transmisión. 

En vista de que se trata de contratos onerosos, el Gobierno Nacional salió en auxilio de la ciudad, sin capacidad económica para cubrir esos gastos, con las consecuencias conocidas públicamente al no honrar a tiempo los compromisos asumidos.

Más allá de la pérdida económica para la ciudad (y para el país) está también el daño a su imagen internacional, a su credibilidad, así como todo lo que se deja de percibir en Barranquilla, considerando la actividad económica que suponía la asignación de sede de los juegos más importantes, después de las Olimpiadas.

“Bajo el contrato y la responsabilidad estatutaria, ese dinero, a priori, está perdido y, correctamente, Panam Sports lo tiene en su patrimonio porque las normas que gobiernan este caso son claras”, señala Alberto Emilio Cervera, socio de la boutique especializada en derecho deportivo Tr3s Legal Sports Management. 

Piensa que las partes —Comité Olímpico Colombiano (COC), el Distrito de Barranquilla y el Comité Ejecutivo de Panam Sports— deben verificar, en un ambiente cordial, las causales por las que se rescindió el contrato en atención a lo que establecen los estatutos.

Sugiere que la controversia sea sometida al Comité Ejecutivo de la organización. De no llegarse a un acuerdo allí, se tienen 21 días para someter el caso ante la Cámara de Apelación del Tribunal de Arbitraje Deportivo, en Suiza.

El abogado no descarta que la pérdida para el país pudiera ser mayor si Panam Sports decidiera reclamar algún perjuicio económico que le hubiera podido causar el incumplimiento del contrato suscrito y los estatutos, de los que Colombia es signatario. 


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La pérdida no es solo patrimonial

Se calcula que haber perdido la organización de los Juegos Panamericanos representa una pérdida de 640 millones de dólares (2,5 billones de pesos) y dinero por percibir a través de los impuestos y en beneficio de las finanzas públicas.

"Este evento deportivo no solo generaría ingresos directos a través del turismo y la inversión en infraestructura, sino que también promovería la generación de empleo y la revitalización de sectores, como el hotelero y el de la construcción", manifesta el economista Alejandro Ossa, oriundo de la ciudad. 

La ciudad del Caribe colombiano esperaba a más de 70.000 turistas, lo que habría significado ingresos adicionales por USD 33 millones (COP 132 mil millones), beneficiando no solo a sectores como la gastronomía y el turismo, sino que también habría estimulado el desarrollo de servicios y bienes específicos creados por emprendedores locales como souvenirs, artículos deportivos y experiencias turísticas especializadas.

Ossa, quien también es consultor y evaluador de proyectos, resaltó que, además, se dejaron de generar alrededor de 20.000 nuevos empleos en el sector hotelero, sin hablar de proyectos de infraestructura importantes, como la villa de los atletas y escenarios deportivos, lo que —en su opinión— limitan el potencial de desarrollo a largo plazo.

Refiere que, a nivel social, los juegos también representaban una oportunidad para promover la cohesión comunitaria y la participación ciudadana a través del voluntariado, con un estimado de 17.000 personas involucradas y un valor agregado significativo en términos de tiempo durante el evento, aparte del impacto positivo de este en la salud pública, al impulsar la actividad física y combatir la inactividad, lo que a su vez habría generado ahorros significativos en costos directos de atención médica, según un informe de la Embajada del Reino Unido.

Otros tropiezos deportivos

En el pasado reciente, Colombia ha vivido otras situaciones incómodas como la de Barranquilla. Una de ellas ocurrió en 1986, cuando renunció a ser la sede del Mundial de Fútbol, cuya candidatura había presentado la Federación Colombiana de Fútbol en 1973. Los nulos avances en la organización del evento, así como diferencias con la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) precipitaron la decisión, que ha sido considerada como un hito histórico en la historia del deporte rey, pues se trata del único país que ha declinado organizar la Copa del Mundo.

Por si fuera poco, en 2021, perdió ser sede de la Copa América, al ser rechazada su petición de posponer el evento (de junio a noviembre), alegando el nivel de conflictividad social que vivía el país. La organización alegó razones ligadas al calendario internacional y a la logística del torneo, que Colombia compartiría con Argentina, para negar la solicitud.

Giraldo señala que más que un tema jurídico, es un tema más de imagen de Colombia, que últimamente ha dejado pasar la oportunidad de organizar eventos de gran escala deportiva que serían muy importantes para la marca-país.

Si bien asegura que no existen limitaciones legales que puedan frenar la posibilidad de que el país organice una nueva competencia internacional, considera que, al ser un tema eminentemente político, sí disminuye la imagen del país para la celebración de eventos deportivos.

Ante el más reciente tropiezo de Colombia en la organización de unos juegos, Perú y Paraguay se disputaban la sede de los Panamericanos 2027. Con el anuncio de este 12 de marzo, Panam Sports, en Asamblea General Extraordinaria, Lima acogerá la 20° edición de la competencia continental, apalancada por la experiencia ganada y la infraestructura construida para los Panamericanos de 2019.

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