El 2 de diciembre, Donald Trump, presidente de EE.UU., tuiteó que la devaluación de las monedas en Brasil y Argentina obedecían a una manipulación para aprovechar la fuerza del dólar y que esto representa pérdidas para los agricultores estadounidenses. Con esta lógica, el Gobierno anunciaba aranceles en la importación de acero y aluminio para ambos países. Desde marzo de 2018, Trump impuso esta medida a nivel global con un impuesto por importación de acero del 25 % y para el aluminio del 10 %; de hecho fue uno de los impuestos con que inició la guerra comercial contra China.
En 2018, el mandatario estableció un plazo de un mes para llegar a acuerdos individuales y otorgar exenciones a ciertos países, los únicos exentos fueron Brasil, Argentina y Australia. Derivado de las negociaciones del T-MEC, México y Canadá también resultaron beneficiados.
De acuerdo con información del Departamento de Comercio del Gobierno de los EE.UU., Brasil está dentro de los grandes importadores de acero. Se calcula que el acero brasileño representa el 13 % del importado en EE.UU. y se traduce en más de 20.000 millones de dólares anuales.
En cuanto a Argentina, si bien no es un gran exportador de estos materiales, concentra en EE.UU. sus operaciones, por lo que sería un gran golpe económico para ese sector. Sus exportaciones al país norteamericano suman más de 700 millones de dólares.
En junio de 2018, luego de que Trump firmó la entrada en vigencia de este impuesto, varios países impusieron, en contrapartida, sus propios aranceles. Canadá, por ejemplo, había anunciado el 10 % en las importaciones desde EE.UU. Papel higiénico, productos para el cabello, detergentes, yogurt, salsa de soya, cortadoras de césped, bolsas de dormir, café, agua, jugo de naranja y whisky; estos últimos productos también fueron considerados por la Unión Europea, además de establecer aranceles para la importación, desde ese país, de jeans, tabaco, maíz y arándanos.
Anna Cecilia Malmström, comisaria de Comercio en la Comisión Europea, manifestó que desde su cargo se comunicó con el gobierno de Estados Unidos para expresar sus preocupaciones fundadas sobre la capacidad del sector del acero, dejando en claro que esta no era una buena medida.
"La reserva también debería actuar para esos países, hay muchos que se aprovechan de la fuerza del dólar para devaluar sus monedas. Esto hace que sea muy difícil para nuestros fabricantes y agricultores exportar sus productos de manera justa”, manifestó el mandatario Donald Trump en la red social.
El aumento de aranceles para Argentina y Brasil por ahora está pausado, incluso silenciado; ya no es posible visualizar el tuit desde la línea de tiempo de la cuenta del presidente Trump; Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, se mantiene optimista, ha manifestado que encontrarán una buena salida; Alberto Fernández, presidente de Argentina, no ha declarado al respecto.
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