Counsel: Las responsabilidades del asesor jurídico dentro de una empresa

El papel del asesor jurídico como consejero legal externo de sus clientes ha adquirido una importancia sin precedentes en el mundo de los negocios. En un entorno en el que accionistas, órganos de administración y directivos de empresas se enfrentan a desafíos y responsabilidades legales cada vez más complejas, la presencia de un consejero —y no necesariamente a nivel de consejo de administración— se vuelve indispensable.

Los clientes ya no buscan solamente un abogado con habilidades técnicas y experiencia en diversos sectores, sino que ahora demandan a un profesional con una capacidad excepcional para comprender y dominar una amplia gama de materias, habilidades y cualidades, es decir, un profesional con habilidades interdisciplinarias. 

En México, de conformidad con la legislación vigente, los accionistas y los órganos de administración tienen una serie de responsabilidades que se traducen en deberes fiduciarios de diligencia y lealtad hacia el negocio que representan, entre otros. Además, existen otros preceptos legales —en mi opinión deberes fiduciarios, igualmente importantes—  relacionados con el cuidado del medio ambiente y el impacto social, que deben considerarse al tomar decisiones, tanto internas como externas de la empresa.

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Para cumplir con estas responsabilidades, los accionistas y administradores deben llevar a cabo un análisis y discusión permanente de cada decisión, basándose en información completa y suficiente. De esta manera, el consejero desempeña un rol clave, ya que su presencia y participación activa contribuyen al cumplimiento por parte de los clientes, sus accionistas y los órganos de administración.  

Todo ello hace que en la práctica el involucramiento del consejero logre:

1. Asesoramiento especializado: el consejero posee una amplia experiencia y conocimientos en diversas áreas, no solo en cumplimiento normativo, lo que le permite brindar asesoría especializada y completa. Además, el consejero se involucra en aspectos relacionados con el negocio, gobierno corporativo, operaciones diarias, fusiones y adquisiciones, contratos mercantiles, propiedad intelectual, resolución de disputas, manejo de crisis y otros temas relevantes para el cliente. Esto garantiza que los clientes puedan tomar decisiones fundamentadas y tener en cuenta aspectos legales, de negocio, éticos, medioambientales y sociales relevantes.
2. Identificación y prevención de riesgos: al participar con su opinión desde etapas iniciales de proyectos y decisiones importantes, el consejero puede identificar posibles riesgos legales y ayudar a abordarlos de manera proactiva. Esto permite anticiparse a problemas futuros y tomar medidas preventivas para evitar consecuencias negativas para el negocio y los intereses de los accionistas y otros stakeholders.
3. Mejora de resultados y ahorro de recursos: La inclusión del consejero en la toma de decisiones estratégicas permite considerar todos los aspectos legales relevantes y evaluar las implicaciones de cada opción. Esto puede conducir a tomar decisiones más informadas y reflexionadas, lo que a su vez puede generar mejores resultados en el negocio. Además, al abordar los aspectos legales desde el inicio se evitan problemas costosos y se ahorra tiempo y dinero en procesos de regularización y litigios futuros.
4. Aliado estratégico y cuestionador: el consejero actúa como un aliado estratégico y un cuestionador objetivo. Aporta una perspectiva legal y ética independiente, desafiando planteamientos y brindando un enfoque crítico y reflexivo. Su función de consejero externo permite que los clientes obtengan una visión más amplia y objetiva, lo que fortalece la toma de decisiones fundamentadas.

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En cuanto a cuándo se requiere un consejero, la respuesta es simple: siempre. Aunque en negocios pequeños o de reciente creación, con operaciones sencillas, puede ser suficiente contar con un asesor legal externo para consultas puntuales, a medida que el negocio crece y evoluciona y las necesidades del cliente se vuelven más complejas, el papel del consejero se vuelve indispensable. 

Ahora bien, para maximizar el rol del consejero es fundamental que tenga acceso a información relevante y actualizada sobre el cliente y su negocio. Esto requiere una relación de completa transparencia en la que el cliente proporcione al consejero la información necesaria para realizar un análisis legal sólido y fundamentado, para que este ejerza una verdadera labor de planeación y prevención y no una labor meramente reactiva.

Por otro lado, el consejero también debe mantenerse actualizado, capacitado y en constante desarrollo profesional. Esto implica aprender, entender y adoptar, en la mayoría de los casos, temas y habilidades que van más allá de lo estrictamente legal, como puede ser el uso de IA para optimizar procesos, analizar grandes cantidades de información legal, identificar patrones y tendencias, entre otros.

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Finalmente, es importante tener claro que el consejero no debe ser alguien subordinado a los accionistas, administradores y directivos, como si se tratase de una relación laboral. El consejero debe ser libre, independiente, confiable y transparente; el consejero debe ser, en mi opinión, un amigo.

* Diego Blanco es socio fundador de Blanco Carrillo, S.C.; licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana. Blanco es maestro en Derecho por la Escuela de Leyes de la Universidad de Virginia (EE.UU.) y profesor de la cátedra de Contratos mercantiles en la Universidad Iberoamericana.