Los chilenos votarán, el 4 de septiembre, por la instauración de una nueva Constitución; una decisión que estará acompañada de la aparición de los primeros síntomas de una recesión, mezclada con inestabilidad política y el mayor aumento de precios en la canasta básica de las últimas dos décadas.
El Banco Central del país sudamericano advierte que, para el siguiente año, la recesión comenzará a presentar sus efectos en la economía chilena. Para Sergio Godoy, economista en jefe de STF Capital, las señales se empezarían a ver en los últimos meses de 2022. Esto incluiría una disminución en la generación de empleo, al igual que un aumento en la población sin trabajo, además de una caída en los servicios.
En el fondo de la recesión, que ahora es meramente técnica, está un desequilibrio macroeconómico que se acentuó con las medidas promovidas por el gobierno del expresidente Sebastián Piñera para paliar la crisis sanitaria que ocasionó la pandemia.
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Si bien Chile creció más de 11 % en el último año -una de las mejores recuperaciones económicas en el mundo-, esto se debió, en buena parte, a las políticas fiscales propuestas por el gobierno: créditos a tasas cercanas al 0 % de interés y con una política fiscal favorable para el consumo, así como los retiros en los fondos de pensiones que aumentaron el flujo de capital en la economía del país sudamericano.
“Esa es una mezcla que origina un desequilibrio fuerte, tenemos un déficit fiscal del 8 % en los últimos dos años, vamos a ver también una eventual caída en las tasas de crecimiento, además de que aumentarán las tasas de interés y será difícil corregir esos desequilibrios”, explica Godoy en entrevista para LexLatin.
De acuerdo con el Banco Central, la inflación ha escalado a niveles del 13,1 % en julio, un nivel que no se observaba en las últimas dos décadas y que comenzó siendo una respuesta a la alta demanda de los chilenos de bienes durables durante la pandemia, a un problema global por la invasión rusa a Ucrania.
Asimismo, el BC chileno estima que en el transcurso del siguiente año la economía del país se contraiga hasta en 1 % por ciento o que se mantenga “flat” con respecto al cierre de este año.
Los precios han aumentado significativamente por una demanda fuerte de servicios, un sector que, a diferencia del minero, ha mantenido la senda del crecimiento. Por otra parte, la economía chilena no ha podido descontar el impacto de la inflación subyacente -que incluye combustibles y alimentos-, por el aumento, precisamente, en el sector terciario.
“El problema que hemos tenido es el tipo de cambio, que aún está a niveles altos, y que ha hecho que la caída de alimentos y combustibles no se haya visto tan rápido, la parte servicios se ha vuelto muy relevante en la inflación y eso ha ocurrido todo el año”, agrega Godoy.
El componente más fuerte de la inflación se explica por el aumento en el precio del transporte, que ha incrementado su precio en 26,4 % en los últimos 12 meses, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Mientras tanto, los alimentos y las bebidas no alcohólicas han tenido un crecimiento en su precio cercano al 20 % durante el último año, con datos a julio.
De acuerdo con las estimaciones del Banco Central, el pico de la inflación llegará en septiembre y solo alcanzará a la meta del 3 % hacia finales del 2024.
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El plebiscito
Después de una formulación en la que participaron políticos independientes, la votación para cambiar la Constitución actual -que data de la dictadura de Pinochet- servirá para que chilenas y chilenos decidan si aprueban o no el nuevo texto de la Carta Magna.
Quizá lo que más se esperaba en el terreno económico sería un guiño del gobierno de Gabriel Boric hacia la privatización o estatización de las industrias, particularmente la minera. Pero en el texto provisional que se ha puesto a discusión, no se nota ese afán, apunta Godoy.
“Creo que el gobierno está consciente de que Chile necesita inversión privada, no veo en el gobierno un espíritu de estatización, quieren un papel del Estado más grande en la provisión de servicios, pero no volver a un Estado minero, no veo ese camino”, afirma el economista.
En cuanto a minería, se ha planteado en el artículo 147 que “el Estado adoptará las medidas necesarias para proteger a la pequeña minería y pirquineros, las fomentará y facilitará el acceso y uso de las herramientas, tecnologías y recursos para el ejercicio tradicional y sustentable de la actividad”, pero no se menciona un ánimo privatizador.
Por otra parte, en las disposiciones transitorias, el gobierno de Boric continuará ejerciendo los derechos que adquirió sobre la Corporación Nacional del Cobre de Chile, en virtud de la nacionalización prescrita en la Constitución de 1925.
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Para Godoy, si bien el plebiscito será un parteaguas, lo cierto es que habrá que analizar las leyes que se deriven de la nueva Constitución y de la negociación que vaya a realizarse en un Congreso fragmentado, en el que el presidente chileno tendrá que negociar para poder impulsar las reformas planteadas en su programa de gobierno.
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