Carolina Rodríguez Calderón fue recientemente promovida como socia de la práctica tributaria y aduanera de Estudio Olaechea. En esta práctica comparte liderazgo con un segundo socio.
Con una experiencia laboral en temas fiscales de más de 15 años como asesora de empresas hoteleras, navieras, agropecuarias y de la industria juguetera, esta abogada, que apuesta por la implementación de políticas de transparencia fiscal y asistencia administrativa en materia fiscal en su país, se tomó unos minutos para responder al Cuestionario LexLatin, a propósito de su promoción.
He aquí sus respuestas:
¿Por qué decidió hacerse abogada?
Porque me interesó siempre el Derecho como herramienta para generar cambios sociales. Puede parecer que el Derecho Tributario no tiene nada que ver con el cambio social, pero a la larga sí influye, por cuanto los contribuyentes pueden adaptar sus conductas en base a ciertos cambios normativos y “acostumbrarse” a cierto nivel de cumplimiento tributario cuando ya internalizaron la norma.
¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?
La consolidación de la práctica tributaria y aduanera de la firma.
¿Puede decirnos a quién admira como mentor (o un abogado que admire) y por qué?
A la doctora Carmen Robles quien fue la primera profesora de un curso de Derecho Tributario en la Universidad Católica del Perú. Admiro no solo su pasión por la investigación sino también que sabe transmitir a sus alumnos la calma y paciencia con la que un abogado debe leer la norma tributaria. Es algo que sirve mucho en el ejercicio del derecho porque, por lo general, las normas tributarias siempre se redactan de modo tal que nadie las entienda, costumbre que debería ser superada.
¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de Derecho?
El abogado del diablo, dirigida por Taylor Hackford.
Si no fuese abogada, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?
Ingeniero. Hice un primer ciclo de Ingeniería, pero lo dejé por el Derecho. Me parecen fascinantes todos los debates y problemas que pueden ahorrarte las ciencias exactas, eso está en las antípodas del Derecho.
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