Andrés Hessdörfer responde el Cuestionario LexLatin

Andrés Hessdörfer responde el Cuestionario LexLatin
Andrés Hessdörfer responde el Cuestionario LexLatin
Fecha de publicación: 04/01/2018
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Andrés Hessdörfer
Andrés Hessdörfer

Andrés Hessdörfer ha desarrollado su carrera profesional en Olivera Abogados, y la firma lo ha promovido como nuevo socio, iniciando este 2018. El bufete resaltó la madurez profesional del especialista en el área tributaria como uno de los atributos que le convirtieron en un socio ideal.

Hessdörfer respondió nuestro Cuestionario LexLatin.

¿Por qué decidió hacerse abogado?

Soy el único abogado en mi familia, con lo que la profesión era en gran medida un misterio para mí. Ciertamente fue una vocación que desarrollé al tiempo que cursaba la carrera en la universidad y, fundamentalmente, cuando comencé a trabajar en la firma durante mis últimos dos años de estudiante y entendí verdaderamente de qué se trataba el ser abogado. Creo que allí, cuando pude ver la teoría aplicada a problemas de la vida real, fue cuando decidí hacerme abogado. Marco este matiz entre la decisión de ser abogado con la de estudiar Derecho, porque no necesariamente van de la mano. Si hablamos de mi elección por estudiar Derecho, la asocio al especial interés que me despertaban materias como Historia, Literatura o Filosofía. En aquel momento, vi en el Derecho una carrera que me permitiría maximizar esos intereses y seguir en contacto con ellos.

¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?

Consolidar a Olivera Abogados como una firma referente en materia de impuestos en nuestro país. En estos últimos cuatro años hemos logrado desarrollar la práctica, tomar casos importantes que nos dieron visibilidad y ser reconocidos por distintas guías internacionales. El desafío es continuar por este camino y apostar a seguir creciendo.

¿Puede decirnos a quién admira como mentor (o un abogado que admire) y por qué?

He tenido el placer de trabajar junto a excelentes colegas y tener extraordinarios profesores, tanto a nivel de grado como de postgrado. Son muchos los que, en alguna manera, me han marcado y dejado enseñanzas importantes. Como mentores, debo mencionar a Ricardo Olivera García, de quien tuve primero el placer de ser su alumno y que luego me dio la oportunidad de iniciar mi carrera profesional en el estudio hace ya diez años. Su vocación por la academia y la docencia contagian su actividad profesional, generando para quienes trabajamos con él instancias de aprendizaje permanentemente. Destaco también en Ricardo la creatividad para generar soluciones a problemas de extrema complejidad y su espíritu emprendedor.

Tampoco puedo olvidarme de Sebastián Arcia, quien fuera mi profesor de Derecho Financiero en la Universidad de Montevideo y despertó en mí el interés por el Derecho Tributario. Sebastián tuvo a su vez la generosidad de abrirme las puertas de la Cátedra que hoy compartimos en la Universidad de Montevideo cuando yo aún era estudiante y las de su firma, de la cual guardo un gratísimo recuerdo. Por último, como referente académico en mi área de especialidad, quisiera destacar al Prof. José Luis Shaw, a quien conocí primero siendo estudiante a través de la lectura de sus excelentes trabajos y que luego la actividad profesional y académica me dieron la grata oportunidad de poder estar en contacto con él.

¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de Derecho?

Voy a optar por la recomendación cinematográfica. He visto varias películas que se relacionan de una manera u otra con la profesión, por lo que no es sencilla la elección. Aunque su mensaje sea desgarrador, recomendaría El Abogado del Diablo. Creo que es la mejor película que he visto relacionada con el mundo legal, aunque excede largamente las cuestiones jurídicas. En realidad, la vida y carrera de un abogado “exitoso” seducido por el mal (a veces sin advertirlo) es el hilo conductor para tratar cuestiones mucho más profundas del ser humano, como la tensión entre el bien y el mal, la ambición y la miseria. Es una película cargada de simbología, con grandes actuaciones y una trama muy atrapante.

También recomendaría Una Acción Civil, que la recuerdo como la primera película que vi relacionada al mundo de los juicios y verdaderamente me entusiasmó. En la película se puede ver el periplo de un grupo de familias asistidas por una firma de abogados para llevar adelante un importante caso de responsabilidad por contaminación, que buscan relacionar con el incremento del cáncer en la zona. La envergadura de las empresas demandadas le da a la disputa un tinte épico de David contra Goliat. A su vez, el hecho de que esté basada en hechos reales constituye, sin dudas. un condimento adicional para ver la película.

Si no fuese abogado, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?

Posiblemente me hubiera volcado hacia el Periodismo, por la posibilidad que brinda de estar en un contacto muy cercano y permanente con la realidad, analizarla y comunicarla al mundo.

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