Los líderes de firmas legales deben demostrar un alto grado de autoconocimiento al manejar el descontento de los socios, o sus firmas podrían estar en riesgo.
Como pudimos ver en el referendo escocés, sociedades que parecen ser firmes, exitosas y seguras pueden estar plagadas de descontento interno que, en el peor de los casos, amenaza su existencia.
Las firmas legales no son inmunes a estas tensiones. El impacto de la crisis económica ha revelado muchas tensiones ocultas y resentimientos, quizás relacionados con estilos de gerencia, estrategia, problemas intergeneracionales, remuneraciones a los socios o rendimientos, o desempeños considerablemente distintos de grupos legales y oficinas tanto nacionales como internacionales.
En cualquier organización de personas altamente motivadas y con opiniones firmes, algunas tensiones no solo son inevitables sino, hasta cierto punto, deseables.
La identificación y manejo de estas tensiones es una prioridad estratégica para que el liderazgo de una firma garantice éxito y longevidad.
Aunque dichas tensiones rara vez terminan disolviendo la firma, pueden hacer que los socios se enfoquen en sí mismos y adopten conductas disfuncionales. En un período de intensa competencia entre firmas legales, esta introspección puede hacer por sí misma que la firma reduzca su desempeño con respecto a sus rivales, lo cual exacerbará tensiones internas. Esto puede hacer que no solo los socios insatisfechos sino también los buenos ciudadanos corporativos busquen mejores pastos, frustrados con conflictos internos y atmósfera negativa.
Sean decisivos
Estos problemas deben atenderse con urgencia. El liderazgo debe estar consciente de ellos y estar preparado para tomar acciones decisivas para resolverlos. Esto requiere no solo un alto nivel de autoconocimiento, ya que el estilo de liderazgo podría estar contribuyendo a la insatisfacción, sino un alto nivel de energía emocional y perspicacia para entender y atender las preocupaciones básicas de forma eficiente. Eso no quiere decir que todos los líderes deberían ponerse a las órdenes de cualquier socio descontento, pero deben entender y actuar con problemas que son legítimos y ganan momentum.
Hemos visto en los últimos años muchos ejemplos de presiones elevadas dentro de las firmas legales. Es altamente improbable que el problema tenga una sola causa. Las quejas pueden ser muchas, individuales y de larga data, pero suelen rodear un problema particular y aparentemente insignificante, y tomar fuerza desde allí, poniendo al liderazgo a la defensiva, llevando a soluciones apresuradas e insuficientes.
Esto puede validar a los insatisfechos. El liderazgo aparece débil y maleable, la firma comienza a dividirse en campos, pierde su rumbo, el ambiente de trabajo se deteriora, grandes cantidades de tiempo y energía se desperdician y la consecuencia son resultados inesperados e indeseables.
Es fácil que el liderazgo de una firma legal se distancie de sus socios y parezca no apreciar a los clientes y otras presiones que los socios enfrentan. Esta distancia puede hacer que el liderazgo se vuelva sordo - o indiferente - a los problemas hasta que la crisis explota.
Inevitablemente, el líder enfrenta una multitud de presiones, pero una parte crucial del rol es reunirse regularmente con un grupo de socios y conocer el desempeño de su despacho, y escuchar las dudas que puedan tener. Los líderes de la firma no pueden simplemente confiar en líderes de despacho para medir los temperamentos de la sociedad. Estas reuniones también pueden ser oportunidades de transmitir mensajes acerca de la estrategia y el progreso de la firma.
Buenas capacidades para escuchar, bien sea de parte del liderazgo o de parte de un asesor independiente, son esenciales para que los problemas puedan ser apropiadamente entendidos y sus causas identificadas. Esto es clave para encontrar una solución que consiga el impulso necesario.
Ignorar no es una opción
Algunos líderes sienten que reconocer estas tensiones es un signo de debilidad y que es preferible ignorarlos, basándose en la idea de que la gente a la que no le gusta cómo funciona la firma, es libre de irse. Esto es peligroso en todos los casos de insatisfacción, salvo los más aislados.
Estas presiones pueden acumularse rápidamente y un año financiero decepcionante y/o la partida de algunos socios respetables y de buen desempeño pueden aumentar las tensiones y poner al liderazgo y la supervivencia de la unión en riesgo.
Nunca ha sido fácil dirigir una firma legal, pero los líderes que no saben identificar y atender los asuntos de forma oportuna no solo arriesgan sus propias posiciones, sino la existencia de sus firmas. Han sido advertidos.
Esta es una versión en español de un artículo publicado originalmente en The Lawyer, cedido a LexLatin por el autor para su publicación.
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