Mucho se ha especulado y escrito sobre las posibles consecuencias que la victoria electoral de Donald Trump tendrá para México, una vez que asuma la Presidencia de los Estados Unidos de América.
Es claro que muchas veces los candidatos dan un discurso y, una vez ganadas las elecciones, las acciones que toma el presidente electo son distintas. Recordemos que Trump, igual que cualquier gobernante, no aspira a ser presidente solo por los próximos 4 años —sino que probablemente buscará la reelección para un segundo período.
La contienda electoral Trump –Clinton fue una de las más reñidas en la historia del país del norte y demuestra que existe una división en el pueblo norteamericano en relación con ciertos ideales y la forma de alcanzarlos. Por ello, veremos un Trump más conciliador y con un discurso que procure unir a la gente.
Entrando al tema industrial, recordemos que hace unas décadas la moda en la industria fue trabajar en la calidad del producto, luego fue en el tiempo de entrega, y ahora es en el precio final del producto o servicio. Creemos que este enfoque está en su etapa final, y que lo que está en puertas es un momento de innovación que generará una disrrupción en la industria.
Ejemplos como Amazon, Uber, Airbnb, las impresoras 3D y, en general, el comercio en línea, están cambiando la manera de hacer negocios en el mundo y Trump y sus asesores lo saben perfectamente.
Con ello, la pregunta es: ¿Qué panorama se avecina para México en el sector industrial?
Sin duda, van a existir cambios, pero no esperamos que éstos sean mayores en cuanto al tema industrial, ni a las inversiones de empresa americanas que, por décadas, han movido parte de sus operaciones a México, buscando mayor flexibilidad y aprovechando un costo de mano de obra menor al de los Estados Unidos.
Basta recordar el programa “maquilador” o “in bound” que tanto éxito ha tenido en México desde la década de los 60´s, del cual la oficina de Ciudad Juárez de EC Legal fue pionera y hoy sigue siendo líder.
El programa maquilador consiste en permitir que las empresas extranjeras establezcan sus operaciones en México, importando maquinaria, equipo y enseres, de manera temporal y sin el pago de gravosos impuestos, para elaborar sus productos en territorio mexicano por empleados mexicanos y, posteriormente, ser exportados fuera de nuestro territorio y que genera miles de empleos para México.
La industria maquiladora abarca un sinfín de productos: electrónicos, ropa, autopartes, aeronáutica, alimentos y bebidas, etc., y lo que, inicialmente, se encontraba en la frontera México – EE. UU., hoy se localiza en otras zonas y está creciendo en el centro del país, como lo atestiguan nuestras oficinas de Querétaro y Guanajuato.
Frente a las promesas de campaña del presidente electo Trump de regresar los empleos perdidos en favor de la industria mexicana, se debe examinar su posibilidad real de ser aplicada. Prometió el regreso de empleos a la unión americana, imponiendo, si fuere necesario, impuestos de importación del 35 % a los productos de dicha actividad económica. Recordemos que el Partido Republicano se instruye de la economía de mercado y que las medidas que se prometieron contradicen radicalmente dicha doctrina, encarecerían el costo de vida de la sociedad norteamericana y no tendrían el apoyo del sector social que tradicionalmente ha apoyado a ése partido. Dicho de otra manera, la mayoría en ambas Cámaras del Congreso se compone de Republicanos tradicionales y, ni el Sr. Trump ni sus propuestas, lo son.
El nivel de producción industrial americano no ha bajado: ha cambiado de carácter y se basa, más y más, en la intervención de procesos robóticos, ya que éstos no cobran horas extras, ni se enferman, ni toman vacaciones. En lugar de producir autos, hoy el hombre produce máquinas que producen autos y les dan mantenimiento. La economía americana está en franca transición desde hace años, de una economía de producción a una economía de servicios, aunada a nuevos campos de inversión en el ámbito, tanto de la información como el ambiental.
El mundo, nos guste o no, se ha globalizado y la competencia está en todos lados, es por ello que las compañías buscan todas las estrategias a su alcance, para competir con precios, tiempos de entrega y servicio.
En México existe mano de obra calificada y desarrollada a todos los niveles, que cumple con todos los requerimientos que necesita una empresa industrial de clase mundial, lo que lo convierte en un lugar atractivo para seguir recibiendo inversiones y en un socio perfecto para los inversionistas extranjeros.
Creo que más que temer lo que pueda suceder, debemos estar atentos a las oportunidades que esta nueva etapa de nuestra relación bilateral nos pueda presentar, descubriendo las posibilidades de negocios y desarrollo que traerán.
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