Ana Teresa Rizo (Arias, Nicaragua) coincide con la experiencia de la mayoría de managing partners (MP) que han pasado por la Serie MP al hablar de las habilidades necesarias para dirigir una firma: liderazgo —lógicamente— pero también conocimientos en administración, gestionar los recursos humanos, un poco de finanzas y contabilidad, así como resistencia al desafío de mantener un equilibrio entre el trabajo meramente legal y la parte gerencial.
—¿Cuál es el legado que le gustaría dejar como socia directora?
—El haber apoyado en el proceso de desarrollo de la cultura de servicio al cliente dentro de la firma, logrando que seamos vistos como aliados estratégicos y no simplemente como una prestación de servicios legales.
—¿Qué es lo mejor y lo peor de ostentar el cargo de MP en un despacho legal?
—Una de las cosas positivas es que desde una posición de liderazgo se puede influir en el desarrollo integral de la firma y de sus abogados.
La parte difícil es lograr un balance entre el tiempo que se debe de invertir en la gestión de la firma y el trabajo meramente legal, frente al cliente y al equipo de trabajo.
—Pensando en el plano formativo, ¿qué requisitos le parecen indispensables para dirigir una firma?
—Son indispensables el liderazgo y tener conocimientos de administración, no solo hay que gestionar recursos humanos, sino que también hay que atender una parte financiera-contable, incluso estratégica.
—¿Y desde el punto de vista personal?
—Es muy importante lograr ejercer el liderazgo positivo. Contar con habilidades gerenciales con el fin de influir en el actuar de los abogados y que estos logren cumplir con sus metas y objetivos profesionales y personales. Es muy importante también saber delegar e incentivar a los abogados a ser parte esencial del desarrollo de la firma.
—¿Qué tan formadas están llegando las nuevas generaciones desde las universidades en cuanto a atención al cliente? ¿Ha cambiado la metodología en las facultades para hacer frente a la nueva realidad del mercado global?
—Considero que las universidades no han logrado alinear el ejercicio de la profesión con el servicio al cliente, por lo que los abogados no salen con conocimientos propios de la administración o gestión de una firma.
La metodología en las universidades ha incluido cambios, pero no han sido orientados a la atención al cliente.
—¿Qué opina de los procesos de institucionalización en numerosas firmas latinoamericanas? ¿Cómo será la firma de abogados del futuro?
—Los procesos de institucionalización son positivos porque permiten mantener orden y estructura, facilitando el crecimiento de la misma, así como la implementación de nuevos proyectos o programas y responder a los cambios de una manera ágil y eficiente.
La firma de abogados del futuro requerirá de un mayor uso de herramientas tecnológicas, implementación de inteligencia artificial y otras ramas o tendencias del derecho que van surgiendo por los cambios de la sociedad.
—En lo que a tecnología se refiere, ¿se están actualizando a tiempo las firmas latinoamericanas para competir con las internacionales?
—Considero que hay un desfase importante. El proceso de actualización ha sido lento, pero ya nos hemos dado cuenta de los beneficios que se logran implementando estas nuevas tecnologías, logrando eficiencia y reducción de costos que se trasladan al cliente.
—¿Qué cambios han implementado en Arias?
—En los últimos 12 meses la firma ha incorporado a nuestras labores diarias programas que nos permiten facilitar la comunicación con el cliente, ordenar procesos internos, poner a disposición de forma más eficiente la información y documentación propiedad del cliente.
—¿Cuál es la situación en el bufete en términos de igualdad de género? ¿Qué políticas han implementado para paliar posibles brechas?
—Desde sus orígenes la firma ha incentivado la igualdad de género, lo que ha permitido que las mujeres, de forma espontánea, se hayan desarrollado profesionalmente dentro de la firma.
Somos un 47 % de abogadas mujeres. Asimismo, un 53 % de los socios regionales también somos mujeres, tal como todas las MP de las oficinas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. También en el Consejo de Administración Regional de la firma, de sus cuatro miembros tres somos mujeres.
—¿Cómo es la relación entre todas las socias directoras de Arias? ¿Pueden reunirse con frecuencia y compartir experiencias que ayuden a integrar más los equipos de cada oficina?
—La relación que tenemos entre las socias (no solamente las directoras) es extraordinaria, basada en una confianza y amistad de años. Aunque existe el compromiso de reunirnos periódicamente, con la ayuda de la tecnología estamos siempre en contacto, constantemente compartiendo experiencias profesionales y personales que nos ayudan a implementar soluciones homogéneas en cada uno de los países.
—Si pudiese volver atrás en el tiempo, ¿cambiaría alguna de las decisiones que ha tomado en su trayectoria como MP?
—Probablemente no. Lo que somos ahora y donde hemos llegado ha sido gracias a las buenas y malas decisiones que hemos tomado. Sin embargo, es importante siempre valorar las consecuencias, aprender de las buenas y malas experiencias. Y si se han cometido errores, reconocerlos, rectificar si existe la posibilidad y aprender para no volverlos a cometer.
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