El Premio Nobel y su mensaje sobre la libertad de expresión

Según el Comité Nobel, el premio fue otorgado "por los esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, una condición previa para una democracia y una paz duraderas" / Imágenes Públicas
Según el Comité Nobel, el premio fue otorgado "por los esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, una condición previa para una democracia y una paz duraderas" / Imágenes Públicas
Periodistas en Brasil están venciendo obstáculos normativos y políticos.
Fecha de publicación: 19/10/2021

En los últimos años, la forma en que se produce y circula la información ha cambiado drásticamente. Los nuevos medios y las redes sociales contribuyeron a ese cambio introduciendo cierto equilibrio de poder, considerando a la ciudadanía. Incluso los gobiernos se han planteado el cambio de reglas. 

El estándar de producción de la comunicación ya no es el mismo, así como la confianza en la difusión de información, especialmente para aquellos temas que son relevantes para la opinión pública. En este escenario, medios como Google y Facebook juegan un papel importante en la concentración de la información. 

Estas plataformas están a la cabeza de la lista de las grandes corporaciones del mundo y tienen un poder que apenas comienza a ser regulado y limitado por ciertas legislaciones. La necesidad de cambio tiene como objetivo garantizar la circulación y pluralidad de información, así como limitar el abuso de poder por parte de quienes poseen y controlan estas plataformas. 


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Bajo este contexto fue la elección del Premio Nobel de la Paz 2021, otorgado a la periodista filipina Maria Ressa y al periodista ruso Dmitry Muratov. Un acontecimiento que envía un claro mensaje a quienes intentan limitar el derecho a la información: según el Comité Nobel, el premio se otorgó "por los esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, una condición previa para la democracia y una paz duraderas". 

Maria Ressa es cofundadora y directora ejecutiva de Rappler, una empresa de medios digitales de periodismo de investigación en Filipinas. "Ressa utiliza la libertad de expresión para exponer el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo en su país de origen", declaró el Comité.

Dmitry Muratov, por su parte, es editor en jefe del periódico ruso Novaya Gazeta, que lleva a cabo investigaciones sobre irregularidades y corrupción en el país y ha cubierto ampliamente el conflicto en Ucrania. Seis periodistas del periódico han sido asesinados, todos honrados por Muratov al recibir el premio. 

El Comité argumentó que la libertad de expresión es una condición para la democracia y la paz duradera. Así, los premiados “son representantes de todos los periodistas que defienden este ideal en un mundo donde la democracia y la libertad de prensa enfrentan condiciones cada vez más adversas”.

En América Latina -durante la crisis provocada por la pandemia- la libertad de prensa estuvo restringida en varios países. Según un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), en Bolivia, Brasil, El Salvador y Perú las medidas de emergencia en respuesta al COVID-19 han cuarteado la capacidad de los medios de informar libremente, así como la capacidad del público para acceder a la información. 

El Ranking Mundial de Libertad de Prensa 2021, editado por Reporteros sin Fronteras, reveló un deterioro general de la situación en América Latina. “Con pocas excepciones, el entorno laboral de los periodistas, ya complejo y hostil antes de la crisis del Coronavirus, ha empeorado aún más”, dice la organización. La región de las Américas registró el mayor deterioro de los índices regionales (+ 2,5 %).

El país latinoamericano mejor ubicado en el ranking es Costa Rica, que ocupó el quinto lugar a nivel mundial. Sin embargo, la mayoría de los países recibieron el índice rojo, lo que preocupa a los periodistas. Entre las peores tasas se encuentran Cuba (171 de 180 países), Venezuela (148), Honduras (151) y Nicaragua (121).

La libertad de expresión en Brasil

Para los expertos consultados por LexLatin, lo que hoy está bajo ataque en todas las regiones del planeta es la democracia y, con ella, la libertad de prensa.

Celso Fernandes Campilongo, profesor de la Facultad de Derecho de la USP (FDUSP por sus siglas en portugués), comenta que esta es una situación que no es reciente: 

En Brasil, cuando tuvimos las elecciones para la segunda vuelta, varias universidades fueron invadidas, ocupadas por policías. La policía entró, disolvió reuniones, recogió pancartas, prohibió reuniones. Era un juez de primera instancia quien dictaba mandatos que autorizaban la censura, la interrupción de reuniones, el retiro pancartas, el ingreso a la universidad. Fue entonces cuando la ministra Carmen Lúcia tomó una decisión muy importante, revocando todas estas decisiones”, dice


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Para el especialista en Filosofía y Teoría General del Derecho, muchos gobiernos, entidades y personas ya no se toman en serio algunos logros importantes de las democracias liberales y representativas. “Como por ejemplo la libertad de información, la libertad de ejercer una profesión y la libertad de opinión. Vivimos un momento autoritario y algunos de estos grupos combinan el hecho de que tienen una fragmentación muy grande en la producción de información asociada a esta ola reaccionaria y conservadora contra las libertades. Creo que este conjunto genera una situación preocupante para la libertad de prensa”, analiza. 

Para Pierpaolo Cruz Bottini, profesor de Derecho Penal de la FDUSP, el reconocimiento de la relevancia de la libertad de expresión para la paz mundial es una advertencia para todos aquellos que militan en contra de su limitación o represión, especialmente para los gobiernos autoritarios.

Las y los periodistas investigan las fuentes y la veracidad de los hechos, defienden la libertad de expresión y combaten la desinformación. Estos profesionales acaban siendo vistos como una molestia, porque son las personas que se encargarán de deconstruir las noticias falsas.

"Este malestar se intensificará en la medida en que se difunda mayor información. Será la importancia del rol del periodista y los inconvenientes que pueden ocasionar al cuestionar estos hechos falsos que se divulgan bajo la perspectiva de una falsa libertad de expresión", explica Thiago Sombra, socio de cumplimiento y ética corporativa del bufete de abogados Mattos Filho

El abogado defiende que la llamada libertad de expresión no da derecho a compartir todos y cada uno de los contenidos sin verificar las fuentes y su legitimidad. “Creo que hoy lo que vivimos es una confusión entre la libertad de expresión y el derecho a la información. El derecho a la información es el derecho a la información veraz y confiable, respaldada por hechos concretos. Nunca habíamos experimentado tanta divergencia entre estos derechos como en el momento que vivimos”, dice. Sombra evalúa que el papel del periodista siempre ha sido el de impugnar hechos que se divulgan sin una fuente precisa, sin veracidad.

En Brasil, el Poder Judicial ha actuado en algunos intentos de subvertir esta relación del derecho a la información veraz. Uno de ellos fue contra la medida provisional decretada por el presidente Jair Bolsonaro. En septiembre, intentó cambiar el marco civil que regula el internet en su país para dificultar la exclusión de perfiles de las redes sociales y eliminar el contenido publicado en la red.

La medida se tomó luego de que el Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) ordenara la exclusión de páginas de simpatizantes del presidente, quienes alentaron actos violentos contra ministros del STF, y también después de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) determinara que las plataformas digitales no transfirieron dinero a sitios de noticias falsas, muchos de ellos coordinados por pocketnaristas. En respuesta a la emisión de la norma, el STF suspendió la tramitación de la Medida Provisional por considerarla inconstitucional. 

Para los especialistas, resaltar el trabajo de la prensa y llamar la atención sobre la importancia de este trabajo, como lo hicieron los Premios Nobel de este año, envía un mensaje importante a los gobiernos autoritarios en Brasil, América Latina y en diversas partes del mundo.

“Vivimos en una sociedad compleja, con pluralismo, diferentes opiniones, diferentes preferencias sexuales, diferentes etnias. Hay presión de algunos sectores que no pueden tolerar vivir con complejidad, quieren reducir este exceso de elección a unas pocas opciones. Generalmente, son las posturas autoritarias las que no admiten la diversidad, no admiten otras preferencias que no sean las muy estandarizadas. Pero todo esto me parece incompatible con el mundo moderno y no debería durar mucho”, evalúa Celso Fernandes Campilongo. 

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