El mercado de streaming ha ganado nuevos actores. Al principio, en 2011, cuando Netflix llegó a Brasil, la plataforma reinaba sola en este universo. En ese momento, el gran desafío era atraer a los espectadores a una nueva forma de consumir contenido. Con un precio atractivo, esta plataforma ganó millones de nuevos suscriptores. Hoy, Brasil es el segundo mercado mundial de Netflix, con 19 millones de suscriptores. Es más que todo el universo de la TV por cable, con 15 millones de suscriptores, según Anatel.
Tras esta ola y el cambio de hábitos, las grandes corporaciones del sector vieron el potencial del mercado nacional, que poco a poco fue ganando peso, destacando Globoplay, Disney+, HBO Max, Apple+, Amazon Prime Video, Star+, Starzplay y Paramount+.
Todo esto hizo que el público se acostumbrara a una nueva rutina: desde la comodidad del hogar se tiene acceso a una serie de contenidos nacionales y extranjeros, algo que se acentuó aún más en los primeros dos años de la pandemia, cuando las salas de cine dejaron de funcionar y otras opciones de entretenimiento se redujeron ante la necesidad de aislamiento social.
Este factor aceleró la migración de los espectadores a estos servicios digitales. El cambio fue evidente, según un estudio de una empresa especializada en el área, Finder, el 64,58 % de los brasileños se suscribe a algún tipo de streaming, frente al 55 % de la media mundial.
El sector legal, aún observador de este dinamismo, ha comenzado a dar los primeros pasos hacia la formación de equipos especializados, sobre todo por su vinculación con la propiedad intelectual. Pero, ¿cuáles son las prácticas que pueden beneficiarse de esta industria en auge? LexLatin conversó con expertos en la materia de algunas de las principales firmas de abogados brasileñas.
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Infraestructura
Para Lisa Worcman, socia y líder de la práctica de derecho del entretenimiento de Mattos Filho, el mercado del streaming fue el protagonista de la industria del entretenimiento durante la pandemia.
“Su relevancia hizo que varios conflictos se abrieran de par en par, generando una serie de oportunidades jurídicas, como la necesidad de infraestructura. La llegada de 5G -sin duda- cambiará la experiencia del consumidor en el país. Desde el punto de vista legal, la nueva tecnología traerá importantes discusiones en el ámbito regulatorio de las telecomunicaciones”, analiza.
Rendición de tributos
A decir de la abogada, la regulación del streaming ganó visibilidad a lo largo de 2020, especialmente con las declaraciones de Ancine y Anatel sobre la falta de intervención en la oferta de contenidos audiovisuales a través de internet.
“Al concluir que el streaming no está sujeto a la misma regulación que la televisión paga, prevista en la ley del Servicio de Acceso Condicional (conocida como Ley SeAC), se abre la oportunidad para que el sector sea regulado de manera independiente”, dice.
Raphael de Cunto, socio de Pinheiro Neto Advogados y miembro de la práctica de tecnología y comunicaciones, cree que en el negocio del streaming siempre hay algo por suceder.
“Cuando entró en vigencia la Ley SeAC, en 2011, todo el mercado tuvo mucha actividad, con cuotas de producción nacional. Todos adaptándose a las reglas, jugadores que tenían que desinvertir, fortaleciendo a los productores nacionales, contratos de licencia y varias adquisiciones, entre otras cosas. La televisión de pago estaba en auge en ese momento, pero luego vino el streaming, Netflix, luego Apple, Prime y las cosas cambiaron. La convergencia no era necesariamente buena para que las telecomunicaciones ofrecieran productos audiovisuales”, recuerda.
Con el tema regulatorio se asoma el tributario, destaca el abogado, que refiere que la tendencia es regular mínimamente al streaming pero no regular el SeAC. "Detrás de esto hay todo un tema fiscal en el que la gente del SeAC dice que hay una asimetría entre el streaming y el servicio que tributa como telecomunicaciones”.
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Industria cinematográfica
Otro asunto que preocupa al mercado es cómo se aplicará el Aporte para el Desarrollo de la Industria Cinematográfica Nacional a los títulos distribuidos por internet.
“El sector tuvo una gran ganancia en 2021, cuando el Congreso Nacional revocó el veto presidencial a la regulación que dejaba en claro que el video bajo demanda no está sujeto al Condecine. Esta importante victoria legislativa destacó la eliminación de la mala interpretación del Condecine en las plataformas de entretenimiento y permite el establecimiento de la tributación con un proceso legislativo válido”, refiere Worcman.
Propiedad Intelectual
Según las voces especialistas, la discusión sobre la propiedad intelectual también es central.
“El streaming ha surgido históricamente como una alternativa para que el propio mercado reaccione ante la piratería. Ahí tenemos el famoso caso de Napster. Por lo tanto, las plataformas de transmisión en las que se paga para ver el contenido intentan limitar las copias clandestinas y esta es una forma técnica de evitar estas prácticas. Pero la piratería en sí sigue siendo una preocupación”, dice Maurício Tamer, del área de derecho digital de Machado Meyer Advogados.
Aún existe el debate asociado a la relación de consumo y la clasificación por grupos de edad. “Tuvimos una discusión reciente sobre la película de Danilo Gentili. Es súper importante que las plataformas tengan seguridad jurídica y mucha claridad sobre lo que pueden o no pueden hacer. Tiene, por supuesto, una perspectiva de protección de datos personales - tienen que seguir la Ley General de Protección de Datos Personales, la LGPD, aquí en Brasil especialmente”, dice.
También hay impactos competitivos. “Hay una definición de mercado y competencia entre las propias plataformas, además del tema de la publicidad, entender el uso en estas plataformas”, analiza Tamer.
Para Paula Celano, socia de BBL Advogados en la práctica de propiedad intelectual, ciencias de la vida y entretenimiento, el segmento de streaming abre oportunidades para profesionales calificados. De acuerdo con Celano, los abogados en este nicho enfrentarán desafíos regulatorios, tendrán que comprender los vacíos normativos de la legislación que no se ha creado para este tipo de innovación tecnológica para poder asesorar en toda la cadena de producción y distribución de estos contenidos y en sus diversas etapas a sus clientes.
“Con la expansión de este mercado, también hay mucho movimiento y espacio para operaciones de adquisición de contenidos, sociedades, marketing, M&As y otros negocios que seguramente necesitarán asesoría legal para ser viables”.
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Para enfrentar estos nuevos desafíos, las facultades de Derecho deben comprender la necesidad de fomentar este tipo de formación.
“La Resolución nro. 02/2021 de la CNE/CES incluyó la obligación de que todas las carreras de Derecho adecúen sus planes de estudios relacionados con la alfabetización digital y las prácticas a distancia, mediadas por tecnologías de la información y la comunicación. Así, no hay forma de que el profesional del derecho o las facultades ignoren cualquier tipo de innovación tecnológica y es precisamente ahí donde entra el mercado del streaming”, afirma Bruno Guerra de Azevedo, coordinador del área de derecho digital y LGPD de SGMP Advogados.
El abogado cree que plataformas como EdX, Educa Mais Brasil, Udemy, Hotmart, LinkedIn Learning, Escolas Conectadas, Coursera, entre otras, ayudan a capacitarse y pueden ser una herramienta fundamental en la formación continua de los juristas.
Otra discusión legal está relacionada con el volumen de las relaciones interpersonales en este mercado. “En este nicho se construyen relaciones civiles, laborales, de consumo y comerciales. Por otro lado, empiezan a surgir varias disputas con esta nueva tecnología, como conflictos de derechos de autor, conflictos fiscales o incluso los derivados de actuaciones ilícitas, como el mal uso de la imagen o la comisión de delitos cibernéticos”, evalúa el abogado.
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