El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha abierto de forma incipiente las puertas para que el Gobierno de Estados Unidos pueda acercarse a los aliados latinoamericanos de Vladimir Putin. Su motivación: conversaciones en torno al petróleo.
Este lunes (30) se dio a conocer que la Unión Europea había endurecido sus sanciones económicas contra Rusia. En un nuevo paquete de restricciones, la Comisión Europea (CE) aprobó colocar un candado a la importación de petróleo ruso, por lo que se espera que, a finales del año, el 90 % del petróleo suministrado por el régimen de Putin a los países de ese continente sea completamente bloqueado.
Si bien la estrategia de Europa, dicho por la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, será el refuerzo del desarrollo de fuentes de energía renovable, el viejo continente planea diversificar el suministro de petróleo para mantener seguras sus reservas de este energético, mientras que Estados Unidos continúa con la partida abierta sin tomar una decisión final.
Yesterday, we decided to ban de facto 90% of Russian oil imports to 🇪🇺 by the end of 2022.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) May 31, 2022
Russia shows its unreliability as an energy supplier.#REPowerEU has 3 answers: Diversifying away from 🇷🇺 fossil fuels, reinforcing security of supply/gas storage, accelerating renewables pic.twitter.com/75MjPmWSm3
Te puede interesar: Ventas de autos eléctricos reflejan avances en la transición energética latinoamericana.
Los acercamientos de EE. UU. a Venezuela
Al comienzo de la invasión rusa, un grupo de funcionarios estadounidenses visitó Venezuela para acercarse al régimen de Maduro. Entonces intercambiaron prisioneros.
Con la continuación de la invasión a Ucrania, sumada a las sanciones que Estados Unidos y el bloque de la Unión Europea han impuesto a Rusia, el comercio del combustible se ha hecho más complicado y, a la vez, estratégico.
La lectura de Pedro Freyre, director de la práctica internacional de Akerman, es que los acercamientos de Estados Unidos no solo se tratan de una subsanación de la falta de un bien, como lo es el petróleo, sino que es algo más profundo, es un movimiento de tipo geopolítico.
“A mi juicio lo que sucede viene de un par de direcciones: el tema del petróleo sí, pues existe la posibilidad de que Venezuela produzca más petróleo con apoyo de empresas norteamericanas, eso puede ocurrir; otra dirección la da un punto de vista geopolítico, y es para tratar de separar a Rusia de sus aliados en Latinoamérica”, indica Freyre a LexLatin.
Desde la existencia de la Unión Soviética y tras su caída, al menos un par de regímenes se han mantenido cerca del Kremlin: Cuba y Venezuela, un aspecto que los ha alejado de Estados Unidos, país que les ha impuesto sanciones económicas en diferentes rubros.
Pero Freyre apunta a que las complicaciones de Rusia al suministrar petróleo dan otra carta al gobierno de Joe Biden para acercarse, particularmente, a Venezuela por su importancia petrolífera.
Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha sido una de las empresas venezolanas sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. En ese sentido, el decreto ejecutivo 13808 establece en qué casos está prohibido tener relaciones comerciales y de inversión con la paraestatal.
Entre las sanciones a la petrolera están la prohibición de participar en transacciones si la deuda se emite después del 2018; si tiene un vencimiento mayor a 90 días o si es emitido en nombre o beneficia a la petrolera venezolana.
Te invitamos a leer: Energías renovables: el escenario de inversiones que plantea el conflicto Rusia-Ucrania
No obstante, hace unos días, el propio Departamento del Tesoro renovó una licencia que tiene Chevron para operar en Venezuela, un permiso que deja ver la importancia del petróleo sudamericano para Estados Unidos.
Freyre indica que si el gobierno de Maduro actúa en beneficio económico de ese país, podría obtener una ventaja respecto de la relajación de sanciones.
“El gobierno de Venezuela tiene que pensar en las ventajas de estar del lado de Rusia, que en este lado es un paria internacional, o del lado de Estados Unidos y los aliados europeos”, remarca el socio de Akerman.
De acuerdo con un documento del Servicio de Investigación del Congreso (CRS) de Estados Unidos, la administración de Biden y la oposición venezolana analizan de qué forma una reducción en las sanciones podría incentivar a Maduro a negociar la realización libre de elecciones.
A mediados de mayo, el Departamento del Tesoro redujo las restricciones que pesan sobre Chevron para su operación en Venezuela.
“Según los informes, los funcionarios están considerando otras medidas para fomentar las negociaciones”, indica el documento publicado por el CRS hace una semana.
No te pierdas: Los escenarios abiertos de la crisis mundial de la cadena de suministro
Sanciones históricas
Las sanciones que Estados Unidos colocó a Venezuela se han replicado desde muchos años atrás para diferentes gobiernos y en áreas específicas e iniciaron por la falta de cooperación del país suramericano en esfuerzos antiterroristas y drogas. Durante el gobierno de Barack Obama, Estados Unidos impuso sanciones contra funcionarios por incumplimiento en Derechos Humanos, corrupción y prácticas antidemocráticas.
En tanto, Donald Trump amplió las sanciones de orden económico contra el régimen de Nicolás Maduro, que está en el poder desde hace casi una década. El expresidente presionó con más sanciones a PDVSA y al Banco Central de Venezuela, como una medida para desestabilizar al régimen de Maduro y obligarlo a dejar el poder. Sin embargo, esto no ha ocurrido.
El nuevo problema es que, pese al alto precio del petróleo, Venezuela tiene activos en bancos rusos que han sido congelados como efecto dominó por las sanciones que castigan a Rusia por la invasión a Ucrania. Una reducción de estas permitiría a Venezuela acceder a otras vías de financiamiento del gobierno.
Add new comment