Elecciones en Uruguay: Los desafíos del próximo Gobierno

Tras el magro crecimiento de 0,4 % del año pasado, se espera que el PIB uruguayo cierre el 2024 con alza superior a 3 %./ Unsplash -  Alicja Ziaj.
Tras el magro crecimiento de 0,4 % del año pasado, se espera que el PIB uruguayo cierre el 2024 con alza superior a 3 %./ Unsplash - Alicja Ziaj.
Mantener la estabilidad política y económica de Uruguay debe ser la prioridad del nuevo presidente.
Fecha de publicación: 18/10/2024

Este 27 de octubre, los uruguayos acudirán a las urnas para elegir a quién habrá de regir los destinos del país por los próximos cinco años, con la misión, entre muchas otras, de reeditar la prosperidad económica que se vio interrumpida por la llegada de la pandemia del Covid-19 y los posteriores vaivenes de la economía global.

La contienda política, que se ha llevado sin sobresaltos, podría tener un desenlace definitivo este fin de semana en caso de que alguno de los candidatos obtenga el 50 % más uno de los votos válidos emitidos, en cuyo caso no será necesario ir al balotaje, previsto para el 24 de noviembre, entre los dos candidatos más votados. De acuerdo con los resultados de las elecciones internas obligatorias de junio pasado, los tres candidatos con mayores opciones de alcanzar la victoria son: Yamandú Orsi, representante del opositor Frente Amplio (izquierda); Álvaro Delgado, abanderado del gobernante Partido Nacional (centro-derecha), y Andrés Ojeda, por el tradicional Partido Colorado (centro ampliado).

Independientemente de la ideología política de quien resulte favorecido por la mayoría de los 2,7 millones de uruguayos habilitados para sufragar, el próximo gobierno deberá acometer acciones que ayuden al país a retomar y mantener el 4,5 % de crecimiento interanual que experimentó el país entre 2005 y 2018.


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Tiempos difíciles

Los últimos años no han sido fáciles para la República Oriental del Uruguay. Como el resto del mundo, en 2020 el país vivió una fuerte contracción como consecuencia de la crisis sanitaria global que hundió la economía en más de seis puntos porcentuales; aunque el efecto rebote ayudó a subsanar las heridas gracias al aumento de 5,3 % del PIB de 2021. No obstante, factores de índole climática tenían reservada otra desagradable sorpresa.

Entre octubre de 2022 y abril de 2023, Uruguay experimentó su peor sequía en más de un siglo, lo que afectó de manera directa al sector agropecuario, motor de la economía local, que se contrajo 25 % por la caída de la producción en una actividad que contribuye con el 75 % de las exportaciones nacionales.

La histórica sequía provocó pérdidas estimadas por el gobierno en más de USD 1.800 millones de dólares, cerca de 3 % del PIB, ocasionando, de paso, daños colaterales, como la crisis por la caída de la producción eléctrica, por lo que se destinaron fondos a la generación termoeléctrica y la compra de energía a países vecinos.


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La resiliencia se impone

La resiliencia ha jugado en favor de la economía uruguaya y, aunque el magro crecimiento de 0,4 % del PIB en 2023 llevó a algunos analistas a señalar un estancamiento de la economía, es un hecho que los logros han superado los reveses.   

“En los últimos años, Uruguay ha logrado grandes avances para fomentar la inversión extranjera. De hecho, el país ha sido calificado dos niveles por encima del umbral de grado inversor, gracias a instituciones sólidas que refuerzan la estabilidad política y social, un buen desempeño en crecimiento y un constante flujo de inversión extranjera directa”, comenta Lucía Carbajal, abogada de la firma local Posadas.

La especialista en derecho corporativo asegura que uno de los mayores retos del próximo gobierno será mantener la estabilidad macroeconómica y potenciar el actual clima de negocios e inversión, una condición que requiere que el próximo líder mantenga la garantía de estabilidad política, seguridad jurídica y transparencia que ha hecho que Uruguay sea considerada ‘la Suiza de América del Sur’.

En este mismo sentido, Sebastián Ramos, socio de la firma Ferrere, es categórico al decir que la estabilidad y transparencia “son una marca país de Uruguay”, constituyendo un factor esencial para todo inversor que evalúa realizar negocios en la región, un escenario que vislumbra cada vez más competitivo y que demanda reposicionarse con la renovación de su agenda en materia de eficiencia y competitividad.

De allí que sugiera tres puntos básicos a tomar en cuenta por el próximo gobierno:

  1. Bajar los tiempos para concretar negocios, que son eficientes cuando dependen de autorizaciones estatales, pero en algunos ámbitos lentos por la burocracia.
  2. Manejar adecuadamente la tensión que existe entre una inflación dentro del rango meta establecido por el Banco Central y que la relación entre el dólar y el peso uruguayo sea competitiva a nivel regional.
  3. Reducir los costos de producción, para lo que es clave introducir reformas regulatorias microeconómicas como, por ejemplo, generar mayor competencia en mercados no transables y reducir cargas regulatorias/burocráticas en procesos con el sector público.

En este último aspecto, Carbajal añade que el nuevo gobierno deberá trabajar en tener un entorno regulatorio favorable para la inversión, adaptándose a los requerimientos del actual escenario empresarial; es decir, apostar por un Estado más sencillo y ágil “que invierta la lógica de trámites en una lógica de servicios y reduzca la burocracia”.


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Agricultura primero

Siendo la base de la economía nacional, el nuevo ocupante del Palacio de Estévez debe hacer especial énfasis en el tema agrícola. Con suelos más que prósperos, Uruguay se ha constituido en productor confiable de varios rubros, entre ellos de soja, maíz, celulosa (forestal), carne y leche, estos últimos al amparo de la reconocida calidad de su ganado y rebaños.

La economista Gabriela Mordecki, especialista en macroeconomía, recuerda que los recientes flujos de capital se han dirigido principalmente hacia las plantas de celulosa y los frigoríficos, lo que deja claro que la agroproducción sigue siendo un sector muy atractivo para la inversión extranjera.

“Además, la producción se ha visto potenciada por la investigación científica, tanto vinculada a la producción de semillas, la trazabilidad del ganado, el control de la calidad de los cursos de agua, entre otros. Poder seguir avanzando en la calidad de los productos y los procesos es un desafío para el nuevo gobierno”, dice la profesora asociada del Instituto de Economía de la Universidad de la República.

Aspecto de relevancia en esta área por los cada vez más exigentes controles son la trazabilidad y cuidado del ambiente, especialmente ante la entrada en vigencia de una nueva normativa en la Unión Europea, hacia donde se dirigen buena parte de la oferta exportable uruguaya. 

Sin embargo, tanto Mordecki como Ramos coinciden en que será poco el énfasis que deberá hacer el nuevo gobierno en este particular, tomando en cuenta que los procesos que vienen implementado los productores locales satisfacen y superan las exigencias de Europa y otros países.

“Los exportadores de los productos afectados por las normas de cadena de suministro y sostenibilidad ya venían cumpliendo con estos requisitos. Uruguay es pionero en materia de producción sostenible, por lo que, si bien hay que seguir trabajando fuerte, sobre todo en algunos sectores del agro, no creemos que podamos dejar de exportar”, acota Ramos.

Gabriela Carbajal destaca que, pese a la importancia de la Unión Europea como agente importador, la relevancia de China y Brasil como destinos de las exportaciones de Uruguay, en todo caso, amortiguaba un potencial impacto de las políticas introducidas por la Unión Europea.


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La diversificación necesaria

Pese a las ventajas competitivas del país en materia agrícola y su potencial exportador, los expertos reiteran la necesidad de diversificar la oferta uruguaya, una tarea a la que el nuevo jefe del Ejecutivo tendrá que poner especial atención.

En este sentido, Carbajal cree que uno de los desafíos que tendrá por delante será seguir promoviendo la expansión hacia sectores emergentes, en particular tecnología, energías renovables y servicios, diversificación que protegerá la economía local contra las fluctuaciones en los precios de los commodities.

En este contexto se inscribe el reciente anuncio hecho por Google, respecto a la inversión de 850 millones de dólares para construir un data centera lo que se suman varios anuncios de inversores interesados en desarrollar plantas de energías alternativas en la nación sudamericana.

Acota que esto también implica profundizar la innovación como estrategia nacional, enfocándose en la investigación y el desarrollo, así como en la capacitación laboral para adaptarse a estas nuevas industrias.

Otro aspecto a desarrollar en los próximos cinco años es la inversión en infraestructura, un sector en el que se han realizado avances significativos, pero en el que queda mucho por hacer a fin de mejorar la competitividad de las empresas, facilitar el comercio internacional y reducir los costos logísticos, con el objeto de incrementar el atractivo de Uruguay para las inversiones.


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Ampliar las fronteras

Como miembro pleno de Mercosur, Uruguay se beneficia de tener un mercado cautivo cercano a los 300 millones de consumidores, lo que le permite disfrutar de unas ventajas competitivas que pocos países tienen. Sin embargo, los analistas consultados aseguran que fortalecer las relaciones comerciales con otros países y bloques de naciones debe ser otra de las prioridades del nuevo gobierno, con la idea de diversificar el mercado y la oferta de exportación.

Carbajal señala que esto incluye no solo buscar nuevos acuerdos comerciales, sino también mejorar la promoción de productos uruguayos en mercados internacionales, buscando posicionar a Uruguay como una nación abierta a todo el mundo “Esto ayudará a lograr altos niveles de desarrollo”, dice.

Ramos secunda esta opinión, señalando que quien sea que gane las próximas elecciones, Uruguay precisa tener más y mejores relaciones con las grandes economías, por lo que es tarea del Gobierno seguir trabajando en ese sentido.

 

 

Mordecki, por su parte, precisa que con las grandes economías regionales se tienen buenas relaciones comerciales, pese a no haberse concretado el propuesto Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, acuerdo que sí fue suscrito con México y gracias al cual se puede y debe incrementar el intercambio de bienes.

Con respecto a China, actualmente el principal socio comercial de Uruguay, recuerda que la relación debe mantenerse en el marco del Mercosur, por lo que un avance en lo comercial pasaría por su aprobación en bloque, tal como se está trabajando respecto de la Unión Europea, con la que en 2019 se firmó el Acuerdo de Asociación Estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea, paso previo al establecimiento de un tratado ampliado de libre comercio.


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Deuda estable

Aun cuando los detractores del actual gobierno han criticado el aumento de la deuda pública en el último quinquenio (al cierre del segundo trimestre de 2024 sumaba 64,5 % del PIB, según el BCU), es indudable que las circunstancias adversas lo han requerido, con la salvedad de que la aplicación de correctivos precisos ha frenado los posibles efectos negativos en la economía macro y menuda.

De hecho, el Fondo Monetario Internacional ha avalado la gestión fiscal del gobierno, asegurando que el endeudamiento se mantiene en parámetros manejables y estables, lo que aunado a las proyecciones de crecimiento de hasta 3,7 % para este año, evidencian que el manejo financiero ha sido exitoso.

Sebastián Ramos recuerda algunos datos que presagian un futuro inmediato sin sobresaltos para el nuevo gobierno, entre ellos la mejora de nota por parte de las calificadoras de riesgo, que califican al país con el menor riesgo de su historia y el más bajo indicador de América Latina, lo que permitió a Uruguay emitir un bono a 35 años de plazo pagando un spread de 115 puntos básico, el menor de la historia para ese plazo.


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A tomar en cuenta

Con el segundo salario más alto de América Latina (USD 556, solo superado por Costa Rica con USD 675), el tema salarial tampoco parece que vaya a preocupar al nuevo gobierno. Pese a ello, existen dos aspectos que deberá tener en cuenta, a fin de potenciar el atractivo del país a los inversionistas:

  • Aumentar su competitividad mediante la consecución de altos estándares de productividad y, al mismo tiempo, reducir el costo de producir en Uruguay, que no figura como destino ideal para inversores que buscan mano de obra barata.
  • Mejorar la eficiencia laboral, algo que preocupa a las inversiones altamente sofisticadas y que debe ser abordado a través de la transformación educativa.
 

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