El surgimiento de nuevos emprendimientos financieros que suman tecnología y el —cada vez más frecuente— protagonismo de estos en rondas de inversión, se han hecho constantes en la región latina. A esto se suma que el año pasado algunas iniciativas fintech alcanzaron la categoría de unicornio, como fue el caso de Clip, plataforma de pagos digitales mexicana y de la billetera argentina Ualá.
Otra fórmula, como la de Nuvemshop, una plataforma brasileña de comercio electrónico con presencia en México y Argentina, destaca por los montos obtenidos en su recaudación. En este caso, en su ronda de inversión Serie E, consiguió 500 millones de dólares.
LexLatin, desde Ágora, la herramienta que sistematiza las operaciones latinoamericanas, ha documentado ciertos movimientos tendencia del sector: en 2021 es notorio un aumento de operaciones de reconfiguración entre plataformas e-commerce y fintech para expandirse en el mercado de la región. Además, desde el 2019, sin contar Brasil, el país que registra mayor actividad de este tipo de empresas es México, seguido de Chile. Hablando solo de 2021, las operaciones se han concentrado en México, Chile y Argentina.
Actividad fintech por país - Ágora
Fuera de Latinoamérica, la mayor cantidad de operaciones de empresas financieras con soluciones tecnológicas tiene que ver con Estados Unidos, China, Australia, Reino Unido, España y Bélgica, de acuerdo con Ágora.
El ecosistema fintech se mantiene en franco crecimiento. Se espera que este año repunte aún más e, incluso, se consolide en mercados como el mexicano que, en 2018, promulgó una ley para regular la actividad y el chileno, en donde actualmente se discuten los nuevos términos transversales para estas organizaciones.
México
Al respecto de este ecosistema en crecimiento, de acuerdo con Pablo A. Morales, socio y líder del área fintech del bufete mexicano GLZ Abogados, en el caso mexicano los segmentos que más crecen en la industria fintech son los de pagos electrónicos o wallets, inversiones de deuda o de capital y el ramo inmobiliario.
Actualmente, de acuerdo con Finnovista, la mayoría (21 %) de las más de 500 fintech registradas ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) se dedican a los servicios de préstamos y 18 % se catalogan en el rubro de pagos y remesas.
Morales detalla de esta forma la cronología del desarrollo de este ecosistema: "nos encontramos en una etapa de consolidación que involucra procesos de autorización de empresas que se iniciaron en 2018 y 2019 y que al fin están concluyendo y vendrá una ola mayor, pues hubo un crecimiento exponencial de registros entre 2020 y 2021".
Hasta ahora son solo 14 las fintech autorizadas para operar en el país, a decir del especialista. Calcula que al cierre de este año entre 30 y 35 habrán pasado el filtro de los reguladores de la actividad, específicamente de la CNBV, el Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Para el socio de GLZ Abogados, no solo la pandemia y el confinamiento con su impulso de facilitar abrir cuentas de forma remota o invertir en línea o de tener acceso a servicios financieros sin necesidad de trasladarse a una sucursal bancaria dieron el empuje de crecimiento, sino que también la Ley Fintech llegó en un muy buen momento.
A su ver, esta normativa ayudó a brindarle a los usuarios tranquilidad por el proceso de autorización que se adelantaba, mientras que las empresas pudieron entender y afinar mejor su organización, a la vez que las autoridades conocían mejor sus modelos de negocio, operaciones y proyecciones.
Por ejemplo —refiere—, por el hecho de que México haya sido pionero en Latinoamérica con la Ley Fintech, automáticamente muchas empresas consideraron asentarse en el país como el caso de Bnext, la española de las tarjetas prepago con línea bancaria, mientras que otras empezaron a expandirse internamente y hacia la región como Bitso, plataforma de criptomonedas que alcanzó la categoría de unicornio, con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares.
El posicionamiento de México en la industria fintech, para Morales, tiene que ver con el hecho de que en el país hay un ecosistema emprendedor en pleno crecimiento; también por la oportunidad que existe de abrir las puertas a población que aún no está bancarizada, en lo que contribuye el acceso a la tecnología.
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Chile
El reporte Radar Fintech Chile 2021 indica que 23 % de las empresas de tecnología financiera en ese país se dedican a pagos y remesas, y un 20 % ofrecen gestión financiera online. De acuerdo con Francisco Barreda, socio del bufete local Barreda Legal Tech, esto se explica por el boom del comercio electrónico en el contexto de la pandemia, con la consolidación de las compras electrónicas y la masificación de medios de pago no convencionales. Otros segmentos que destacan en el ecosistema fintech chileno son la gestión de préstamos (13 %) y seguros (7 %).
En el caso chileno, Barreda comenta que el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones, con 22 millones de conexiones móviles al mes de septiembre (2021), 12,4 % más que el año anterior, y 4 millones de conexiones fijas a Internet, 12,2 % más que en septiembre de 2020, explican el crecimiento de la industria fintech.
A esto se añade que Chile fue el primer país de la región en licitar el espectro de tecnología de alta velocidad 5G, mientras la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) impulsa el desarrollo de fibra óptica a nivel nacional, en zonas extremas y para el desarrollo de última milla.
“Una buena conectividad es evidentemente clave para el desarrollo del ecosistema fintech", resalta Barreda en entrevista.
Desde el año pasado, Chile avanza para regular el ecosistema fintech. El camino no ha sido fácil. En agosto pasado, Banco Estado y las fintech Fintonic (España) y Fintoc (Chile) llegaron a un acuerdo para realizar operaciones de open banking. La institución financiera chilena había puesto en marcha un nuevo sistema de ciberseguridad que bloqueó el acceso de usuarios de Fintonic y otras fintech a sus cuentas en el banco estatal y la posibilidad de realizar pagos. El acuerdo fue considerado por Fintonic como un primer paso para modernizar y abrir la industria financiera chilena.
“Las legislaciones de la región se están abriendo a un sistema open banking, en el que terceros con nuevas tecnologías puedan entrar a competir con la banca tradicional. Producto de esa mayor apertura legal y cultural, nuevas empresas con estructuras livianas y centradas principalmente en la tecnología compiten de forma más eficiente en la implementación de productos y servicios financieros”, indica.
Espera que el proyecto de ley fintech chileno se perfeccione y apruebe pronto. “Vemos con muy buenos ojos ciertas menciones que tiene el proyecto en relación con criptoactivos y su potencial como instrumentos financieros. El que en el mundo ya existan distintos inversionistas institucionales en el mercado de criptoactivos nos obliga a considerar la inclusión de estos activos como un instrumento financiero más”, sugirió.
Según el socio de Barreda Legal Tech, grupos empresariales convencionales se han abierto agresivamente a invertir en venture capital, lo que está generando todo un ecosistema virtuoso para el crecimiento exponencial de las fintech.
Citando datos del reporte Fintech Radar de Chile 2021, difundido por el Ministerio de Hacienda de Chile, refirió que en 2021 se contabilizaron en esa nación 179 startups fintech chilenas y 35 empresas fintech con casa matriz en el extranjero y operaciones en Chile. También cita a FinteChile, asociación gremial que, desde 2017, agrupa a estas compañías tecnológicas financieras, y hoy cuenta con 108 socios.
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Sana competencia
Pablo A. Morales López cree que el ecosistema fintech es un mercado grande donde no hay un jugador dominante, pero sí espacio para crecer.
“Una competencia sana puede llevar a mucha innovación y el más beneficiado es el usuario”, expresa.
Considera que las fintech tienen un gran reto como es ganar la confianza que ya tienen las instituciones financieras tradicionales, “pero creo que lo están haciendo bien. Les ayuda mucho que la tecnología y las aplicaciones que utilizan son amigables no solo en el sentido de uso, sino en la posibilidad de tener a mano todos los contratos firmados como la política de privacidad y condiciones de uso de la plataforma”.
Señala que, a su vez, para los bancos, que tienen una trayectoria y confianza en el público, está el reto de modernizarse. De hecho, algunos hoy cuentan o tratan de desarrollar un brazo fintech en la carrera por incursionar muy rápido en el ecosistema y tratan de replicar la tecnología o el tipo de aplicaciones que las empresas de esta industria ofrecen.
De acuerdo con Francisco Barreda, en Chile el Banco Central ha flexibilizado los requisitos de acceso para nuevos operadores de tarjetas de pago, con lo que nuevas empresas de giro bancario y no bancario pasaron a competir activamente con Transbank, que hasta hace poco era el principal operador de tarjetas en el país.
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Advierte que es fundamental que dos actores clave como son la Fiscalía Nacional Económica (FNE) y el Tribunal para la Defensa de la Libre Competencia (TDLC) tiendan a una mayor especialización en el análisis de mercados y que ello vaya de la mano de una adecuada dotación de personal.
“Hemos visto con preocupación lo que ha ocurrido con la industria de medios de pagos, en relación con un fallo del TDLC con efecto inmediato referido a las tasas que cobra Transbank, que afectaron a distintos PSP (Proveedores de Servicios para Procesamiento de Pagos) que operan con esta empresa y, consecuencialmente, se vieron afectadas distintas relaciones comerciales y contractuales, es decir, impactó sobre toda la cadena de pagos”, manifestó.
Espera que la fijación definitiva de las tasas de intercambio que deberá establecer el Comité creado por la Ley Nº 21.365 (para regular las tasas de intercambio de tarjetas de pago), tenga una mirada altamente competitiva y consciente de todos los actores que están involucrados en la cadena de pagos, esto es, marcas, emisores, operadores, PSP, comercios y tarjetahabientes.
También observa que fintech locales miran con interés a México por el potencial de crecimiento que existe en relación con el tamaño del mercado y que distintos fondos estadounidenses están invirtiendo en empresas fintech de la región con operaciones en México.
“En definitiva, tener buenos números en México es muy distinto a tener buenos números en Chile”, destaca.
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