Durante el último año, el sistema microfinanciero peruano ha enfrentado pérdidas significativas, entre ellas, una caja municipal de ahorro y crédito (Sullana) y una caja rural (Raíz) fueron liquidadas, además, a otra caja se le revocó la autorización para operar (Acceso Crediticio).
El caso más reciente que ha encendido las alertas del sector es el de la Caja Sullana, que fue intervenida hace tres semanas por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS); días después fueron subastados sus activos y pasivos a través del Régimen Especial Transitorio contemplado en el Programa de Fortalecimiento Patrimonial de las Instituciones Especializadas en Microfinanzas (Decreto de Urgencia N° 037-2021) y adjudicados a Caja Piura, que debió realizar no solo la mejor oferta sino mostrar buenos indicadores financieros.
Te invitamos a leer: Modificaciones al reglamento de Gestión de Riesgo de Crédito: ¿Cuáles son las nuevas reglas para otorgar financiamiento en Perú?
¿Cuál fue la razón de esta intervención? Aunque la respuesta es aún más amplia, se puede mencionar el deterioro de la solvencia de la caja —el patrimonio efectivo disminuyó más de 54 % en un año—, provocado por una serie de factores internos y externos que precipitaron su cierre. En 2022, la caja, de casi 40 años de trayectoria, recibió 202,4 millones de soles (53,5 millones de dólares) a través del Programa de Fortalecimiento Patrimonial de las Instituciones Especializadas en Microfinanzas para reflotar el negocio, con una mejora en los primeros seis meses, pero esta se diluyó rápidamente.
El proceso de salida de emergencia, sin embargo, ha resultado más eficiente y menos estresante para los depositantes y deudores de Caja Sullana —"en especial para los primeros", comenta Luis Ernesto Marín, socio de Lazo Abogados—.
"Una cosa es saber que otra entidad microfinanciera va a ser quien mantenga tus depósitos y que vas a poder operar con ella normalmente y otra cosa muy distinta es tener que pasar por el 'proceso regular' de que los depósitos sean pagados por el Fondo de Seguro de Depósitos", refiere Marín, especialista en banca y finanzas.
De acuerdo con la SBS, entre las fallas de Caja Sullana destacan deficiencias significativas en la gestión de riesgos, en las políticas de otorgamiento de créditos y en el sistema de control interno de la entidad, a lo que se sumó el impacto de la pandemia del Covid-19, la incertidumbre política derivada de conflictos sociales y también de los fenómenos climatológicos adversos que afectaron a Perú en el primer semestre del año pasado.
No dejes de leer: Nuevo retiro de las AFP, ¿qué consecuencias se esperan para el financiamiento peruano?
Sistema fortalecido
Las cajas municipales de ahorro y crédito (CMAC) forman parte del sistema financiero peruano, junto a los bancos, las financieras y el sector cooperativo. Con las financieras, las cajas municipales integran el sistema microfinanciero. Tras la liquidación de Caja Sullana, quedan 11 cajas municipales, entidades mixtas dependientes de los gobiernos municipales.
A pesar de que el de Caja Sullana ha sido un caso sonado, es aislado en todo el sistema financiero que —de acuerdo con Ronald Casana, gerente general de Equilibrio Financiero y representante del Colegio de Economistas de Lima,— goza de buena salud.
Con su apreciación coincide Julissa Vega Espinoza, especialista en gestión de riesgos operacionales, para quien efectivamente este caso no es representativo del sector.
“Se trata de situaciones específicas que afectan a un número limitado de entidades. Las CMAC fueron creadas para promover la inclusión financiera en sectores vulnerables y hoy enfrentan desafíos que ponen en riesgo su sostenibilidad. Sin embargo, su rol en el desarrollo financiero local es innegable y requiere de soluciones que garanticen su fortalecimiento”, expresa la experta.
Casana señala que la intervención y posterior liquidación y venta de Caja Sullana está más relacionada con el deterioro de la economía, la recesión, la alta inflación, el efecto de la pandemia, el aumento del desempleo y de la pobreza, a lo que se suma haber concentrado buena parte de la cartera de préstamos en la zona norte del país, de donde era oriunda la caja, con foco en agro y pesca, sectores que resultaron afectados por factores climatológicos. Esto generó un incremento en la morosidad, 20 % en promedio este año, muy por encima del promedio del sector, de entre 8 % y 10 %.
Caja Sullana tenía sede principal en la ciudad homónima, en el departamento de Piura, así como presencia en otros 13 departamentos, a través de 70 oficinas.
“Ello sin contar que en 2022 hubo flexibilidad de créditos. Se venía del golpe de la pandemia y fueron más flexibles, pensando que en 2023 iría bien, pero vinieron los fenómenos climatológicos, huelgas, protestas y el cierre de negocios, además de que la inflación subió bastante”, agrega el gerente general de Equilibrio Financiero.
A esto se añade además un mal manejo del gobierno corporativo y del riesgo, falta de diversificación de la cartera y rezago en innovación, lo que diferenció a Sullana de otras cajas, que, aunque no están en su mejor momento ahora, han podido mantenerse.
Vega Espinoza hace referencia a la incertidumbre que marca el panorama económico mundial y los riesgos que enfrenta, como la guerra en curso en Ucrania, la alta inflación, el aumento de las tasas de interés y posibles desaceleraciones en China y Estados Unidos. A esto suma la creciente competencia en el sector financiero local, incluyendo la entrada de nuevos actores como las fintech.
Suscríbete a nuestros boletines temáticos
M&A en puertas
El economista no ve más cierres de cajas municipales, al menos este año, aunque sí cree que va a continuar la depuración que se viene haciendo desde 2022 en el sector cooperativo, dada la informalidad que lo ha caracterizado.
La SBS ha venido promoviendo las fusiones entre las cajas municipales como parte del Programa de Fortalecimiento Patrimonial, previsto en el Programa de Fortalecimiento Patrimonial de las Instituciones Especializadas en Microfinanzas.
El socio de Lazo Abogados cree que en los próximos dos años se van a concretar operaciones de este tipo en el sector microfinanciero peruano.
"Hay un espacio de oportunidad tanto para las cajas municipales que decidan abrirse al capital privado como para inversionistas privados que quieran apostar al sector microfinanciero peruano y ojalá que el interés de algunos inversionistas se concrete, pero las condiciones tienen que estar dadas, incluyendo todo lo relativo al gobierno corporativo", señala el abogado.
Considera que, aunque fue afectado por la pandemia y las distintas crisis que han venido azotando a Perú (incluyendo las crisis políticas de los últimos años), tiene bastante potencial y resulta atractivo para algunos jugadores extranjeros con bastante experiencia en el sector.
Con él coincide Casana, quien cree que también se estarán viendo operaciones de M&A entre financieras y cooperativas, una o dos fusiones el próximo año, aunque recalca que todo dependerá de cómo van los números de las cajas.
En el segmento de cajas rurales se habla de la posibilidad de que Cajas Los Andes, con números en positivo y que recibió una inyección de capital de 70 millones de soles (18,5 millones de dólares), compre otra caja rural.
Te puede interesar: Incentivos jurídicos y tributarios: La competencia por la inversión extranjera en México, Chile y Perú
Retos por delante
Casana señala que lo ocurrido con Sullana debe llevar a la SBS a hacer un trabajo para promover la educación financiera a fin de que la población siga confiando en estas entidades y vea dónde depositar sus ahorros, atraída no solo por las tasas de interés que ofrecen sino por sus números.
Con él coincide Vega Espinoza, para quien este apoyo por parte de la SBS ayudará a que los consumidores comprendan mejor los riesgos y tomen decisiones informadas al interactuar con el sistema financiero.
Para las cajas, que son entidades manejadas por la municipalidad y cuyas políticas tienden a variar con los cambios de gobierno, Casana recomienda priorizar la parte técnica a nivel de directorio y corregir las políticas de valoración de crédito y gestión de riesgo, sincerar la cartera y seguir con colocaciones de préstamos, así como recuperarlos y evitar que caigan en mora.
Más para leer: Unificación de bolsas: Chile, Colombia y Perú crearán el segundo mayor mercado bursátil de América Latina
Vega Espinoza refuerza que en la coyuntura actual es fundamental que las entidades cuenten con un sistema de control interno fortalecido, una adecuada gestión integral de riesgos (estratégico, operacional, crediticio, entre otros) y mecanismos de control reforzados para una detección oportuna de irregularidades y fraudes.
Considera que las cajas municipales deben aprovechar al máximo el modelo de gerencia mancomunada, estableciendo mecanismos claros de comunicación y colaboración, fomentando una cultura de gestión de riesgos y capacitando a los miembros del equipo en la materia, de manera de fortalecer su gestión de riesgos, la transparencia, la rendición de cuentas y la toma de decisiones responsables.
“Las CMAC necesitan evaluar sus modelos de negocio actuales e idear estrategias que garanticen su supervivencia a largo plazo. Esto implica considerar tanto los riesgos como las oportunidades que presenta el panorama actual. Es fundamental mejorar la eficiencia operativa, reducir costos y aumentar la rentabilidad de manera sostenible. Al hacerlo, las CMAC podrán mantener niveles de liquidez adecuados para cumplir con sus obligaciones a corto plazo y enfrentar cualquier imprevisto”, resalta la especialista.
De parte de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP, Vega Espinoza apunta que se requiere un enfoque preventivo y proactivo, centrando la supervisión en la detección temprana de riesgos y la implementación de medidas preventivas para evitar el deterioro de la situación financiera de estas entidades. Además, cree necesario que la SBS revise y actualice con mayor rapidez el marco regulatorio para adaptarlo a los nuevos riesgos y desafíos del sector financiero.
Casana resalta el trabajo hecho por la SBS en aras de aplicar los controles necesarios y las normas, exigiendo niveles de colchón de capitales, obligando a adoptar a Basilea III para tener mayor control patrimonial y evitar pérdidas.
"Lo que ha ocurrido con Caja Sullana obedece a una estricta observancia, por parte de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), de las disposiciones contenidas en la Ley General del Sistema Financiero y que son aplicables, precisamente, ante supuestos como el que estamos observando", remarca Marín.
Cambios regulatorios
El socio de Lazo estima oportuno revisar si el marco legal que se estableció para permitir el ingreso de capital privado en las Cajas Municipales de Ahorro y Crédito está dando resultados.
Comenta que si bien hace poco se anunció el interés del BID de ingresar al accionariado de Caja Huancayo, también es conocido que, en el pasado, el ingreso de importantes actores privados al capital de las cajas municipales no se pudo concretar y debe llevar a pensar si las condiciones son las ideales para atraer el ingreso del capital privado.
"Y esto no es porque el negocio de las cajas municipales (o del sector microfinanciero en general) sea poco atractivo (todo lo contrario), sino porque no hay que olvidar que las cajas municipales, finalmente, pertenecen a los gobiernos municipales y, en algunos casos, existe cierta resistencia de éstos de ceder de participación en los órganos de gobierno a inversionistas privados", advierte.
En su opinión, permitir y fomentar el ingreso de inversionistas privados a las cajas municipales es provechoso porque los inversionistas privados pueden estar en mejor capacidad de realizar aportes de capital cuando las circunstancias así lo ameriten. De allí que cree que hay que revisar el tema y ser conscientes de que las cajas municipales, en muchos lugares, tienen mucho más cercanía y comprensión de las necesidades de usuarios de servicios financieros en ciertas zonas —con lo cual, con el aporte de inversionistas privados, no solo de recursos económicos sino también con experiencia (know how) y mejoras tecnológicas— puede ayudar a que este tipo de entidad tenga un rol más protagónico en el sistema financiero peruano.
"En ese sentido, creo que las cajas municipales —al menos las más pequeñas y al margen de la revision del marco legal— deben pensar en cómo atraer capital privado para crecer y también para innovar, como de hecho varias lo vienen haciendo", añade.
Para Marín, otro aspecto a considerar es la revisión del Programa de Fortalecimiento Patrimonial de las Instituciones Especializadas en Microfinanzas, pues aunque piensa que todo es perfectible y, de hecho las normas aplicables al programa se han venido revisando en el tiempo (de hecho, en julio de 2024 se modificó su reglamento operativo), cree que siempre es bueno revisar si cabe hacer algún ajuste de tuerca adicional luego de lo sucedido con Caja Sullana.
"No hay que olvidar que el programa fue criticado porque las condiciones eran demasiado rigurosas", completa.
Julissa Vega Espinoza señala que el panorama del sector microfinanciero peruano se presenta con interrogantes, anticipando posibles transformaciones significativas.
Considera que un elemento central en este proceso podría ser la propuesta de ley que busca otorgar a las CMAC la facultad de gestionar fondos de pensiones, ante lo que cree es crucial seguir de cerca su evolución y analizar el impacto de esta posible nueva normativa.
Add new comment