Como hace 120 años, el mundo está en una encrucijada hacia la transición en el modo de transportarse. Antes, los carruajes impulsados con caballos y otros animales fueron sustituidos por los primeros automóviles con motores de combustión. Ahora estos motores tienen un nuevo contendiente: los autos híbridos y eléctricos. En América Latina se está acelerando su producción y venta.
Pese a que la pandemia atrofió las cadenas de suministro de la industria automotriz —incluida una fuerte crisis en la producción de microchips—, la venta de vehículos eléctricos se ha incrementado.
De acuerdo con cifras de un estudio publicado por la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos) de Colombia, entre los países productores de vehículos, los de tipo eléctrico, híbridos enchufables y no enchufables, las ventas han tenido un incremento del 107.1 % entre el 2020 y el año pasado.
México, uno de los mayores productores en la región latinoamericana, reportó una venta de poco más de 47.000 vehículos verdes, seguido de Brasil, con cerca de 35.000 ventas. Por debajo de ambos ‘gigantes’ de la producción automotriz se ubica Colombia, que tiene una economía pequeña en comparación con México y Brasil, pero que ha impulsado en los últimos años la transición a automotores híbridos y completamente híbridos, sobre todo.
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Colombia
El año anterior, Colombia vendió 17.702 unidades de autos ecológicos, una cifra que se explica —de acuerdo con Oliverio García, quien es presidente de Andemos— con la implementación de una política pública no restrictiva, que además tiene una base legislativa con miras al aumento del parque vehicular y transporte público de índole eléctrica e híbrida.
En Colombia, García fue uno de los primeros en impulsar la transición de vehículos, además de estar involucrado en la formulación de incentivos fiscales que han permitido que los autos verdes comiencen a acelerar sus ventas.
La propuesta de incentivos fiscales inició en 2009, cuando se planteó disminuir el impuesto a las ventas (IVA) para autobuses híbridos, en un lote de cien de estos vehículos. Aunque la reglamentación estuvo vigente, ninguna unidad fue vendida. Después se impulsó eliminar los gravámenes en la importación de vehículos verdes, pero tampoco avanzó. Así pasaron por lo menos tres años, con una política hacendaria que beneficiaba la compra de autobuses eléctricos, pero sin unidades colocadas en el mercado.
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Fue hasta que los beneficios fiscales se ampliaron a toda la población colombiana cuando inició la compra de estos vehículos, señala García en entrevista para LexLatin.
“Lo que hemos visto es que la tendencia de matrícula de vehículos se ha disparado en eléctricos”, agrega el presidente de Andemos. Mientras que en Colombia en 2018 se vendieron poco más de 300 vehículos de ese tipo, en el primer trimestre de este año, se han vendido 600 autos más.
La clave del crecimiento, remarca García, es una política de incentivos y objetivos puntuales, establecidos en la ley 1964 del 11 de julio del 2019, en la que el Congreso colombiano estableció mecanismos para promover el uso de vehículos eléctricos.
Una política pública clara y de incentivos es un punto en el que coinciden tanto Colombia como México, este último, el principal productor y vendedor de autos híbridos y eléctricos en América Latina.
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México
“Deberíamos referirnos al marco normativo, falta la implementación de una política pública que impulse y regule el uso de estas tecnologías, creo que eso es fundamental”, afirma en entrevista José Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Si bien México es uno de los mayores productores de autos carburantes y eléctricos del mundo, solo el 3 % de la fabricación responde a vehículos que van en línea con la transición de fuentes de energía.
La Ley de Impuesto Sobre la Renta vigente en México señala, en su artículo 36, que la compra de automóviles será deducible de impuestos en un par de casos: hasta por un monto de 175.000 pesos mexicanos —8.750 dólares al tipo de cambio actual— siempre que estos funcionen con baterías eléctricas recargables; y hasta por 250.000 pesos —11.000 dólares— cuando tengan un motor de combustión interna o accionado por hidrógeno.
Sin embargo, el rango de precios de autos híbridos en México inicia en los 438.100 pesos —más de 20 mil dólares—.
Zozaya indicó que, además de la carencia de una política pública que propicie el aumento la producción y venta de vehículos verdes, se debe impulsar la infraestructura necesaria para la recarga de vehículos.
“Es necesario promover la red de estaciones de recarga, los incentivos fiscales, los no fiscales y la educación al consumidor son los aspectos primordiales para que se vaya aumentando la venta de vehículos eléctricos e híbridos”, agrega el presidente de la AMIA.
Aunque Zozaya estima que es necesaria el aumento de estaciones de recarga con la directriz del gobierno, García hace énfasis en que, al menos, los autos particulares pueden tener sus estaciones de carga directamente en los condominios en donde son estacionados, también colocar centros de carga en los puntos de concentración de autobuses públicos.
Por otra parte, entre los incentivos de carácter no fiscal que se busca en México están la eliminación del peaje para los autos verdes y la colocación de espacios en estacionamientos de uso exclusivo, además de suspender el cobro de parquímetros públicos.
México tendrá que decidir su camino ya que, al ser uno de los principales exportadores de autos en el mundo, su actividad chocará con el plan de Estados Unidos de electrificar el 50 % de las ventas de autos hacia 2030.
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