Un role model puede ser entendido como una figura que inspira a cualquier persona a seguir sus pasos, e inclusive, a superarlos. En los últimos años se ha hablado y debatido sobre la importancia de tener role models de mujeres en las organizaciones. Esto ha sido como resultado del cambio en la agenda de género, que ha permitido que las empresas abran las puertas al diálogo y a la acción para construir un ambiente de igualdad. Un espacio en el que las mujeres tengan las mismas oportunidades de crecimiento y ocupación de puestos directivos y, como consecuencia, hacer que las mujeres impulsen a otras mujeres a crecer.
Hasta ahora se ha escrito mucho al respecto y los programas de diversidad e inclusión en muchas empresas han alcanzado tal nivel de madurez, que ya se tienen implementadas acciones muy puntuales para que más mujeres estén en posiciones estratégicas. Aun así, todavía falta camino por recorrer.
Un estudio publicado por el Journal of Experimental Social Psychology en el que participaron 81 mujeres y 68 hombres estudiantes suizos, ha demostrado cuán importantes son los roles femeninos para el desempeño de las mujeres. Se solicitó a cada participante que emitiera un discurso argumentando en contra de un tema de interés público. Algunos estudiantes dieron sus discursos frente al póster de una figura como Hillary Clinton, Angela Merkel o Bill Clinton, mientras que otros no tenían póster en la habitación.
Las mujeres que dieron su discurso con la imagen de Hillary Clinton o Angela Merkel hablaron por mucho más tiempo que las que no lo tenían y sus discursos fueron calificados como mejores por los observadores (quienes no veían los pósteres). Las propias mujeres calificaron su desempeño de manera más positiva. No obstante, el desempeño de los hombres fue el mismo, independientemente de quién estaba en el póster o incluso de si había o no. Con este estudio se demostró con mucha claridad la importancia de que existan roles para las mujeres.
La experiencia personal y el entorno en el que se desenvuelve un individuo ayudan a construir un ideal como figura de liderazgo a partir de roles cercanos. Esto fue comprobado por un estudio realizado por Ulla Eriksson, quien analizó el proceso de cómo se construye ese ideal y concluyó que entre más roles se tengan, es más fácil realizar esa construcción.
Aunque hay mujeres de gran impacto en el mundo y que fungen como “mujeres ejemplares” de quienes se pueden seguir sus pasos, también se puede aprender de mujeres cercanas con características y habilidades que se quieran desarrollar. Lyndsey Oliver escribió para The Guardian que
"Podemos abrir un rango de posibilidades si buscamos cultivar modelos reales y obtener los mismos beneficios o incluso más".
Este enfoque es alentador, sobre todo si se considera que hay pocas mujeres en posiciones de liderazgo, lo cual se agudiza significativamente en el sector legal. Lyndsey añade que "la sabiduría y el intercambio de las mejores prácticas puede no tener edad, es decir, una mujer no tiene que estar en la cima de su carrera para ser un modelo efectivo".
Ver a mujeres inspirando a mujeres es una imagen poderosa, pues rompe con el ideal de la mujer lejana y perfecta que no se encuentra fácilmente. Una figura cercana también inspira a otras mujeres a forjar un camino propio, el cual cada una pueda recorrer con una fuerza mucho mayor.
Miriam Villafaña es directora de Responsabilidad Social Corporativa en Baker McKenzie y miembro del Comité de Diversidad e Inclusión.
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