La evolución del sistema bancario en México ha sucedido junto con el avance de las tecnologías digitales. Mientras que las entidades bancarias se encuentran inmersas en un proceso de transformación —en el que se ha reducido notablemente el uso de sucursales y corresponsales financieros—, crece el uso y la implementación de plataformas digitales que prestan sus servicios.
El uso de las tecnologías en la prestación de servicios financieros ha atenuado y sustituido considerablemente la escasez de infraestructura física: esto podría ser parte de las soluciones a implementar para lograr la tan esperada inclusión financiera. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), de 2015 a 2020 el porcentaje de personas adultas que utilizan la banca electrónica incrementó del 7 % a 15 % en México, lo que representa un crecimiento de aproximadamente 7,5 millones de personas1.
Resulta conveniente entender el concepto de inclusión financiera como el acceso y uso de servicios financieros formales bajo una regulación apropiada, que garantiza esquemas de protección al consumidor y promueve la educación financiera para mejorar la capacidad financiera de todos los segmentos de la población. Al respecto de la mejoría, por ejemplo, durante periodos de incremento de precios, el acceso generalizado a estas plataformas representó una alternativa para que millones de personas protegieran y aumentaran su patrimonio, derivado del incremento en la oferta de mejores tasas de interés aplicables al ahorro.
Estos datos sugieren una creciente y positiva relación entre el acceso tecnológico en el sector bancario y la utilización de productos y servicios financieros. Tan es así que dentro de la conferencia de prensa de la 87° Convención Bancaria de la Asociación de Bancos de México celebrada en abril de este año se afirmó:
“La capacidad disruptiva de la banca digital la convierte en una poderosa herramienta de inclusión financiera, es más barata y está disponible 24 horas los siete días de la semana, los 365 días del año. La banca por internet creció de 48 a 79 millones de usuarios, de 2018 a la fecha, y la banca móvil ha crecido de 28 a 84 millones de usuarios, también en estos cinco años y medio que llevamos de este gobierno, es un 200 % de crecimiento”.
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El uso de las aplicaciones financieras como NU
Según el Panorama Anual de Inclusión Financiera 2023 de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (“CNBV”), entre 2019 y 2023, las cuentas ligadas a un celular crecieron un 96.4 %, es decir, de 41.2 millones a 81 millones de cuentas.
De igual forma, en dicho informe se toma en consideración el crecimiento de otras entidades financieras distintas a las Instituciones de Banca Múltiple, como lo son las instituciones de ahorro popular (Sociedades Financieras Populares; Cajas de Ahorro; Sociedades Financieras Comunitarias), tales como Nu México Financiera, Stori o Financiera Monte de Piedad.
También se desprende que el número de créditos otorgados a los mexicanos por la banca y las entidades de ahorro y crédito popular creció 13 %, del 2021 al 2022. Una de las principales causas de este crecimiento se atribuye a los créditos otorgados por Nu México Financiera, cuyo régimen jurídico es una Sociedad Financiera Popular, es decir, que ofrece productos de manera totalmente digital.
Asimismo, el informe Data NuBank, publicado del 1 de julio del 2024, proporcionó datos que ejemplifican perfectamente la relación que hay entre el uso de las tecnologías en la prestación de servicios financieros y la inclusión financiera. El estudio concluye que el 46 % de los clientes en México no tenía tarjeta de crédito antes de Nu.
En la misma línea, el Grupo Consultivo para Ayudar a los Pobres publicó un documento titulado Digital Banks: How can they deepen financial inclusion?, y en este se destaca que la reciente ola de innovación tecnológica está remodelando la industria bancaria y está promoviendo una mayor inclusión financiera.
La características principales de estos nuevos productos son:
- Estructuras de costos más eficientes y adaptables.
- Capacidades operativas perfeccionadas.
- Mejoras significativas en la experiencia del usuario.
- Oferta ampliada de productos especializados.
Aunque la banca en México ha experimentado un crecimiento constante en el acceso a sus servicios y productos a través de las tecnologías, todavía existen niveles bajos de inclusión financiera en la población. Según el informe oficial del proyecto de inclusión financiera en 2020 del Centro para la Inclusión Financiera en Acción Internacional, persiste una notable falta de acceso a servicios financieros en México. A pesar del considerable aumento en la disponibilidad de productos y servicios financieros en los últimos años, la inclusión financiera sigue siendo un desafío en el país2.
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Barreras actuales a nuevos participantes del Sistema Financiero
Aunque se ha identificado que el nivel de acceso tecnológico explica moderadamente el uso de los servicios financieros, existen otros factores que deben considerarse al promover estrategias o políticas para incrementar la inclusión financiera de la población.
Si bien el uso de tecnologías en la prestación de servicios financieros y bancarios ha sido más evidente desde la entrada en vigor de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech), los nuevos participantes que ofrecen estos servicios de forma 100 % digital continúan enfrentando barreras significativas al querer ingresar al mercado tradicional, y esto afecta directamente en la inclusión de grupos de población que no se encuentran bancarizados, frena la democratización y limita nuevos canales de distribución de los servicios financieros.
En ese sentido, consideramos importante preguntarnos lo siguiente: ¿La regulación financiera actual -aplicable a la banca tradicional- representa una barrera de entrada a estos nuevos actores completamente digitales?
Identificamos las siguientes barreras:
- Hay una tendencia dentro de la regulación financiera actual para favorecer la digitalización de un modelo de banca tradicional, en lugar de favorecer los “neo bancos” con canales virtuales ya implementados.
- La legislación financiera no cuenta con una regulación específica para modelos de negocios 100% digitales.
- Existen políticas públicas inadecuadas para regular la “informalidad” en México, lo que afecta directamente la adopción generalizada de pagos digitales y, por ende, una mayor inclusión financiera en México.
- Hay una clara carencia de educación financiera que facilite la comprensión y uso responsable de los servicios financieros y que permita a los usuarios conocer los beneficios que tendrían al participar en el sistema financiero.
- Las autoridades reguladoras del sistema financiero cuentan con una discrecionalidad al solicitar información adicional en procesos de autorización a entidades financieras, lo que se traduce en un riesgo de favorecimiento para ciertos participantes (particularmente, a la banca tradicional).
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Beneficios jurídicos y sociales de la inclusión financiera
En el 2020 se lanzó la política nacional de inclusión financiera, con el objetivo de promover el uso de tecnologías para reducir la brecha en el acceso a productos y servicios financieros entre zonas desarrolladas y menos desarrolladas del país. El foco principal de la política busca que en 2030 la mayoría de las personas y de las empresas estén incluidas financieramente y tengan una adecuada salud financiera8.
El Banco Mundial sostiene que mejorar la inclusión financiera implica implementar una estrategia coordinada que identifique tanto los obstáculos como las oportunidades, fortalezca las relaciones entre el sector financiero y otros sectores económicos y alinee los esfuerzos de diversos actores involucrados.
Diversos estudios han demostrado que poseer productos financieros puede aumentar el bienestar de los usuarios. En un estudio realizado en Sudáfrica entre noviembre de 2004 y diciembre de 2016, se observó que las personas que accedieron a créditos mejoraron significativamente en términos de autosuficiencia económica y calidad alimentaria3.
Algunos beneficios de un sistema financiero inclusivo y eficiente:
- Facilita el flujo de capital.
- Impulsa el emprendimiento.
- Fomenta el crecimiento económico mediante beneficios tangibles que hacen mella en toda la sociedad.
- Promueve que las empresas obtengan financiamiento para expandir sus operaciones y mejorar sus servicios.
- Favorece el acceso de los empleados a productos financieros que mejoran sus condiciones económicas.
El fortalecimiento de la economía local, derivado de un sistema financiero inclusivo y eficiente, no solo impulsa un desarrollo sostenible a largo plazo, sino que también contribuye al crecimiento ordenado del sector fiscal y financiero. Esto se traduce directamente en la formalidad y transparencia de las operaciones y conlleva un aumento en la recaudación de impuestos.
El avance de los servicios financieros digitales ofrece a las personas la oportunidad de tomar decisiones más informadas en cuanto a ahorro, crédito y protección, al brindarles acceso a una amplia gama de servicios, información y herramientas esenciales para gestionar riesgos y mejorar sus ingresos.
Finalmente, consideramos que, para posibilitar el desarrollo de la prestación de servicios bancarios y financieros a través de medios digitales de manera segura, eficiente y equitativa, es necesario que la regulación en la materia sea explícita y clara, que defina el marco de actuación de entidades financieras que prestan servicios vía remota y que procure su implementación.
Esta regulación debe incluir mecanismos de supervisión que impulsen su crecimiento, aseguren la protección de los usuarios, prevengan riesgos sistémicos y eviten costos excesivos, lo que permitirá competir en condiciones más justas y romper con los beneficios existentes de la banca tradicional, facilitando la inclusión de más sectores de la población, gracias al avance tecnológico.
El desarrollo global de las tecnologías de la información y el acceso generalizado a ellas representan una gran oportunidad y un desafío para el sector financiero. La legislación debe adaptarse para satisfacer las demandas de modernización y eficiencia que los usuarios necesitan para integrarse y mantenerse en el sistema bancario.
En este contexto es crucial que los actores del sector financiero se reúnan para discutir y explorar las posibilidades que estas tecnologías ofrecen para promover la inclusión financiera de manera efectiva.
*Rodrigo López Márquez es especialista en derecho bancario y financiero, fusiones y adquisiciones, regulación financiera y derecho corporativo y se desempeña como socio de Kuri Breña, Sánchez Ugarte y Aznar.
Álvaro Pérez Caballero es asociado sénior del despacho mexicano y tiene más de 10 años de experiencia profesional asesorando a clientes en diversas operaciones, especialmente en las áreas de derecho corporativo, bancario y financiero, infraestructura, fusiones y adquisiciones, regulatorio y competencia económica.
Nadia Herrera Morales es especialista en derecho corporativo, bancario, financiero y fintech y asesora a instituciones financieras en temas de regulación. Actualmente se desempeña como asociada de la firma.
Notas al pie:
1Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021. Datos de puntos de acceso disponibles en el municipio, Base de datos trimestral de inclusión financiera de la CNBV, al segundo trimestre de 2021.
2Centro para la Inclusión Financiera. (2020) Perspectivas para México de inclusión financiera integral. Informe oficial del Proyecto de Inclusión Financiera en 2020.
3Karlan, D.; Zinman, J. (2010). Expanding Credit Access: Using Randomized Supply Decisions to Estimate the Impacts. Review of Financial Studies, 23, 433–464
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