México es uno de los países con la jornada laboral más larga, comparado con otros países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Actualmente, la jornada laboral es de 48 horas semanales, es decir: la jornada es de lunes a sábado, con solo un día de descanso.
Es importante tomar en cuenta que en los trabajos identificados como white collar, en los que no se requiere trabajo manual o físico, lo común es que, por contrato, la jornada semanal sea de 40 horas, aunque en la práctica la jornada de este tipo de trabajadores llega a ser mayor a 48 horas semanales.
Desde hace varios meses se está revisando una reforma a la Ley Federal del Trabajo, para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
A esta iniciativa se le añaden otras como aquella que pretende incrementar el aguinaldo de 20 a 30 días por año e incrementar la prima de antigüedad o adicionar más días festivos obligatorios. Todos estos proyectos se han presentado como parte de un análisis comparativo de los beneficios laborales de los trabajadores en otros países. En paquete, todo lo propuesto podría generar un efecto financiero del 22 % en las empresas, según advierte el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).
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Esto se suma a la reforma en materia de subcontratación, cuyos efectos se afrontaron desde 2021, además de los incrementos sustanciales en el salario mínimo y el porcentaje que paga el patrón por concepto de cuotas de seguridad social, que ha resultado en una negativa de parte del empresariado mexicano para la potencial aplicación de estas reformas en 2024.
Sin embargo, las negociaciones continúan.
A jornadas extensas, sanciones endurecidas
La propuesta más reciente en el marco de una búsqueda de garantías y cumplimiento de derechos es la reforma a la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos. Concretamente se apunta a prohibir y sancionar las jornadas laborales que excedan de las jornadas máximas permitidas por la ley laboral.
La reforma pretende equiparar las jornadas laborales excesivas a los delitos de explotación laboral y trata de personas. Se estima que el 26 % de los trabajadores tienen jornadas laborales que exceden la actual jornada laboral de 48 horas semanales. La reforma prevé castigar con hasta 12 años de prisión a quien emplee a trabajadores con jornadas que excedan el límite de la jornada laboral.
Es indispensable llevar a los trabajos el derecho de los trabajadores a tener una vida equilibrada y esto incluye que el trabajo sea uno digno y que garantice los derechos de los trabajadores a una vida digna, en la que el descanso es una parte trascendente. Además, está comprobado que trabajar más horas no necesariamente resulta en mayor eficiencia, ni productividad.
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En este sentido, una reforma punitiva como la que se pretende no necesariamente llevará a mejores condiciones laborales y, por ende, una vida más saludable y balanceada.
Hay alternativas como desarrollar estudios que identifiquen porqué en México las jornadas laborales son tan excesivas (aún por encima del máximo legal), y con ello identificar soluciones propositivas y viables para las empresas y los trabajadores o capacitaciones a través de sindicatos y organizaciones o asociaciones profesionales que permitan un cambio de paradigma en cuanto a los horarios de trabajo y la eficiencia laboral.
La transformación del mercado laboral: la doble jornada
Estas reformas tienen como antecedente una revisión total al empleo en México, para tomar en cuenta temas como la salud mental y emocional de los trabajadores, obligando a los patrones a velar por el equilibrio en la vida de sus trabajadores.
En este sentido, desde antes del cambio de gobierno se publicó una norma oficial mexicana denominada 'Factores de riesgo psicosocial en el trabajo - Identificación, análisis y prevención, que obliga a los patrones a prevenir los riesgos psicosociales entre sus empleados'.
Esta tendencia se ha visto incrementada por los efectos de la pandemia Covid-19.
En un aspecto importante, estas reformas promueven una mejor calidad de vida para los mexicanos, para que puedan gozar de mayor tiempo libre para realizar otras actividades distintas al trabajo.
Sin embargo, en una economía donde el sueldo promedio del trabajador manual es muy bajo comparado con los otros países de la OCDE, es muy probable que estos trabajadores busquen un segundo empleo o una fuente de ingresos alterna, que les permita tener un nivel económico mejor para el o la trabajadora y para sus familias.
La precariedad del salario no se combate con este tipo de reformas, ya que aun cuando ha habido un incremento sustancial al salario mínimo de la población, incluyendo a los trabajadores manuales, la inflación ha dejado sin efecto ese incremento.
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Por otro lado, se reconoce un incremento en las horas trabajadas por los trabajadores con trabajos de oficina (white collar) por dos razones, sea por la nueva oferta de trabajo en modalidad remoto —lo que puede prolongar las jornadas por hacer convivir al trabajo remunerado y al no remunerado, como las labores de cuidado. Al mismo tiempo, a partir de esa modalidad, conseguir más de un empleo.
Esta situación contrasta con el deseo de otros muchos trabajadores remotos de ejercer su derecho a la desconexión, que es un derecho válido y que debe ser atendido por los patrones.
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Persistir en la búsqueda de soluciones
En mi opinión es necesario que la reducción a la jornada laboral sea establecida por ley, más aún para los trabajadores de oficio manual. Sin embargo, ante todos los cambios que se han dado y los que se pretenden implementar, es necesario hacer una revisión de los efectos financieros y económicos de estas reformas para las empresas y, de ser necesario, implementar las reformas de manera escalonada. De lo contrario, las empresas no van a poder absorber los efectos financieros de estas reformas, lo que resultará en una reducción del empleo formal.
Una aproximación para concretar esto, por ejemplo, es una reducción de la jornada laboral de manera paulatina, por ejemplo, reducir dos horas por año durante los siguientes años o dar beneficios fiscales o de seguridad a los patrones que lo hagan en un solo año.
Es esencial llegar a un acuerdo razonable con los empresarios sobre estos ajustes a los beneficios de los trabajadores y así poder implementar un marco que beneficie a los trabajadores y reconozca sus derechos humanos y trato digno.
*María Teresa Paillés es socia de SMPS Legal. Se especializa en inversiones inmobiliarias, fusiones y adquisiciones, operaciones de financiamiento, licitaciones públicas y derecho corporativo general. Es socia fundadora y presidenta de Abogadas MX, una ONG que promueve el desarrollo profesional de mujeres abogadas.
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