Los lectores que no hayan tenido la oportunidad de participar en una de estas competencias, seguramente se preguntarán qué es un “moot”.
En esencia, es un simulacro de juicio, en el que se discute un caso ficticio y se asigna a los estudiantes el rol de asesores de la parte demandante o demandada. Es, en definitiva, como aquellos ejercicios prácticos que se realizan en las clases de litigio oral de la facultad de derecho.
Sin embargo, los moots internacionales de arbitraje se han convertido, hoy por hoy, en mucho más que una simulación de juicio. Son eventos de gran magnitud, que acercan a estudiantes, académicos y abogados de todas partes del mundo.
Llegado el mes de septiembre, representantes de más de cincuenta universidades se reúnen en la sede designada para la competencia internacional de arbitraje, como se reunirían las selecciones de fútbol en la sede del mundial. Nos referimos a la Competencia Internacional de Arbitraje Comercial, que es una de las competencias más reconocidas de Latinoamérica y este año cumple su decimosegundo aniversario.
Los organizadores de esta competencia son la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Rosario de Colombia. Su mentor inicial es el connotado árbitro argentino Roque J. Caivano, que aún preside el comité ejecutivo de la organización.
A lo largo de las 12 ediciones, el evento se ha trasladado a diversas ciudades, incluyendo Buenos Aires, Bogotá, Montevideo, Santiago de Chile e incluso Washington, D.C. Este año la competencia tendrá como sede, por primera vez, a la ciudad de Asunción, en Paraguay.
Si mi comparación con el mundial de fútbol no ha logrado convencerlos todavía de la importancia de estos eventos, déjenme exponer dos argumentos adicionales para demostrar su importancia, tanto para estudiantes como para las firmas de abogados.
Semillero de futuros asociados
En primer lugar, los moots son un semillero de excelentes futuros practicantes de arbitraje y de otras áreas de derecho, porque reúnen a los estudiantes más destacados.
Estos estudiantes dedican incontables horas a la preparación de los escritos de demanda y contestación, además de organizar durante meses las audiencias orales. Lo hacen como lo harían los abogados de cualquier firma en un caso real de arbitraje internacional.
Por lo general, su participación es extracurricular. Es decir, no aporta ningún tipo de crédito académico para completar su carrera en la facultad de derecho. Por tanto, si algo caracteriza a los participantes, es que son estudiantes muy comprometidos con su futuro como abogados.
Con toda esa preparación, los participantes adquieren habilidades útiles para el desempeño de su profesión y pueden llegar a tener una mejor transición entre la academia y la práctica. Son, sin duda, excelentes prospectos para convertirse en futuros asociados de las firmas de abogados y, así, continuar su carrera en el mundo del arbitraje.
Cada vez más, las firmas de abogados participan activamente
En segundo lugar, y tal vez como consecuencia del primer punto, es notoria la participación de estudios de abogados y de prominentes árbitros internacionales en estos eventos.
La competencia que se llevará adelante en Asunción, tiene entre sus patrocinadores a firmas como Dechert LLP, Brigard Urrutia y Bullard Falla Ezcurra, entre otras. Más allá de los patrocinios, es indudable que profesores de derecho y socios de bufetes de toda la región se darán cita en Asunción, prestando su valioso tiempo para conformar tribunales arbitrales ficticios y resolver el caso (también ficticio) con toda la solemnidad que merece un caso real de arbitraje internacional. La dedicación y seriedad de los árbitros ha contribuido a que el nivel académico de la competencia sea muy alto.
En otras competencias, la coordinación entre las universidades y las firmas de abogados, para la organización del evento, es aún mayor. Por ejemplo, el Moot Madrid (la competencia organizada por la Universidad Carlos III, de la capital española) se caracteriza por contar con una estrecha participación de las firmas de abogados en la organización de la competencia.
Firmas como Allen & Overy LLP, DLA Piper, Garrigues, Cuatrecasas y Uría Menéndez, auspiciaron el Moot Madrid, que se llevó adelante durante los primeros días de abril de 2019. Precisamente, una de las características de esta competencia es que los simulacros de audiencias no se llevan adelante en la universidad madrileña, sino en las oficinas de las firmas de abogados, que se encuentran dispersas por toda la ciudad. El ambiente solemne de las salas de reuniones de las firmas, sin duda, mejora la experiencia de los estudiantes. En algunos meses, los participantes podrían convertirse en asociados de esos mismos bufetes.
Para cerrar, en una nota personal y como exparticipante de estas competencias, me alegra enormemente ver el nivel que han alcanzado. Les deseo éxito a todos los equipos que participarán este año.
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