Los casos más absurdos de violación de derechos de autor

Los casos más absurdos de violación de derechos de autor
Los casos más absurdos de violación de derechos de autor
Fecha de publicación: 05/10/2017
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La protección de imágenes está activa globalmente. Sin embargo, todos los días ocurren millones de casos de uso no autorizado de imágenes. A su manera, son innovadoras y han generado titulares alrededor del mundo, formulando nuevas interrogantes en lo que respecta a la protección legal de derechos de autor.

La compensación más alta jamás pagada por uso no autorizado de imágenes en Twitter

Una corte local estadounidense estableció que compartir imágenes que no son propias en Twitter, aun entre amigos, podría generar consecuencias de repercusión internacional por abuso de imágenes. En ese fallo la corte creó algunas definiciones clave sobre los derechos del autor en Twitter: las imágenes pueden ser compartidas y diseminadas por usuarios sin el permiso del creador, pero no para propósitos comerciales.


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En este caso específico, todo comenzó cuando el periodista gráfico Daniel Morel publicó imágenes del terremoto de Haití en Twitter. La agencia de noticias AFP encontró y usó las fotos sin licencia. Otra persona también diseminó el trabajo de Morel usando Getty Images, las cuales fueron vendidas más de 820 veces a otros medios, sin que el fotógrafo recibiese ninguna compensación. Morel exigió $120 millones en daños.

La corte declaró que de acuerdo con la legislación estadounidense en derechos de autor, las imágenes fueron usadas sin autorización. También determinaron que Getty alteró deliberadamente la información del origen de la foto, violando así la mencionada legislación. Getty Images y AFP tuvieron que pagar $1,2 millones de indemnización.

Hasta ahora, este es el monto más alto que una corte americana ha otorgado por una demanda de abuso digital de derechos de autor.

Resuelto por acuerdo: 100 casos de violación de los derechos de autor

El Hotel Wiener Sofitel terminó involucrado en un costosísimo caso de abuso de imágenes. Compraron los derechos para usar el trabajo de un fotógrafo austríaco de apellido Horvath para una campaña publicitaria. Las fotos fueron originalmente autorizadas para ese solo propósito por un tiempo limitado. Sin embargo, el fotógrafo luego descubrió una de sus imágenes en el periódico. Una búsqueda más exhaustiva reveló más usos no autorizados de sus imágenes.


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Sus fotos fueron usadas sin permiso internacionalmente en más de 100 casos en total. El hotel no solo violó el contrato, sino que además le dio a otros el permiso para usar la foto. Horvath poseía los derechos pero no tenía idea de las acciones del hotel. La violación finalmente se resolvió con un acuerdo entre las partes. El monto exacto del acuerdo es desconocido, pero lo más probable es que rondase las seis o siete cifras. Una suma como esa debería recordarle a cualquiera no infringir los acuerdos contractuales de uso de imágenes.

Derechos de imagen indefinidos: la selfie de un simio

El siguiente caso obliga a la ley a responder la cuestión de si solo las personas pueden poseer derechos de autor o también aplica a animales. Un fotógrafo colocó su cámara cerca de un grupo de macacos. Uno de los simios, curioso, se acercó y apretó el botón creando una selfie. ¿Lo hizo deliberada y voluntariamente? No importa. En cualquier caso, la foto se convirtió en una sensación viral ya, que fue compartida e impresa alrededor del mundo. El fotógrafo, que creía ser el poseedor de la licencia, se arruinó financieramente tratando de luchar por lo que creía era su derecho.

Para las cortes estadounidenses las imágenes tomadas por animales no tienen derechos de autor. PETA, la agencia de protección animales, introdujo una demanda afirmando que el fotógrafo no tenía el derecho a obtener las ganancias generadas por esta foto porque un macaco fue quien la tomó.

Este caso, que finalmente terminó en acuerdo, es una extraña novedad en derechos de imagen. El acuerdo estableció que el fotógrafo tenía derecho a las ganancias, pero que el 25 % de los futuros beneficios serán para el simio o para invertir en el entorno en el cual habita. A pesar de esta aparente victoria, fue muy tarde para el fotógrafo. Ya se había arruinado financieramente.

Daño alevoso, daño de reputación y el abuso de derechos de imagen: demanda en contra de Getty

El siguiente caso espectacular de robo de imágenes también se volvió famoso en todo el mundo. La fotógrafa Carol Highsmith le donó su trabajo a la Biblioteca del Congreso y lo dejó disponible para su uso gratuito. Sin embargo, ella sigue teniendo los derechos de autor por sus imágenes.


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La agencia Getty, no obstante, vendió esas imágenes e incluso le envió advertencias a aquellos que las usan gratuitamente, es decir, sin pagarle regalías a Getty. Incluso la propia Highsmith recibió una notificación luego de usar una de sus propias fotos en un sitio web.

En respuesta, la fotógrafa introdujo una demanda mil millonaria en contra de la agencia por un total de 18.755 violaciones. Getty le había colocado a las imágenes su propia marca de agua antes de venderlas. En algunos casos, Highsmith, quien es la poseedora de los derechos, estaba totalmente ausente o Getty se autodescribía como el único tenedor de la licencia.

De acuerdo a la Ley de Derechos de Autor, esta información de las imágenes, que puede encontrarse en letras pequeñas en la metadata de cada imagen, no puede ser cambiada o eliminada. La demanda también incluía el hecho de que Highsmith temía que su reputación terminaría afectada por la conducta de Getty y que la agencia había violado la ley de forma alevosa, ya que ella debió haber sido informada acerca del procedimiento de la alteración de los detalles de las imágenes.

Pero no quedó mucho de la demanda de Highsmith luego de que la corte decidiese que había perdido su derecho a reclamar autoría al donar sus imágenes a la Biblioteca del Congreso. Los demás cargos presentados por Highsmith se arreglaron fuera de la corte.

Ladrón de imágenes millonario

La siguiente conducta de un artista ya ha desencadenado disputas y controversias en varias ocasiones. Richard Prince hace millones fotografiando imágenes y vendiéndolas por altas sumas de dinero. Usa una imagen como modelo para una nueva obra de arte. También usa imágenes de Instagram para sus propios fines, aunque sus modificaciones se limitaban a agregarles subtítulos o textos.

Prince no pedía permiso a los autores de las imágenes ni les informaba de sus acciones. Los propietarios de los derechos no recibían dinero, mientras que Prince hacía millones. Y aun así, no estaba en ningún riesgo legal. Después de todo, la recreación de imágenes es una forma de arte permitida legalmente, especialmente en Estados Unidos.

El fotógrafo Patrick Cariou le demandó y causó gran polémica en el mundo del arte. Muchos fotógrafos se han puesto del lado de Cariou, ya que ven sus derechos como creadores severamente afectados por Prince. El mundo artístico apoyó al artista, y Prince y Cariou eventualmente llegaron a un arreglo fuera de la corte.

Estos casos, seleccionados por Copytrack, demuestran cuán variadas pueden ser las violaciones de los derechos de autor.


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