A fines de 2020, las mujeres ocupaban poco más del 20 % de los escaños reservados para concejales federales en el Colegio de Abogados de Brasil, aunque corresponden a la mayoría en el cuerpo profesional (más de 603 mil profesionales). Esta desproporcionalidad también se observa cuando se analizan datos relacionados con bufetes legales brasileños: solo el 34,9 % de las abogadas aparecen como socias de capital, según datos recopilados por Women in Law Mentoring Brasil.
Este escenario facilita la comprensión de la situación de las mujeres en el mundo jurídico y muestra la relevancia de la lucha de las abogadas brasileñas por la representación que, aunque colectiva, está lejos de ser homogénea: de hecho, presupone el reconocimiento de los diferentes espacios de resistencia, por los que surgen los reclamos de reconocimiento y, de ahí, la importancia de promover apartados específicos, como el relacionado con la orientación sexual. Así, en el mes del orgullo LGBTTIQ+, es necesario preguntarse: ¿quiénes fueron y quiénes son las abogadas lesbianas brasileñas?
La pregunta pretende promover un triple rescate: el primero, de la palabra “lesbiana”; el segundo, de las personalidades olvidadas o poco célebres a lo largo de la trayectoria femenina en derecho; y el tercero, de mujeres que hoy se posicionan activamente para asegurar mejores espacios de discusión y vivencia lésbica.
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La vuelta al término "lesbiana" en lugar de "gay" para referirse a las mujeres, cis o trans, que se involucran cariñosa y sexualmente con otras mujeres, es un acto que busca particularizar y dar visibilidad a la existencia de estas mujeres que sufren un doble proceso de censura: por género y orientación sexual, además del proceso de ofuscación dado que la homosexualidad masculina tiene, en general, mayor evidencia en la sociedad.
En el mundo jurídico, tal cuestionamiento implica la necesidad de que los despachos de abogados creen foros de discusión que aborden la temática lésbica y las particularidades y desafíos que les son inherentes, que incluyen, por ejemplo, la deslegitimación o fetichización de la identidad lésbica y que no deberían reducirse genéricamente a cuestiones relativas al público gay.
En 2018, una encuesta realizada por Cristiano R. da Silva abordó la percepción del mercado laboral por parte del público LGBTTIQ+. En él se constató que el 78,57 % de las mujeres encuestadas indicaron haber sido víctimas de un acto de diferenciación en el ámbito laboral, cifra que es drásticamente superior al 53,66 % de los varones encuestados.
La investigación desarrollada por Natalia Fernandes Teixeira Alves, Luciana Maria Maia, Luiza Barbosa Porto (et al) mostró que, entre las palabras que invocan los universitarios al pensar en la perspectiva de las mujeres lesbianas en el ámbito laboral, se encuentran “prejuicio” y “discriminación”.
Así, se deben hacer esfuerzos para crear ambientes seguros y educativos para que se extinga la figura del “colaborador involuntario de la heteronormatividad”, lo cual es bastante común cuando las mujeres lesbianas silencian su identidad a fin de evitar la ocurrencia de situaciones no deseadas, vejatorias o discriminatorias, lo que les lleva a conciliar una identidad pública presuntamente heterosexual y una vida privada homosexual.
También es necesario mirar al pasado para dar un rostro y un nombre a las mujeres lesbianas que han sido silenciadas a lo largo de la historia y reconocer y estudiar sus aportes al derecho brasileño.
Más que un valor simbólico, el hecho de registrar la presencia y el aporte de estas mujeres colabora para reforzar el hecho de que estas personas existieron, ocuparon espacios y aseguraron producciones valiosas para la literatura y la práctica jurídica nacional, aunque marginadas. Es decir: es necesario asentar la idea de que la historia —y el derecho— no fueron construidas exclusivamente por hombres y mujeres heterosexuales.
Evidentemente, ese rescate también debe darse en el aquí y ahora: es necesario dar voz a las mujeres lesbianas que se posicionan públicamente en busca de espacios de vida más acogedores en despachos de abogados, juzgados u oficinas públicas en general.
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La reafirmación de la existencia de mujeres lesbianas exitosas y referentes en sus respectivas áreas de especialización es un elemento importante para impulsar la autoestima de otras mujeres que están ingresando o ya están en el mercado laboral legal, pues demuestra que es posible asumir socialmente el rol de mujer lesbiana y aún llegar a puestos de liderazgo.
Por tanto, es necesario promover la deconstrucción de estructuras que incentiven o permitan el borrado y silenciamiento de estas mujeres, de tal forma que se hagan no solo visibles, sino referenciales. Después de todo, ya es hora de que estas mujeres sean simplemente "comprendidas": merecen ser bienvenidas y comprendidas.
*Louiene Barros es abogada de Serur.
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