El futuro del mercado laboral en Chile, el reto de la automatización

La modernidad y automatización en los últimos 20 años ha disminuido la extrema pobreza/Bigstock
La modernidad y automatización en los últimos 20 años ha disminuido la extrema pobreza/Bigstock
Los cambios tecnológicos acabarán con millones de empleos, pero también generarán nuevas oportunidades de trabajo
Fecha de publicación: 05/08/2019
Etiquetas: Chile

Muchas voces anuncian el fin del trabajo, lo he venido escuchando y leyendo en distintos medios. El debate comenzó, pero no le hemos otorgado la importancia necesaria. De una lectura rápida en redes sociales aparece una noticia sobre una empresa que construirá edificios a través de una enorme impresora 3D. A continuación, una conocida empresa intermediadora de transporte anuncia el lanzamiento de una línea de automóviles sin conductores. Otra noticia que me asustó bastante fue la creación de robots expertos en leyes. Todo lo anterior tiene un denominador común, la probable eliminación de puestos de trabajo. Estas situaciones no deberían llamarnos la atención, pues hace más de 20 años en 1997 ya una máquina vencía en la revancha al ajedrecista Garry Kaspárov.

Pero, ¿en qué etapa de la partida de ajedrez nos encontramos actualmente, versus la robótica? Aparentemente perdiendo varios peones, pues el Banco Mundial ha anunciado la desaparición de entre 400 y 800 millones de empleos antes de 2030 debido a la automatización. Este vertiginoso cambio impactará sin duda en la fuerza de trabajo a nivel mundial y Chile se prepara paulatinamente recogiendo algunos conceptos para hacer frente en el mercado laboral.

Por ejemplo, la Dirección del Trabajo en 2018 ha prohibido expresamente el reemplazo de trabajadores por sistemas automatizados en caso de huelga reconociendo la existencia de estas nuevas tendencias. Este año el Gobierno despachó el Proyecto de Modernización Laboral para la Conciliación, Trabajo, Familia e Inclusión que aborda nuevas modalidades de contratos y jornadas, incluso contempla cargas impositivas a intermediadores de servicios (apps). Existen además otros proyectos de ley que se discuten como el denominado “mi jefe es una APP” el cual tiene por objeto regular los efectos de la prestación o colaboración para una plataforma digital. Es claro entonces que las medidas de flexibilización parecen ser el movimiento más adecuado en esta etapa del juego.

El pasado 26 de julio se publicó la ley que establece una jornada parcial alternativa para estudiantes, que fomenta y establece beneficios para el trabajo de jóvenes. La legislación no se ha olvidado del importante foco para hacer frente a la modernización: “la capacitación”. Los empleos van a cambiar y, en línea con lo anterior, en marzo de 2019 se depositó en el Congreso Nacional Chileno el proyecto de modernización del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) que propone la modificación de este organismo gubernamental de cara al futuro del mercado laboral, considerando que se invierten más de 400 millones de dólares en este concepto.

Las piezas se mueven lento, pero tenemos ventaja sobre nuestros tátara abuelos, porque tenemos certeza absoluta de que esta nueva revolución industrial ocurrirá. Sin embargo, la tendencia generalizada propone regular estas formas de contratación aparejándola a la normativa existente, lo que puede resultar mucho más complejo e inoficioso que crear nuevas formas de contratación, acordes con los nuevos tiempos.

Ahora, estos desafíos en el Derecho y el mercado laboral debemos verlos como una oportunidad. Hace 10 años dentro de la negociación colectiva en Chile no se tocaba ningún aspecto ligado a la automatización. Hoy, para Canales Parga abogados, es tema obligado en mesas de negociación de grandes empresas de retail y sindicatos. La innovación, las habilidades blandas (soft skills) y el perfeccionamiento serán nuestros alfiles.

Lo cierto es que a pesar de la previsibilidad de estos cambios hay bastante temor, pero la partida de ajedrez continúa, esta vez con noticias alentadoras. La modernidad y automatización en los últimos 20 años ha disminuido la extrema pobreza. En contraste con las noticias de desaparición de empleos, existen expertos como Fei Yue Wang, fundador y director del Centro de Control Inteligente e Ingeniería de Sistemas en el Instituto de Automatización de la Academia China de Ciencias, quien indicó en el “Congreso Futuro 2019”, que existirían nuevos empleos creados precisamente por la inteligencia artificial. Es más el informe del Foro Económico Mundial (WEF) en su informe “Future of Jobs 2018” refiere que existirán más de 133 millones de nuevas funciones en el trabajo, lo que resultará en el enroque de nuevos empleos por los antiguos.

En efecto, para la creación de nuevos puestos de trabajo debemos mover las torres del diálogo entre los actores de la relación laboral y ahí está la importancia de los sindicatos. Como ya se ha adelantado: la planificación, la flexibilidad laboral y la capacitación adecuada serán los pilares fundamentales de las relaciones entre la empresa y el Estado, pero no en 20 años. La transformación es ahora. Se calcula que más del 50 % de todos los empleados necesitarán formación en nuevas habilidades durante los próximos cinco años.

Esta maniobra es la jugada esencial para continuar la partida y mantenernos con todas las piezas en el tablero, pero es necesario mover al Rey, las autoridades y los actores del mercado lo cuales deben cimentar políticas públicas tendientes a prever esta situación, creando nuevas regulaciones jurídicas que fomenten oportunidades. No podemos mantenernos estáticos en esta etapa del juego, pues en ese caso es inminente un jaque mate de la modernidad y la automatización. 

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