La transición a un mundo posterior a la pandemia, la inflación, el trabajo remoto, los cambios políticos, el aumento inevitable de la regulación, la creación de nuevos productos y mercados; así como las expectativas de los consumidores y clientes -internos y externos-, la transparencia y los avances digitales han colocado sobre los departamentos legales una presión de ser más innovadores, eficientes y entregar resultados nunca antes vistos.
Como si no bastase lo anterior, las estructuras de negocios y transacciones se han complejizado, producto de empresas con un alto nivel de globalización, lo que lleva a los departamentos legales a dar mayor prioridad a la fiscalización, mitigación de riesgo y al control del negocio. Todo ello para contrarrestar los problemas de soporte, ofreciendo consejo legal de forma eficiente y eficaz a nuevos negocios y generando oportunidades escalables. Para incluir más presión, se les exige a los departamentos legales que adopten tecnologías y uso de datos para tomar decisiones estratégicas.
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En este escenario y considerando que el mundo VUCA se mantendrá en el mediano plazo, creo que es necesario tener un norte en lo que -a mi juicio- serán las tendencias y desafíos que las gerencias legales tendrán que enfrentar en 2023. De esta forma, veo oportuno recomendar a las gerencias legales preparar una estrategia considerando sus circunstancias, presupuesto y maduración del negocio y que deberá contemplar los siguientes elementos:
- Tech (repositorio de informaciones - data, modelos y procesos). Cada gerencia legal deberá destinar parte de su presupuesto a utilizar tecnología que aumente la eficiencia de los procesos y su operación.
- Gestión remota. Con la inevitable sinergia intergeneracional será prácticamente imposible el trabajo completamente presencial, simplemente porque los abogados júnior nunca más aceptarán este tipo de trabajo. Para ellos el formato híbrido o remoto tiene una notoria mejora en la calidad de vida al no tener que lidiar con política interna en las empresas, traslado al lugar de trabajo, etc. Los gestores tendrán que administrar este tema por diferentes motivos y eso implica enseñar a abogados inexpertos en trabajo remoto, mantener al equipo altamente motivado y unido, evitar problemas de salud mental, entre otros.
- Retención de talento. Con un mercado cada vez más competitivo, los abogados que destaquen esperarán que las empresas hagan un esfuerzo significativo de retención del talento utilizando la compensación y/o promoción como elementos preponderantes. Otros elementos que serán bien vistos son una cultura interesante donde trabajar, la posibilidad del régimen laboral híbrido o remoto, cursos de especialización promovidos por la empresa, etc.
- Asesores externos. Los departamentos legales corporativos deberán estar preparados para trabajar con asesores externos especializados. Las claves para el sostenimiento de estos servicios son el valor, la experiencia, la eficiencia y asertividad del proceso. Así, los departamentos legales deberán tener un pool de buenos aliados como estudios de abogados, secondment, Alternative Legal Services Providers, que cuenten con estructuras flexibles de honorarios y tiempos de respuesta aceptables para los requerimientos de la empresa.
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- Compliance (Data Privacy y ESG). Aunque olvidado en los últimos años, las empresas deberán mantener las políticas de cero tolerancia para los negocios y procedimientos irregulares en estructuras cada vez más complejas. Lo anterior para evitar multas e irregularidades que puedan avalar la reputación de la empresa, por una falta o nula fiscalización. La ética y la responsabilidad social empresarial siempre deberán prevalecer en el desarrollo de negocios exitosos.
- El cliente en el centro del negocio. Como hemos dicho en otras columnas el departamento legal debe trabajar para los clientes, siguiendo siempre los procesos y políticas internas. De esta forma, el área legal deberá tener la disposición de siempre cuestionarse si el trabajo que realiza ayuda y mejora el negocio o proyectos de sus clientes internos y externos.
- Globalización. Como he mencionado a lo largo de este último año, el aumento del volumen y complejidad de los negocios crea un gran desafío para los departamentos legales que tienen negocios que administrar en diferentes jurisdicciones. La globalización no va a parar por lo que mientras antes las corporaciones entiendan que deben adecuarse a cada jurisdicción con sus peculiaridades legales, culturales y de cómo hacer negocios, mejor.
- Simplicidad. Los departamentos legales deben estar centrados en el negocio por lo que es prioridad velar por la simplicidad de las respuesta ofrecidas y la comunicación, con miras a agregar valor al core business de la empresa; aumentando la eficiencia, disminuyendo el tiempo de respuesta y tomando riesgo al máximo dentro de los parámetros definidos por la corporación. El área legal debe comunicar simplicidad desde la perspectiva del cliente.
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Como el mundo cambia vertiginosamente cada día y los mercados son extremadamente dinámicos sugiero siempre ir realizando ajustes a esta hoja de ruta que llevará a que los departamentos legales tengan cada vez más participación en la toma de decisión de las empresas, siendo business partners en las estrategias de la organización.
* Diego Ignacio Gómez M. es abogado por la Universidad de los Andes (Chile) y LL.M. por la FGV (Brasil). Trabajó en estudios de abogados en Chile y Brasil y en empresas multinacionales líderes en sus áreas para la región. Actualmente trabaja como in-house en FIS, la fintech más grande del mundo, con foco en México y Latinoamérica.
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