Rodrigo de Macedo Soares e Silva se unió a Siqueira Castro Advogados como socio en la práctica corporativa y financiera en la oficina de São Paulo. Con una trayectoria de más de dos décadas y desde su nueva posición, responde nuestro Cuestionario LexLatin.
-¿Por qué decidió ser abogado?
-A pesar de que mis maestros de secundaria siempre me dijeron que sería un gran abogado, mi primera opción cuando estaba en la universidad fue informática. En ese momento pensé que sería la profesión del futuro (y realmente lo es), pero olvidé que no tenía la menor aptitud para la física y la ingeniería. Ya en el segundo año de informática y trabajando con programación, abandoné informática y la decisión de qué hacer a continuación fue natural: la ley.
-¿Podría hablarnos de una meta a corto plazo?
-A diferencia de otras profesiones, la ley es un maratón y no una carrera corta. Ya tengo casi 20 años de práctica, pero tengo al menos otros veinte por delante, probablemente incluso más que eso, así que prefiero pensar a largo plazo. Acabo de unirme a Siqueira Castro con la esperanza de tener una larga carrera aquí, por lo que los objetivos a corto plazo son trabajar en proyectos interesantes y desafiantes, con los que pueda agregar a mi experiencia y aprender nuevas cosas, ya que en Derecho estamos aprendiendo constantemente.
-¿Podría mencionar a un mentor que lo haya ayudado a lograr sus objetivos profesionales o a un abogado que admire?
-Soy el único abogado en mi familia, por lo que mis mentores son las personas con las que trabajé a lo largo de mi carrera. El primero de ellos fue el Dr. Ludovino Lopes quien, cuando yo todavía era pasante, me permitió participar en el desarrollo del área de Derecho Digital de su oficina. Era 1999, el comienzo de internet, lo que me llevó a estudiar en 2002/2003 en Coimbra un postgrado en el área de Derecho Digital, ya que en Brasil todavía no había un curso especializado.
Unos años más tarde, el Dr. Guilherme Dantas, con quien me complace volver a trabajar hoy, fue sin duda mi gran mentor, especialmente en el área corporativa. Finalmente, no puedo dejar de mencionar al Dr. Ricardo Inglez, un profesional extremadamente dedicado y actualizado, con quien aprendí valiosas lecciones en términos de servicio al cliente y pensamiento estratégico.
- ¿Una película o un libro que le gustaría recomendar a los estudiantes de Derecho?
-El primer abogado con quien trabajé, el Dr. Fernando Henrique Mendes de Almeida, en mi primer año de universidad me recomendó que leyera El hombre que calculaba, de Malba Tahan. Al principio me pregunté qué podría tener un libro de matemáticas con la ley. El personaje principal, Beremiz Samir, resuelve varios conflictos curiosos del día mediante el uso de las matemáticas, o más bien, de la lógica, siempre de la manera más justa para todas las partes. Por lo tanto, además de un libro sobre cultura persa y temas matemáticos, también es una enseñanza sobre la aplicación de decisiones justas mediante el uso de la lógica, el sentido común y la moral.
-Si no fuera abogado, ¿qué profesión habría elegido?
-Me he hecho esta pregunta unas cuantas veces. Ciertamente, sería algo en el campo de las humanidades. Probablemente sería periodista, escritor o historiador.
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