Pedro Pablo Gutiérrez es el nuevo socio del área corporativa de Lavín Abogados & Consultores. El especialista en reorganizaciones empresariales y M&A no se confiesa apasionado del derecho, pero lo demuestra en sus palabras. Ahora mismo asegura que tiene “grandes esperanzas puestas en este emprendimiento y estoy dedicando mis energías a estructurar y consolidar mi práctica al interior de Lavín; de crear un estudio atípico”.
Hoy nos comenta de esto y mucho más en nuestro Cuestionario LexLatin.
¿Por qué decidió hacerse abogado?
A pesar de que mis padres son abogados, nunca se habló de derecho en la casa. Siempre fui humanista. No me iba mal en matemáticas o ciencias, pero era algo que se me hacía más tedioso y a lo que solo le tomé el gusto hacia fines del colegio. Por el contrario, siempre me gustó leer, especialmente de historia.
Si bien todo el mundo considera el derecho como una carrera por antonomasia humanista, tiene una estructura lógica, casi de ingeniería. El derecho es más cercano a las ciencias y la matemática de lo que mucha gente cree y ese componente me llamó la atención.
¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?
Afianzar mi actual proyecto. Tengo grandes esperanzas puestas en este emprendimiento y estoy dedicando mis energías a estructurar y consolidar mi práctica al interior de Lavín; de crear un estudio atípico en el sentido de la capacidad de sus abogados de integrarse en equipos multidisciplinarios, ya sea con otros asesores externos o con los equipos internos de nuestros clientes.
¿Puede decirnos a quién admira como mentor (o un abogado que admire) y por qué?
Obviamente, la primera persona que uno tiende a admirar es a su propio padre. Si bien no he trabajado nunca con él, es innegable todo lo que he aprendido y absorbido de él con el pasar de los años.
En cuanto a mentores laborales, he tenido distintos jefes en mi carrera. De todos y cada uno de ellos he aprendido, pero si me piden elegir uno solo, ese sería Emilio Vásquez, mi antiguo jefe en Barros & Errázuriz Abogados. Emilio me enseñó mucho más que derecho. Me enseñó con su ejemplo y forma de ser, cosa que yo también intento hacer con los abogados más jóvenes que trabajan conmigo. Emilio es una persona enormemente perseverante y esforzada, muy inteligente y rápida, alguien de muy bajo perfil pero que se destaca por su cercanía con sus clientes, al punto de convertirse prácticamente en su consejero. Tiene una capacidad de alejarse de los problemas y verlos en su contexto global, lo que le permite tener un conocimiento más cabal de los asuntos y ser un real aporte a sus clientes. Pero lo que siempre me llamó la atención de él es que cuando su equipo estaba agobiado con trabajo, él siempre estuvo ahí, trabajando codo a codo con su gente.
¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de derecho?
12 hombres en pugna (12 Angry Men en inglés), pero la versión original de los años 50. La primera vez que la vi fue en el colegio, a instancias de un profesor de educación cívica. Se ha escrito mucho sobre esta película, del trasfondo sociocultural de la misma, de la forma en que trata la psicología tras la toma de decisiones, de cómo deja en evidencia el efecto de nuestros prejuicios en nuestro raciocinio. Es una película difícil de asimilar por todo su contenido, pero es realmente impresionante.
Si no fuese abogado, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?
Tengo la duda. Siempre me han gustado la historia y la psicología. Soy un convencido de que si no conocemos nuestra historia, corremos la posibilidad de repetir los errores del pasado; y por otra parte, me intriga el funcionamiento de la mente humana, por qué y cómo tomamos decisiones, qué nos impulsa, qué buscamos...
}
Add new comment