Puede que (fuera de Venezuela) el nombre Payasitas Nifu Nifa no suene mucho o esté relacionado con otras cosas, pero dentro del país suramericano (y a riesgo de revelar mi edad), este nombre, que también es una marca registrada, le recuerda a quienes fueron niños en los 80 (y las décadas posteriores) una linda etapa en la que la música de esta agrupación de payasitas acompañó con sus canciones cuanta fiesta, evento o programa televisivo infantil hubo.
Aunque su fama declinó un poco con el siglo XXI, lo cierto es que las Payasitas Nifu Nifa (fundadas en 1984 por la psicopedagoga Gianna Lodi), por cuyas filas han pasado incluso exmisses y presentadoras de TV, siempre han sido una figura constante en el imaginario venezolano. Sin embargo, ahora están en una batalla de marca registrada debido a que el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual (Sapi) de Venezuela otorgó en septiembre pasado el registro de la marca Payasitas Nifu Nifa a Dayana Fuentes Jackson, exintegrante de la agrupación, a pesar de las solicitudes que hizo su fundadora en 2006 y 2010, la presentación de un recurso de nulidad absoluta, una demanda ante la Fiscalía General de la República, un escrito de reconsideración y de la oposición al registro presentada por Lodi en 2018.
El registro fue asignado hace varios meses, pero la noticia volvió al ruedo porque Lodi acudió a las redes sociales la semana pasada para denunciar una vez más (ha hecho diversos reclamos en medios de información y social media desde 2022) que la marca registrada de su creación está en manos de una antigua empleada.
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La adjudicación, que Lodi calificó como “irregular” e “indebida”, se hizo bajo las clases 38 de la Clasificación de Niza, correspondiente a los servicios de telecomunicaciones, la difusión y transmisión oral o visual de datos y los servicios de redes sociales en línea, y la 41, que comprende los servicios de educación, formación, entretenimiento y actividades deportivas y culturales, además de la presentación de obras de arte plásticas o literarias.
La decisión del Sapi, en teoría, debía culminar el litigio que sostuvieron Lodi y El Club de las Payasitas (también conocidas como “las payasitas de los guantes blancos” o “las de los guantes blancos”, mientras se decidía el destino de la marca) y que empezó cuando los derechos de propiedad intelectual de Nifu Nifa fueron licenciados a Rodven Records, antigua compañía discográfica venezolana que tuvo en su catálogo a los más grandes artistas nacionales de los 80 y 90 y que luego fue vendida a PolyGram, que más tarde fue vendida a Universal Music Group (lo que significa que el catálogo de Rodven pertenece actualmente a UMG).
Las diversas compraventas en las que se vio envuelta la que fuera la disquera más grande de Venezuela derivó en que, debido a su desaparición, la marca Nifu Nifa quedara “en el aire”, que es la ocasión que aprovecharon las de los guantes blancos para solicitar ante el Sapi el registro de la marca, en 2018. Con la decisión de septiembre, esta agrupación derivada e imitadora pasó a ser la única autorizada para usar esta marca en el país, aunque Lodi sigue siendo la representante oficial de las Payasitas Nifu Nifa a nivel mundial.
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Mientras Lodi asegura que, por ahora, no podrá presentarse en Venezuela bajo el nombre de la agrupación que fundó y aún dirige, y que está tomando todas las medidas legales adecuadas ante varias instancias para volver a tener dominio de la marca “y preservar los valores de esta agrupación”, las ahora oficialmente Payasitas NifuNifa “recuperaron” el derecho a utilizar su nombre, logo y vestimenta en el país, gracias al “trabajo y dedicación de una década por parte del grupo para consolidar nuevamente la marca en el país”, como dijeron en una rueda de prensa.
Entretanto, fuera de nuestras fronteras, el proyecto de Lodi se maneja como un proyecto familiar: su hijo trabaja como su representante en Europa, su nuera es la encargada de la imagen y las coreografías y su nieta es integrante de las payasitas en España. De hecho, el proyecto que aún está en manos de Lodi fue nominado a los premios Grammy Latinos en 2024, en la categoría de mejor álbum de música para niños, con el disco Dun Dun Dara.
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Cronología paso a paso
De acuerdo con Lodi, la marca en realidad nunca estuvo libre. Esto es lo que pasó: siempre estuvo registrada bajo su nombre (desde 1987), hasta que en 1990, cuando firmó con Rodven, acordó hacer una licencia de uso, para que la disquera hiciera uso de su propiedad intelectual dentro y fuera de Venezuela, pero jamás cedió la marca per se.
En 2006, se venció esta licencia; en ese momento Lodi, asistida por sus abogados, pidió la renovación del registro ante Sapi, para que la marca volviera a ser de título personal, por medio de un recurso de reconsideración cuya decisión quedó pendiente, aunque el Sapi aseguró que la prioridad de registro era para ella, pero, como la decisión no se hizo firme, se presentaron diversos recursos a lo largo de los años.
Así pasaron los años hasta que, en 2018, Dayana Fuentes Jackson acudió al Sapi para solicitar el registro de la marca a su nombre, cabe destacar que –para ese entonces– era empleada de Lodi, quien ha sido desde hace cuarenta años la única integrante fija –y creadora y dueña del concepto– de la agrupación. La respuesta de la psicopedagoga fue inmediata: presentó una oposición de registro y procedió a desvincular a Fuentes del equipo quien, en contrapartida, fundó el grupo paralelo (junto con varias exintegrantes de las Payasitas originales) que ahora ostenta la marca.
Como nota al margen, la historia entre Lodi y Fuentes Jackson es digna de una de las famosas telenovelas de Venezuela. Dayana fue integrante del grupo desde 1990 hasta 1997, cuando hizo lo que Lodi calificó como un “boicot” y formó, siendo parte de las Payasitas, un grupo paralelo (con todas las integrantes, también llamadas coordinadoras, de ese momento) que empezó una gira nacional de espectáculos a espaldas de Gianna. “Pero, gracias a Dios, Venezuela me ha enseñado a ser valiente, a ser fuerte, moví todo lo que tenía que mover y al día siguiente salimos con la agrupación adelante”, dijo Lodi a medios venezolanos este martes.
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En 2014, se hizo un reencuentro de las Payasitas Nifu Nifa cuando Gianna (que vive fuera de Venezuela desde hace años) buscó a varias de las excoordinadoras para reiniciar la agrupación en el país; entre estas se incluyó a Dayana, quien se disculpó con la payasita original y le aseguró que había cambiado y no volvería a hacer algo similar en su contra. Así reanudaron la relación laboral que volvió a quebrarse en 2018, cuando Fuentes Jackson supuestamente recibió el tip de que la marca Nifu Nifa estaba “libre” y acudió al Sapi a registrarla a su nombre.
Ante la pregunta de cómo, si la marca no estaba libre, pudo ser asignada a Fuentes, Lodi respondió que fue por diversos “amiguismos” (que no definió) y por ignorar premeditadamente todos los recursos legales que presentó al Sapi que, por cierto, no entregó a ella o sus abogados notificación alguna sobre la asignación de septiembre a nombre de la tercera en pugna.
El único comunicado que le llegó a los abogados fue que la marca fue entregada a Dayana Fuentes Jackson. Yo fui al Sapi personalmente porque soy quien tiene las respuestas a cualquier tipo de pregunta, además de haber introducido toda la documentación necesaria para ellos validar todo esto. (...) Los recursos de amparo se respetan y se analizan, pero en mi caso no se respetaron, no se analizaron, no se vieron, no me llamaron, no me preguntaron, sino que simplemente había que introducir papeles con frecuencia, porque mágicamente se extraviaban, denunció Lodi.
De hecho, la Nifu Nifa original aclaró que, si se revisan los registros de Sapi en este momento, sus solicitudes están en trámite y están 100 % adjudicadas a ella. “Yo he vivido en otros países muchísimo tiempo y nunca he abandonado mi marca, ni la he dejado libre”, recordó a la vez que explicó que, debido a la decisión del Sapi, los proyectos que tenía en Venezuela están paralizados mientras espera que las autoridades adjudiquen la marca a la persona correcta.
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Los criterios del Sapi
De acuerdo con el organismo nacional, una marca puede quedar sin efecto cuando, bajo el artículo 36 de la Ley de la Propiedad Industrial, el titular de la misma decide renunciar a sus derechos sobre esta, cuando vence el plazo al que se refiere el artículo 31 sin haberse pedido la renovación (debido a que se presume la falta de interés de explotar o posicionar la marca dentro del mercado) o cuando caduca por no haberse hecho uso de esta durante dos años consecutivos.
La nulidad de la marca está establecida en el artículo 84 y ocurre cuando se registra una marca que hubiera sido concedida en perjuicio del derecho de un tercero. Para proceder a la nulidad, el afectado debe dirigirse a los tribunales competentes para pedir la nulidad del acto administrativo en el término de dos años, cuya vigencia empieza a partir de la fecha de expedición de la marca impugnada. En Venezuela, por cierto, la duración de las marcas es prorrogable cada 15 años, por tiempo indefinido.
Aunque Gianna Lodi ha sido bastante vocal con lo que ha pasado a lo largo de estos años, al igual que las ahora Payasitas Nifu Nifa, en realidad no ha quedado especificado cuáles son sus próximos planes (aparte de continuar oponiéndose) en materia legal, ¿asistirá de nuevo al Ministerio Público, volverá a presentar una oposición, acudirá a un tribunal?, ni cómo y por qué exactamente el Sapi otorgó un registro de marca a una persona que, a todas luces, no es dueña del mismo. Parodiando a Juego de Tronos, puede que el Sapi no lo recuerde, pero al menos los niños de los 80 recuerdan.
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