José Pivaral, reconocido abogado guatemalteco y actual presidente de la Junta Directiva de la Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros, acaba de sumarse al equipo de Arias como su nuevo socio en la oficina de Guatemala.
A propósito de su nombramiento, Pivaral respondió el “Cuestionario LexLatin”. Lea aquí sus comentarios:
¿Por qué decidió convertirse en abogado?
Yo quería ser ingeniero químico, piloto o abogado y cuando nos hicieron la orientación psicológica de la época me dijeron “usted puede ser lo que quiera, así que usted decida”. La verdad es que cuando uno piensa en estudiar abogacía piensa que es algo diferente a lo que uno descubre cuando estudia el derecho. Mi hermano mayor me puso a leer Derecho Romano y era complicado para mí en ese momento. Años después descubrí la batalla de Cicerón y pensé que tal vez tenía razón. Años después uno puede decir también que conoce las relaciones humanas y la forma en que se administran; de tal suerte que es una gran oportunidad haber estudiado Derecho. Abre oportunidades para toda la vida.
¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?
Yo personalmente no creo en las metas porque la idea de “las metas” es una idea de alguien más. Yo creo que uno puede navegar por la vida y que tiene que tener presente que el camino es de por sí un proyecto y no el destino. Todos los días se presentan situaciones en las que uno debe tener la capacidad de asombrarse respecto de las cosas y al mismo tiempo mantener un “focus” en lo que uno está haciendo. Hay que ver alrededor o uno se pierde. El ser humano no es una fábrica.
¿Puede decirnos a quién admira como mentor (o un abogado que admire) y por qué?
No. Yo creo que el ser humano está con la tarea principal de internalizar y conocerse a sí mismo. Las ideas ajenas pueden ser un gran distractor. Los mentores pueden ser el peor de los distractores, porque pueden llegar a creer que saben mejor que uno qué es lo que uno realmente quiere en la vida. Aprendemos todos los días de todas las personas. Hay varios autores que enseñan algo pero hay que internalizar esas ideas y compaginarlas con las propias. Al final del día es uno y su destino y, como diría Ortega y Gasset, todos somos uno y su situación.
¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de Derecho?
Leer a Marco Tulio Cicerón en su tratado “Sobre la amistad” es una tarea que uno debiera hacer. Cicerón decía que la mejor relación que existe es la de la amistad, porque está sustentada sobre el bien y no permite pedir algo negativo al amigo. Igualmente, el amigo no puede hacerle nada negativo al amigo. Entonces, es una de las mejores lecciones sobre la regla número uno de la relación humana: hacer con los demás lo que uno espera que hagan con uno.
Si no fuese abogado, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?
La verdad, al poco tiempo descubrí que la educación como la conocemos puede ser limitante. Por eso no puedo responder cuál otra profesión hubiese escogido. Las profesiones son como cubiertos, uno aprende a usarlos y puede ir aprendiendo más. Por ejemplo, a usar los que son para postres, pescado, etc. A lo largo de la vida uno ve que las profesiones son solo una parte pequeña de la misma.
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