Evo Morales fue presidente de Bolivia durante 14 años y aunque está fuera del país, el resultado de las elecciones celebradas el pasado 18 de octubre le favorece. El conteo que realiza el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) refleja que Luis Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca, candidatos del Partido Movimiento al Socialismo (MAS), fundado por Morales, ganaron la contienda. Hasta el momento se ha contado el 95,49 % de los votos, de estos el 67,95 % favorece a MAS.
En octubre de 2019, el Tribunal Electoral anunció que, una vez más y por cuarta ocasión consecutiva, Evo Morales resultaba ganador de las elecciones, con un 47,8 % de preferencia frente al 36,51 % de su contrincante, Carlos Mesa, el segundo favorito. En Bolivia la ley indica que solo se realizará una segunda vuelta electoral si ninguno de los candidatos alcanza el 50 % de los votos o si uno de ellos alcanza más del 40 % y la diferencia con el candidato más cercano es de menos de 10 puntos porcentuales. Por lo tanto, la diferencia de 11,29 puntos entre ambos candidatos determinó que no era necesaria una segunda vuelta electoral.
El ajustado margen y el clima de protestas a nivel nacional se sumó a una resolución emitida por la Organización de los Estados Americanos (OEA) basada en una serie de informes que demostraron la “manipulación del resultado de la elección”. Antes de que Morales renunciara el 10 de noviembre de 2019, el ejército nacional emitió un mensaje sugiriendo que se retirara del mandato.
Aunque se esperaba que las nuevas elecciones se celebraran el 15 de diciembre de 2019, se realizaron casi un año después. ¿Cómo se lee el triunfo del MAS? ¿Esta victoria representa el regreso de Morales a Bolivia? El presidente virtual Luis Arce subrayó: “si quiere ayudarnos, será muy bienvenido, pero no significa que estará en el Gobierno. Será mi gobierno”.
El futuro de Bolivia
Con 57 años, el nuevo presidente de Bolivia ha tenido diversos cargos públicos. En 2006, durante la administración de Evo Morales, fue ministro de Hacienda y, posteriormente, en 2009, fue ministro de Economía y Finanzas Públicas. Se le atribuyen logros como el incremento del Producto Interno Bruto (PIB), que llegó a 40.000 millones dólares, y reducir la pobreza de un 60 % a un 37 %.
Arce cuenta con estudios en economía y contabilidad. Es egresado de la Universidad Mayor de San Andrés. Cuenta con una maestría en Ciencias Económicas por la Universidad de Warwick en Coventry, Inglaterra.
Pero esos logros se ven lejanos. Después de la crisis económica y de salud que enfrenta el país a consecuencia de la pandemia, el Instituto Nacional de Estadística de Bolivia reveló que la actividad económica bajó en 7,9 % entre enero y julio de 2020. El mismo Gobierno ha proyectado que la economía boliviana caerá 6,2 % en 2020, lo que representaría la mayor contracción en las últimas dos décadas. En cuanto al déficit fiscal, en 2020 se proyecta que aumente de 7,2 % del PIB hasta 12,1%.
En este contexto, el pasado 17 de abril el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la solicitud de asistencia financiera de emergencia de Bolivia por aproximadamente 327 millones de dólares bajo el Instrumento de Financiamiento Rápido para combatir la crisis. Además, el Gobierno implementó un bono contra el hambre que ayuda a las familias de bajos recursos y autorizó a las universidades públicas a utilizar sus saldos e ingresos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos para el pago de sueldos y salarios del personal, entre otras medidas.
La ley tiene por objeto resguardar primero la vida de los bolivianos, con un bono para ayudar a las familias.
Luis Arce ha señalado que la crisis que afronta Bolivia solo puede ser solucionada con “una intervención urgente de buenas políticas públicas”, para lo que ha presentado seis propuestas, entre ellas: fortalecer la actividad agropecuaria, gestionar la deuda externa de manera responsable e invertir en combustible ecológico y en la industrialización del litio con soberanía. Este último punto resulta crítico, ya que Bolivia posee las mayores reservas del metal y, a diferencia de otros países, como Argentina y Chile, el Estado controla las reservas.
Diversos mandatarios del mundo han mostrado su apoyo a este nuevo Gobierno. El propio Arce menciona que esta victoria representa una reposición de los derechos de los pueblos indígenas y la recuperación de la democracia en Bolivia.
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