Durante dos años la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha trabajado para flexibilizar las normas de propiedad intelectual que amparan la producción de vacunas para la COVID-19, pero este esfuerzo está a punto de ser infructuoso debido a una disputa comercial que enfrentará a Estados Unidos y China: la primera nación está en contra de que la segunda se beneficie de cualquier acuerdo sobre este tema al que se llegue dentro de la OMC, así lo dijo Robert Lighthizer, representante comercial de EE.UU.
Para el gobierno estadounidense, China no debería ser objeto de consideración comercial alguna al ser la segunda economía más grande del mundo y producir vacunas contra el coronavirus con tecnología de ARNm.
Asimismo, el país norteamericano no aceptará la propuesta china de optar voluntariamente por no participar en un acuerdo a cambio de eliminar la disposición que la excluye.
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El roce entre ambos países es parte de un conflicto comercial más amplio que incluye objeciones de Washington hacia los constantes fallos de China en el cumplimiento de sus obligaciones comerciales con la OMC, especialmente las relacionadas con la protección de la propiedad intelectual (Beijing promueve o ampara la transferencia de tecnología y propiedad intelectual estadounidenses a empresas nacionales).
Esta situación pone en riesgo los trabajos actuales de la OMC, duramente criticada en la última década por no haber obtenido victorias relevantes a nivel global. A la disputa chino-estadounidense se suma la negativa de muchas farmacéuticas que insisten en que no es necesario aprobar una exención de propiedad intelectual sobre estas, ya que la oferta está superando la demanda de vacunas.
El resultado final se conocerá en junio (la reunión ministerial del organismo se programó entre el 12 al 15 de ese mes), cuando los 164 miembros de la OMC (y cualquier gobierno) voten por la adopción de una exención de PI de vacunas por cualquier motivo.
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