“El pájaro es libre”. Con este mensaje y tras seis meses de forcejeos legales y mediáticos, Elon Musk informó haber concluido el proceso de compra de Twitter. Con ello está más cerca de cumplir su promesa de hacer de ella una red social 'más plural'.
the bird is freed
— Elon Musk (@elonmusk) October 28, 2022
La transacción constituye una de las mayores adquisiciones realizadas este año en Estados Unidos y, por las consecuencias que tendrá para el futuro de la popular aplicación, es de las más importantes en el mundo digital en varios años.
El proceso de compraventa, que no en balde ha sido catalogado como toda una novela, culminó horas antes de que el Tribunal de Equidad de Delaware tomara una decisión en el juicio que se le sigue al controvertido multimillonario estadounidense de origen sudafricano, quien luego de muchas idas y venidas completó en horas de la noche del jueves 27 de octubre el acuerdo de compra por 44.000 millones de dólares.
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La saga del dueño de Tesla por volverse chief de Twitter comenzó a principios de abril pasado, cuando dio a conocer que había adquirido 9,2 % de las acciones de la empresa, pasando así a formar parte de su directiva. Seis días después renunció al cargo y días más tarde lanzó una oferta de compra por las acciones que no poseía. Esa propuesta fue aceptada por la junta directiva en pleno.
Sin embargo, en julio y ante la caída de las acciones tecnológicas, el millonario dijo que retiraba su oferta de compra aduciendo que Twitter no suministraba información sobre las cuentas spam. Ante esto, la empresa del pájaro azul introdujo una demanda por incumplimiento de contrato.
Dos semanas antes de que iniciara el juicio, previsto para el 17 de octubre, Musk anunció que retomaba la oferta de compra, lo que llevó al tribunal a suspender el proceso y dar un compás de espera que vencía este viernes 28 de octubre a las 5:00 de la tarde. De no haber seguido con la oferta, el empresario pudo haber recibido una multa por 1.000 millones de dólares, además de exponerse a posteriores demandas.
¿Qué pretende Musk?
Desde que hizo su oferta inicial, el empresario afirmó que adquiría la plataforma para 'humanizarla', una afirmación que ratificó el pasado jueves al señalar que “es importante para el futuro de la civilización tener una plaza pública en línea donde las opiniones puedan debatirse de manera saludable, sin recurrir a la violencia”.
En un mensaje dirigido a los anunciantes, el dueño la automovilística Tesla, la aeroespacial SpaceX y la plataforma de pagos PayPal también dijo que “Twitter obviamente no puede ser un lugar infernal abierto a todos, donde pueda decirse todo sin consecuencias”. Con este mensaje pareciera buscar calmar los ánimos de muchos inversores temerosos de que la red se convierta en un espacio libre donde abunden los comentarios ofensivos y las fake news.
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Legislaciones que no compaginan con las metas del chief de Twitter
La idea de libertad absoluta de Musk puede encontrar algunas trabas en Europa. Tras conocerse la noticia de la compra, el comisario europeo del Mercado Interior de la Unión Europea, Thierry Breton, señaló que la red social deberá seguir las reglas comunitarias para poder operar en ese continente.
“En la Unión Europea el pájaro volará según las reglas del bloque”, dijo Breton en un mensaje a través de Twitter.
Es de hacer notar que con la Ley de Servicios de Digitales y la Ley de Mercados Digitales, la Unión Europea ha buscado poner freno a las grandes tecnológicas, muchas de las cuales han sido acusadas de aprovechar sus posiciones de dominio para imponer sus reglas y obligadas a cambiarlas.
Las personas dentro de Twitter
Asimismo, en información dada a conocer a la agencia Bloomberg el mismo día de la compra, Musk 'tranquilizaba' al personal afirmando que no planea despidos masivos, con lo que parece echar por tierra lo que ha sido otro de sus planteamientos: reducir la nómina y prescindir de la junta directiva, parte de lo cual concretó en su primer acto ejecutivo como nuevo líder, al despedir a parte de la plana mayor de Twitter. El nuevo dueño ha asegurado que con ello ahorraría al menos tres millones de dólares al año a la compañía.
Una semana antes, The Washington Post publicaba un informe en el que señalaba que Musk planeaba reducir 75 % del personal para quedarse solo con unos 2.000 empleados, una cifra que los analistas consideraron podría poner en riesgo los centros de datos de la red consultada cada día por más de 200 millones de usuarios, así como el estricto filtrado de información que la ha caracterizado.
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Nuevas funciones de la aplicación
Más allá de su promesa de eliminar todo tipo de censura una vez que se convierta en su único propietario, el conocido empresario de ideas futuristas ha dado visos de sus planes para la app, entre otros permitir las llamadas, integrar servicios de mensajería, incluir la opción de editar tuits, acabar con los famosos bots y cuentas fantasmas y hasta ofrecer pagos en línea.
Al respecto, Arnaldo Espinoza, periodista venezolano especializado en tecnología, asegura que los planes de Musk son hacer un cambio radical en la app, que incluso podría dejar de llamarse Twitter. “Musk quiere tener una plataforma de intercambio social con pasarela de pagos y anuncios, algo similar a lo que es WeChat en China. Ya él tiene una pasarela de pagos para Tesla, así que posee el ecosistema perfecto”, dice.
En otras palabras, el magnate estaría por concretar su idea de “una plataforma para todo” con un banco integrado y donde tendría cabida el comercio electrónico, algo que ronda en la cabeza de Musk desde 1999 y que a medias concretó a través de x.com, su banco en línea que un año después fusionó con Confinity para crear PayPal.
De hecho, en el mensaje enviado a los anunciantes señaló que, si la publicidad es efectiva, “puede entretener, complacer e informar" al usuario, explicándole -por ejemplo- que existe un tratamiento médico nuevo, recalcando que Twitter aspira a convertirse en "la plataforma de publicidad más respetada del mundo que fortalecerá tus marcas y hará crecer tu empresa. Construyamos juntos algo extraordinario", concluye.
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Movimiento en Wall Street
Horas antes de concretarse la compra, las acciones de Twitter habían recobrado el vigor que los vaivenes de Elon Musk habían socavado, y al cierre de la jornada el jueves 27 pasado en la Bolsa de Nueva York, los títulos se cotizaban en 53,70 dólares.
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Aunque el monto seguía estando por debajo del precio ofrecido por el millonario (54,20 dólares por acción), es, sin duda, un alivio para tenedores e inversores, quienes a mediados de año contemplaban el desplome que habían tenido las acciones de la compañía, que se cotizaban casi 40 % por debajo del valor que tenían al momento de anunciarse la compra en abril.
La New York Stock Exchange indicó que la acción de la plataforma sería suspendida de las transacciones el viernes antes de la apertura de la sesión, mientras que el nuevo propietario ha señalado que Twitter ahora será una empresa privada, lo que se traduce en su salida de Bolsa.
Si bien con esta nueva realidad Twitter no estará obligada a presentar rigurosa y trimestralmente sus estados financieros para el escrutinio público, no quedará exenta de presiones, en especial de los bancos e inversionistas que aportaron cerca de 20.000 millones de dólares solicitados por Musk para la transacción.
Entre las instituciones a las que tocó la puerta destacan Morgan Stanley, Bank of America y Barclays, mientras que entre los inversores privados están el príncipe saudí Al-Waleed bin Talal Al Saud y el fundador de Oracle, Larry Ellison. También figuran el multimillonario chino Changpeng Zhao, las empresas de capital riesgo Sequoia Capital y Andreessen Horowitz, y los fondos de activos Fidelity Investments y Brookfield Asset Management Inc.
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