La Cámara de Diputados de Chile aprobó la controversial Ley de Reforma Tributaria del presidente Sebastián Piñera. El proyecto tuvo que ser discutido durante 361 días en la Comisión de Hacienda para que el oficialismo llegara a un acuerdo con la Democracia Cristiana. Aún así, la iniciativa fue aprobada con 84 votos a favor y 60 en contra. Los partidos de oposición protestan principalmente en contra de la reintegración tributaria que contempla la ley, afirman que beneficiará a la población más rica y le costará al erario más de 800 millones de dólares en impuestos que se dejarían de recaudar.
El Gobierno de Piñera ha convertido a la Reforma Tributaria en uno de sus principales emblemas. El Ministerio de Hacienda asegura que la nueva ley servirá para una distribución más justa de los impuestos y terminará generando un ingreso adicional de 400 millones de dólares. La idea detrás de la reintegración es conseguir la justicia tributaria y que, independientemente de la fuente de ingreso, todas las personas paguen la misma proporción al fisco.
Con el nuevo modelo, todos los que son dueños o accionistas de empresas y que decidan retirar utilidades, calcularán sus impuestos tomando en cuenta los que ya pagó el negocio. De tal modo, las personas físicas solo pagarían el diferencial (con algunas restricciones) de la tasa que abonó la empresa.
Aunque la intención es que los accionistas paguen la misma proporción de impuestos que los trabajadores de la empresa, los críticos argumentan que los empleados están sujetos a sus respectivos tributos y no se les descuenta lo que ya pagó la empresa en primera instancia. La diputada Camila Vallejo, del Partido Comunista, afirmó que la reforma devolverá 833 millones de dólares al 1% más rico de los chilenos. Giorgio Jackson, de Revolución Democrática, señaló que favorecerá en promedio con siete millones de pesos chilenos a quienes ganan más de seis millones de pesos al mes.
La reforma no pudo haber sido aprobada sin el apoyo de Democracia Cristiana. A cambio de aceptar la reintegración tributaria, el partido aseguró un nuevo régimen fiscal para las pequeñas y medianas empresas. Entre las medidas que contempla, se aumenta el umbral para acceder a esta categoría de negocio que pasa de 50.000 unidades de fomento a 70.000 (entre 1,9 y 2,8 millones de dólares). Además, se otorgan facilidades para el acceso al financiamiento y se mantiene la incorporación automática al régimen.
El proyecto ahora será turnado a la Cámara de Senadores donde se prevé otra discusión complicada. El grupo parlamentario de Michelle Bachelet, Nueva Mayoría, controla casi la mitad de los escaños. Sin embargo, el grupo de Chile Vamos de Piñera podría asegurar los votos necesarios si recibe el apoyo de Democracia Cristiana.
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