Un grupo de cinco expertos estadounidenses en propiedad intelectual creó el Consejo para la Promoción de la Innovación (C4IP), una asociación sin fines de lucro cuya misión es influir en la política de la propiedad intelectual del país norteamericano.
Los integrantes de la organización son David Kappos, ex subsecretario de Comercio de PI, exdirector de la USPTO y actual socio de Cravath, Swaine & Moore; Paul Michel y Kathleen O'Malley, exjueces de la Corte de Apelaciones del Circuito Federal (que atiende casos de violaciones de patentes); Frank Cullen, ex vicepresidente del Centro de Políticas de Innovación Global de la Cámara de Comercio, y Andrei Iancu, también ex subsecretario de Comercio de PI y exdirector de la USPTO. Iancu y O'Malley son actuales socios de Irell & Manella LLP.
Este equipo de un cabildero de alto nivel de Estados Unidos y un cuarteto de exjueces federales recordó en su anuncio oficial que los derechos de PI fueron incluidos por los fundadores de la Constitución “por una buena razón” y que el respeto de estos derechos convirtió a EE.UU. “en el país más innovador de la historia. Ahora, en los albores de la Cuarta Revolución Industrial, es más importante que nunca salvaguardar los derechos de PI. Son clave para garantizar que nuestra nación domine el siglo XXI”.
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Este grupo es bipartidista y se enfocará en promover los derechos de PI para impulsar la innovación y competitividad económica.
En su comunicado, los integrantes de C4IP aseguraron que acabarán con los riesgos actuales que corre el actual sistema de PI en EE.UU., por medio de “una campaña ambiciosa para educar a los políticos y al público sobre la importancia de los derechos de propiedad intelectual".
A su decir, cuando la propiedad intelectual se valora y protege adecuadamente, se cosechan beneficios.
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Políticas de Biden
Una coalición como esta parece propicia en un momento en el que diversos críticos coinciden en señalar que las últimas medidas tomadas por la administración Biden han dañado al sistema PI y la economía local. Una de estas voces es la del conservador Grover Norquist, presidente de la coalición Americanos por la Reforma Fiscal, quien asegura que los acuerdos con organizaciones globales y otros países impulsados por Biden socavarán la PI de las empresas nacionales “y será un regalo para rivales geopolíticos como la China comunista y Rusia.”
Una de las principales quejas de personas como Norquist era la discusión sobre si liberar o no las patentes de la vacuna COVID-19 para favorecer a naciones en desarrollo. Norquist recordó que China tiene un largo historial de infracciones de patentes y que la laxitud en el refuerzo de la PI solo “ayudará a los rivales de Estados Unidos, como la China comunista, que podría usar esta propuesta para apoderarse de la PI y los secretos comerciales nacionales”.
En la otra acera, medios especializados recordaron que tanto la administración Biden como las anteriores, así como el Congreso, señalan los abusos de PI en China y han sido objeto de discusión constante en las relaciones entre ambas naciones.
En aras de reducir las pérdidas que la extensa lista de infracciones PI de China causa en la economía estadounidense, Trump reformó las relaciones comerciales con este país (en un sistema llamado Fase Uno) mediante la reducción de aranceles y flexibilización de las restricciones a los proveedores de servicios financieros, entre otras medidas. Biden prometió al iniciar su mandato continuar con la defensa de la PI nacional.
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Hacia agosto de este año, Forbes resaltó que la Casa Blanca había hecho esfuerzos débiles para extinguir las malas prácticas de China y que sus empresas seguían siendo objeto de espionaje industrial, ataques cibernéticos, robo de patentes, procesos y tecnología y piratería en general. The National Bureau of Asian Research publicó una entrevista en la que se discutió cómo puede Estados Unidos cooperar con otros países para cambiar las prácticas injustas de PI de China y una de las recomendaciones es acudir a la OMC para dirimir disputas sobre este tema, así como reconsiderar su posición sobre unirse al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP) para retomar su liderazgo y diplomacia comercial.
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