Repensando el camino del abogado

El COVID-19 ha dispuesto el tiempo para apresurar la reinvención del abogado / Unsplash, Nathana Rebouças
El COVID-19 ha dispuesto el tiempo para apresurar la reinvención del abogado / Unsplash, Nathana Rebouças
Los profesionales del derecho están obligados a modernizarse y convertirse en emprendedores
Fecha de publicación: 03/06/2020
Etiquetas: Abogados, COVID-19

La carrera de la abogacía siempre ha sido considerada una de las opciones más tradicionales a la hora de decidir un camino profesional. Aunque las motivaciones son variadas para elegir este camino, hasta hace pocos años las opciones de desarrollo profesional eran bastante limitadas.

Una vez sorteado el laberinto universitario de exámenes, al haber obtenido la idoneidad para ejercer, el abogado tiene la opción de dedicarse a la práctica profesional en el sector privado o público dentro de los tribunales o en algún organismo del Estado; a la vida académica, o bien, a los negocios. Este último camino habitualmente incluía el paso por el despacho clásico de estructura vertical, comenzando como asistente legal, luego asociado en todas sus variantes, hasta llegar a la cumbre: ser elegido socio.

Claro que el camino hasta llegar a ser socio o socia no está asegurado e implica una carrera de obstáculos extremadamente competitiva. El paso de los años y los cambios de paradigma han hecho que el camino del abogado corporativo ya no sea considerado como una única opción que desemboque en ser socio de un despacho tradicional.

Hoy en día los abogados se ven atraídos por el uso de nuevas tecnologías, la utilización de herramientas que ayudan a ganar tiempo en procesos automáticos y la digitalización que antes no era tan accesible. Esto ha comenzado a generar un nuevo tipo de profesional del derecho para quien el objetivo sigue siendo prestar un servicio de calidad, pero a su vez, busca modernizar el ejercicio de la abogacía a través de medios digitales, convirtiendo al abogado en un emprendedor.

Quienes han comprendido que es posible el ejercicio de la profesión de una forma diferente son los que han creado firmas disruptivas –como es el caso de las New Law- donde el cliente es el centro y el abogado se mantiene motivado porque ha logrado repensar su camino profesional.

Todo lo anterior, que empezó como el camino de algunos cuantos queriendo reinventarse y adaptarse a las nuevas realidades del mercado, ha sido impuesto al resto del sector legal por la crisis mundial que estamos viviendo a consecuencia del COVID-19. El nuevo modelo de firma de abogados, como el del New Law, dejó de ser el ideal de unos cuantos y el futuro de la prestación de servicios legales para convertirse en el presente. De igual forma el uso de tecnología y de legal tech ya no es una opción porque, por ejemplo, durante la cuarentena la única manera de sostener una reunión con un cliente ha sido a través de plataformas digitales y en los días que vienen será aún mas vital, por no decir una necesidad, el uso de tecnología en todos los ámbitos de la prestación del servicio legal.

Estamos sin duda viviendo el inicio de una nueva era y una revolución en el mundo de la abogacía. Siguiendo la teoría de Darwin, en estos momentos de crisis y cambios bruscos sobrevivirán los que logren adaptarse mas rápido a los cambios y para esto tenemos que estar dispuestos a transformarnos, a adoptar el uso de tecnología y a adaptarnos a las necesidades y requerimientos de los clientes, quienes ya han sufrido o están sufriendo los mismos cambios. La clave esta en nunca dejar de innovar.

En distintos países de la región ya hemos visto estos emprendimientos y el surgimiento de este nuevo modelo de firmas.

*Juan Antonio Boyd es socio de Veló Legal.

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