Chile se despedirá de 2017 dando paso a una reforma laboral y con unas elecciones que el pasado domingo 17 de diciembre dieron como resultado la victoria a Sebastián Piñera, elegido con la coalición Chile Vamos. Si bien la reforma laboral que entró en vigor en abril de este año fue vista por algunos como una reforma que trae incertidumbres, parece ser pronto para adelantar cómo va a ser el futuro de las relaciones laborales en el país.
Siendo las relaciones laborales uno de los factores más delicados a tratar en cualquier Estado, estas reformas suelen llegar no solo acompañadas de incertidumbre, sino de interrogantes, polémicas y miedos. Sobre la gestión y regulación de relaciones entre empresarios, sindicatos y trabajadores, se plantea siempre la duda de quién saldrá ganando, poniéndose así en duda la posibilidad de que todos puedan llevarse un buen pedazo del pastel. La todavía Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el Subsecretario del Trabajo, Francisco Díaz, dijeron de la reforma chilena que sería un cambio para mejorar las relaciones. La tramitación legislativa fue modificada en varias ocasiones y partidos de la oposición chilena presentaron varios recursos ante el Tribunal Constitucional antes de su entrada en vigor.
Con el fin de esclarecer algunas dudas al respecto, entrevistamos a Fernando Arab, socio en Morales & Besa especializado en el área laboral y de seguridad social.
—¿Qué tipo de escenarios van a plantear más interrogantes y conflictos en las negociaciones colectivas con la reforma laboral que entró en vigor en abril de este año?
—Las grandes incertidumbres que ha generado la reforma laboral son en relación con el tratamiento de los denominados grupos negociadores, así como con el alcance de los servicios mínimos que debe proveer el sindicato a la empresa durante el período de huelga legal. Ambos temas han sido de los más debatidos durante estos primeros meses de vigencia de la reforma laboral.
Fernando Arab—¿Qué implicaciones tiene – o tendría – el fallo del TC contra la titularidad sindical y extensión automática de beneficios sobre la relación entre sindicatos, empresas y trabajadores?
—Es un tema todavía en evolución. La Dirección del Trabajo (DT) ha estado, a mi juicio, desconociendo el sentido y alcance del fallo del Tribunal Constitucional en materia de titularidad sindical. Ha negado validez a los convenios colectivos suscritos por grupos negociadores y ha prohibido el registro de los mismos, asunto en el cual tuvieron un revés hace pocos días. Un fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago los obliga a registrar dichos instrumentos colectivos, fallo que, en todo caso, no se encuentra en firme y ya fue objeto de un recurso judicial de la DT que deberá ser conocido por la Corte Suprema en las próximas semanas.
—La retórica utilizada para definir si se prohíben o no los reemplazos en la huelga resulta muy ambigua ¿cómo se ha definido esto?
—La reforma prohíbe todo tipo de reemplazos durante la huelga, ya sea con personal interno o externo. La única excepción relativa podemos mencionarla a propósito de la subcontratación, en el que la reforma permite expresamente a las empresas mandantes reemplazar a sus contratistas, cuando estas últimas se encuentren en un proceso de huelga legal. Con lo anterior, uno de los grandes efectos que ha producido la reforma laboral es, precisamente, fortalecer el régimen de subcontratación, tan criticado por ciertos sectores.
—En los últimos años las reformas laborales en muchos países han llegado en contextos de recesión económica. En muchos casos la crisis financiera no ha sido el resultado de malas relaciones laborales, sino de la mala gestión del crédito en los bancos y la corrupción – entre otros motivos - ¿por qué han decidido tantos gobiernos hacer una reforma laboral? ¿Cuál diría que es el papel de esta reforma en Chile?
—Si uno mira países europeos como Inglaterra, España, Francia e Inglaterra, estos han debido realizar reformas laborales restrictivas de derechos a efecto de revitalizar sus economías. El papel de la reforma laboral en Chile además de fortalecer lo que es la sindicalización -principal objetivo declarado por la autoridad- debiera apuntar a una mejora real en las relaciones laborales, generando un ambiente de mayor colaboración entre trabajadores, empleadores y sindicatos.
—¿Diría que esta reforma va a servir para garantizar y blindar mejor los derechos de los trabajadores y las empresas?
—Es muy pronto para hacer un análisis serio y responsable de la reforma. Las primeras estadísticas presentadas por la autoridad son positivas en término de la disminución de huelgas efectivas. Sin embargo, también es cierto que muchos empleadores negociaron anticipadamente antes del inicio de la reforma, por lo que sus efectos reales los veremos recién en algunos meses o incluso años más. Esperemos que efectivamente la reforma signifique una mejora en los derechos de trabajadores y empleadores, y que en definitiva, logre conciliar relaciones laborales armoniosas y colaborativas.
—¿Cuál es en su opinión la clave para que se den buenas negociaciones colectivas?
—Mantener buenas relaciones laborales entre empleadores, trabajadores y sindicatos, es la clave. Esta buena relación se reflejará en una mayor confianza entre las partes. De esta manera, si existe confianza entre los distintos actores de la relación laboral, las probabilidades de éxito en una negociación colectiva son muchísimo más altas. Otro punto clave del éxito, a mi juicio, es que los diversos partícipes de la negociación colectiva estén debidamente capacitados. La capacitación resultará muy relevante para discutir los diversos temas con fundamento y así lograr entendimientos por la vía de la razón y no solo de la pasión que guía en muchos casos las negociaciones.
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