José Astigarraga habla sobre la fusión con Reed Smith

José Astigarraga y su equipo de arbitraje seguirán en la misma oficina que ocupan desde hace más de 15 años en Miami, pero ahora con la camisa de Reed Smith LLP.

Como otros importantes abogados de Miami, Astigarraga comenzó su carrera en la prestigiosa firma Steel Hector & Davis. En 1978 la ciudad no era el centro de comercio latinoamericano que es hoy en día; más bien, se trataba de una ciudad americana, no grande, con una población de refugiados cubanos.

Desde el principio, Astigarraga se dedica al litigio comercial. Comienza desempeñándose como un litigante tradicional.

Visto desde la perspectiva de negocios, piensa que los 80 constituyeron una década perdida para la región latinoamericana pues debido a la inestabilidad política y los incumplimientos de deuda por parte de países latinoamericanos, que eventualmente fueron reestructuradas en los Bonos Brady, no había mucha inversión extrajera. Al mismo tiempo, se viene la crisis bancaria en los Estados Unidos, y Astigarraga se hace cargo de procesos de quiebra en representación de acreedores; y admite que en estos tiempos le fue muy útil el haberse recibido como Bachelor of Finance en la Universidad de Miami.

Luego, en la década de los 90 comienza una apertura en Latinoamérica en torno a la recepción de inversión extranjera. Esta ola de inversión, como suele suceder, eventualmente desemboca en una serie de problemas que le permite involucrarse en la práctica de arbitraje de forma orgánica. Y en vista de que eran pocos con el background de litigante con experiencia en el mercado latinoamericano y con el olfato para involucrarse desde temprano, Astigarraga se posiciona rápidamente como especialista en arbitrajes comerciales. Esto, apuntalado por el hecho de que en 1994 participa en la discusión del NAFTA en materia del desarrollo del arbitraje, representando a Estados Unidos.

Astigarraga vive la evolución de Miami en sus 20 años de carrera en Steel Hector, y arranca el nuevo milenio fundando Astigarraga Davis, con un grupo de socios que habían tomado la decisión de independizarse para enfocarse en ciertas áreas específicas bajo el lema “The Power Of Focus” o “El Poder Del enfoque”. Ese foco conduce a Astigarraga y sus socios hacia el arbitraje comercial, la recuperación de activos, y quiebras, principalmente representando a los acreedores. La idea era que “You can’t be everything to everybody”, explica Astigarraga.

Por 17 años la fórmula funcionó a la perfección, con muchos clientes satisfechos. La clave de su éxito era el enfoque, pero también una limitante. Eventualmente, con más frecuencia, los clientes iban pidiendo otros servicios que el despacho no prestaba, como por ejemplo, asesoramiento sobre FCPA, la ley norteamericana en contra de la corrupción.

Uno de los momentos clave que lo hace darse cuenta de la necesidad de abrir su mente a una posible fusión con una firma más grande ocurrió en 2015, cuando un cliente le pide que le maneje un conflicto en Italia, que trataba con 20 plantas de energía, y que tenía nada que ver con América Latina. Empezó a pensar que tal vez podía expandir la práctica con una plataforma más extensa geográficamente. A principios de 2016 deciden participar en una licitación para un arbitraje en Londres, el cual también requería abogacía en los juzgados londinenses, lo cual solo los abogados colegiados allá pueden hacer. Ahí, aunque ganó la licitación, entiende de las ventajas que tienen las firmas globales, y de las diferencias de poder atender casos como local en distintas jurisdicciones del mundo. Definitivamente, al otro lado del charco, también había un mercado para ellos.

Astigarraga explica:

En Astigarraga Davis, había logrado mucho de lo que quería lograr cuando fundé el despacho. En vista de las oportunidades adicionales que nos estaban llegando, empezamos a pensar en una plataforma más amplia, pues sentíamos limitaciones en torno a la oferta de servicios. Y si bien en el mercado legal no hay un solo modelo, vimos las ventajas de tener esa extensión de alcance geográfico y de servicios. Por ejemplo, esto nos permite explorar la posibilidad de servir a clientes en conflictos nacidos de los negocios entre China y América Latina, algo que nos era más difícil desde nuestra plataforma boutique.

En paralelo, despachos internacionales fueron desarrollando un fuerte interés en establecer oficinas en Miami con el fin de competir más efectivamente en el mercado latinoamericano. Así, muchas firmas expresaron interés en que Astigarraga y el equipo se fusionaran con ellas, y presentaron ofertas.  

Esto los lleva a la unión con Reed Smith,

Con Reed Smith la unión fue bastante natural, pues compartíamos clientes en 4 de los 5 rubros en los que ellos están organizados, siendo los 4 energía, ciencias de vida, servicios financieros y entretenimiento”. Además, estamos alineados en términos de valores y cultura.

Dentro de la estructura de Reed Smith, Astigarraga asume el gran reto de encabezar la práctica de arbitraje a nivel global.

Por otra parte, decidieron que la oficina de Miami serviría de base principal para desarrollar aún más la práctica latinoamericana de la firma.

Miami, esa ciudad que ya no es la misma cuando Astigarraga comenzó su carrera, y que se ha convertido en la capital de los negocios de Latinoamérica.