
La transformación del liderazgo en Von Wobeser y Sierra marca un hito en la evolución del mercado legal mexicano. La transición anunciada ayer, que coloca a Claus von Wobeser como presidente honorario y of counsel, mientras fortalece su comité ejecutivo con la incorporación de Adrián Magallanes y Diego Sierra, va más allá de un simple cambio organizacional: representa un nuevo modelo en materia de sucesión generacional para las firmas legales en Latinoamérica.
La relevancia de la transición al interior de la firma y por fuera de ella es muy marcada por dos razones que conciernen prácticamente a todas las firmas de abogados: a) sienta un precedente sobre una modalidad específica para hacer la transición de responsabilidades de los socios fundadores a las nuevas generaciones y b) revela una estrategia concreta para la consolidación de una firma a largo plazo en medio de los drásticos cambios tecnológicos y sociales que debe afrontar la profesión legal.
En entrevista exclusiva con LexLatin, los líderes de este proceso, que se inició hace cinco años con la conformación del Comité Ejecutivo, aclaran que la transición fue el resultado de años de rigurosa planeación estratégica, y que nada de ello hubiera sido posible si Claus von Wobeser, el socio fundador, no hubiese sido el principal abanderado de la transición organizada, el cambio generacional y la institucionalización de la firma.
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La necesidad de repartir el liderazgo
Como lo cuenta el propio von Wobeser, “en la firma habíamos puesto una regla estatutaria: a los 65 años los socios se deben retirar. Cuando cumplí los 60, me hice yo mismo la pregunta: ¿Qué debo hacer ahora? No quería ser como otros abogados que no pensaron en una transición y se quedaron hasta los 80 años, o como otros que fueron víctimas de la transición. Contratamos una serie de consultores internacionales y su primera recomendación fue la de constituir un comité ejecutivo, al que se incorporaron Luis Burgueño y Fernando Carreño, cuyo desempeño, valga decirlo, ha sido excepcional. Yo no seré más socio, pero seguiré manteniendo mi práctica profesional, que es lo que más me apasiona. Me gusta la parte administrativa, pero me divierte mucho más un arbitraje que una junta de socios o una junta ejecutiva. Lo que más gusto me da, en todo caso, es que la firma tenga éxito. Me da más gusto que a la firma le vaya bien que yo ganar más ingresos”.
Para Burgueño, el desafío era muy claro: “Los socios teníamos que asumir la responsabilidad de repartirnos el liderazgo de la firma, es decir, de dejar de vernos como un despacho que tenía a una figura tutelar del prestigio internacional de Claus, al que nosotros debíamos apoyar y emular. Por el contrario, lo que debíamos hacer es asumir nuestro propio liderazgo hacia adentro y hacia afuera del despacho. Por eso creamos esta estructura corporativa en la que todos los socios tienen cierta participación en la administración del despacho. Cada uno de los socios debe formar parte de uno de los comités operativos de administración y cada uno debe ser vocero y ejecutor de la estrategia de la firma".
En todos los procesos de transición surgen las mismas preguntas que se hicieron en Von Wobeser y Sierra: ¿de dónde van a venir ahora los nuevos clientes?, ¿cómo se preserva y consolida la reputación de la empresa? Para Burgueño, los pilares de la estrategia incluyen que los socios asuman un nuevo rol.
“La reputación de un despacho no puede descansar en una persona: todos los socios deben asumir la responsabilidad de generar su propia reputación, aprovechando el nombre de la firma, que es la marca común, para ir proyectando una personalidad propia hacia el exterior. Puede ocurrir que haya socios que no crean que asumir esa responsabilidad es posible, por lo apabullante que parece la imagen del líder, y entonces se hace necesario que el liderazgo sénior, en este caso los socios del Comité Ejecutivo, sea el que guíe a los demás socios y les hagan creer que su desarrollo individual sí es posible. Ayuda en nuestro despacho que todos somos socios y equity partners: no tenemos diferentes categorías de socios y todos debemos prepararnos por igual para lo que viene".
Von Wobeser es muy optimista sobre los resultados del proceso, por dos razones: “Una, nuestros clientes están muy contentos con el nuevo liderazgo. Dos, varios de nuestros socios son grandes rainmakers. Todos los miembros del Comité Directivo (Fernando, Luis, Adrián, Diego) han atraído grandes clientes. A mí me siguen buscando los clientes, pero debo reconocer que por un tema de edad ya no conozco tanta gente como antes. Hubo décadas en las que yo atraía el 100 % de los clientes de la firma. Eso cambió radicalmente en los últimos diez años: otros socios han traído negocios muy importantes".
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El rol del Comité Ejecutivo
¿Para qué se constituyó un Comité Ejecutivo y cómo fue la experiencia? Para Burgueño, se trata más de una responsabilidad que de un privilegio, porque los socios depositan plena confianza en sus miembros para llevar el día a día de la administración de la firma a partir de una estrategia definida en la Junta de Socios. En esta estructura, la Junta de Socios preserva su rol a la hora de tomar las decisiones más importantes en términos estratégicos, porque todos los socios deben involucrarse en la definición de objetivos a largo plazo.
Burgueño precisa que “en el comité necesitamos personas que tengan mucha capacidad de comunicación, porque es indispensable transmitir a los demás socios mensajes específicos como las mejores oportunidades que se presentan en el mercado. También cuenta la capacidad de pensar en temas de desarrollo de negocios, el interés por los recursos humanos o la identificación y gestión del talento o el conocimiento en el ámbito organizacional. Fernando Carreño y yo estamos muy contentos de contar ahora con Adrián Magallanes y Diego Sierra, quienes, a pesar de su juventud, tienen una excelente reputación internacional y nos traen ideas frescas, mayor capacidad de adaptación y energía renovada para no encasillarnos en lo que queremos hacer sino en ir justo adónde nuestros clientes necesitan que vayamos”.
La transformación de Von Wobeser y Sierra representa un caso de estudio sobre cómo las firmas legales pueden evolucionar hacia estructuras institucionales sostenibles. En un mercado legal cada vez más competitivo y cambiante, esta transición demuestra que la planificación estratégica, el desarrollo de liderazgo distribuido y la renovación generacional no solo son posibles, sino necesarios para garantizar la continuidad y el crecimiento de las firmas legales líderes en la región.
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