En una coyuntura marcada por retos geopolíticos sin precedentes, la histórica integración entre Pérez-Llorca y González Calvillo representó un hito transformador en el mercado legal iberoamericano. Esta alianza, formalizada en tiempo récord en julio de 2024, ha creado la primera firma genuinamente transatlántica entre dos potencias jurídicas líderes en sus respectivos mercados, en un sector tradicionalmente fragmentado.
Iván Delgado, Socio Ejecutivo Internacional de Pérez-Llorca, con 26 años de trayectoria en la firma, y Jorge Mondragón, socio con más de 34 años de experiencia y pilar fundacional de González Calvillo, nos ofrecen, en esta entrevista, una mirada privilegiada sobre esta operación estratégica.
Ambos líderes analizan cómo esta integración ha fortalecido su posicionamiento global, permitiéndoles ofrecer servicios legales de mayor sofisticación y valor añadido, mientras preservan la excelencia y atención personalizada que caracterizan a ambas organizaciones.
En esta conversación, exploramos los factores determinantes detrás de esta integración, las estrategias para enfrentar la volatilidad del mercado mexicano, los desafíos para atraer y retener talento en la era de la inteligencia artificial y la ambiciosa visión de la firma para los próximos cinco años. Un testimonio revelador de cómo dos culturas jurídicas diferentes han logrado trascender fronteras para consolidar una operación legal con profundas raíces a ambos lados del Atlántico, tal vez la forma más propicia de navegar las complejidades del entorno legal global actual.
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¿Qué factores motivaron la integración de Pérez-Llorca y González Calvillo?, ¿qué impacto tuvo esta unión con la estrategia global de Pérez-Llorca? Y, finalmente, ¿cuál es su balance, hasta el momento, de esta operación?
Iván Delgado: La operación se negoció y cerró en un tiempo récord de apenas siete semanas, formalizándose en julio de 2024. El impacto ha sido extraordinario: constituye la primera integración de esta envergadura entre una firma líder europea y una firma líder mexicana, marcando un hito en el mercado legal iberoamericano.
Nuestra visión trascendía el mero crecimiento. Buscábamos crear una auténtica firma iberoaméricana de primer nivel, preservando la excelencia y el servicio personalizado que ya caracterizaban a ambas organizaciones. No se trata simplemente de dimensión, sino de desarrollar una firma más robusta capaz de ofrecer servicios más amplios y sofisticados en una economía como la mexicana, cuyo tamaño supera al de España y Portugal combinados. El objetivo fundamental es potenciar nuestra capacidad para atender a clientes globales y proporcionar servicios transversales de mayor valor añadido.
Hoy, nuestra presencia en México equipara, en dimensión, calidad y alcance, a cualquiera de las grandes firmas europeas. La creciente inversión bidireccional entre México y España requiere una firma verdaderamente global, preparada para abordar transacciones complejas en ambos mercados. Asimismo, la profunda interconexión entre los mercados estadounidense, mexicano y europeo ahora puede atenderse de manera más eficaz gracias a esta integración estratégica.
El balance de estos primeros meses es excepcionalmente positivo. En solo siete meses hemos incorporado equipos completos y socios destacados, fortaleciendo áreas de práctica esenciales para nuestro crecimiento sostenido. Contamos con un talento extraordinario y promovemos activamente lo que denominamos 'cross collaboration', es decir, nuestros equipos operan de manera integrada, trascendiendo fronteras geográficas y especialidades. En nuestra operación diaria implementamos lo que un líder empresarial me describió como las tres 'C' fundamentales: conversar, conocer y colaborar. Esta filosofía se refleja tanto en el crecimiento del negocio como en los elevados niveles de satisfacción que reportan nuestros profesionales y clientes.
Jorge Mondragón: Como señala acertadamente Iván, el mercado legal actual demanda firmas con mayor fortaleza tanto en dimensión como en calidad. Los clientes exigen procesos más eficientes y un nivel de servicio cada vez más sofisticado. En este contexto, nuestra integración representa un caso verdaderamente excepcional en el panorama jurídico internacional.
Lo que distingue esta operación es su singularidad histórica. Nunca una firma de la trayectoria y prestigio de Pérez-Llorca se había integrado plenamente con una organización del calibre de González Calvillo. Si bien han existido otras operaciones entre grandes despachos en el mercado mexicano, estas han seguido modelos diferentes, generalmente alianzas estratégicas o absorciones parciales. La nuestra constituye la primera integración total y paritaria entre dos firmas líderes en sus respectivos mercados.
Pérez-Llorca ha construido una reputación inquebrantable como sinónimo de calidad y excelencia en el servicio legal. Esta integración no habría sido viable sin la profunda compatibilidad que existía entre ambas organizaciones. Compartíamos una filosofía esencialmente similar en cuanto al ejercicio de la abogacía, se desarrolló una extraordinaria química entre los equipos directivos y estos factores han permeado naturalmente en todos los niveles de la organización.
El éxito de esta unión radica precisamente en que trasciende los aspectos meramente operativos o comerciales: representa, ante todo, una integración de principios y valores fundamentales que constituyen los cimientos de nuestra cultura organizacional compartida. Esta afinidad esencial es percibida tanto por nuestros profesionales como por nuestros clientes, consolidando una transición fluida hacia una firma verdaderamente global con raíces profundas en ambos lados del Atlántico.
La integración se dio en un año en el que Pérez-Llorca aumentó su facturación en un 33%, superando los 165 millones de euros proforma y en una década en la que ha multiplicado por cinco sus ventas, que vienen en un 20% de este proceso de internacionalización. Al mismo tiempo, se da en un contexto que podríamos denominar como “la tormenta perfecta” para la profesión jurídica en México y en el ámbito regional: cambios geopolíticos sin precedentes en los pasados 80 años, incertidumbre comercial y arancelaria, ataques al Estado de Derecho y, como si fuera poco, la incursión de la inteligencia artificial, que supone un cambio sin precedentes en el ejercicio de la abogacía. Es decir, los logros parecen estar a la misma altura de los desafíos. ¿Cómo pueden las firmas legales, como Pérez-Llorca, posicionarse como un aliado indispensable para las empresas y los clientes en momentos de tanta volatilidad?
J.M.: En México estamos muy acostumbrados a la incertidumbre. No sería la primera 'tormenta perfecta' que hemos encarado. Hace poco, les comentaba a mis hijos que yo crecí en medio de diversos tipos de crisis económicas y políticas. Es una constante, y por eso tenemos un ADN muy propicio para enfrentar las dificultades. Si algo hemos aprendido de estas experiencias es que todo desafío implica también una oportunidad.
En la firma somos apolíticos, por supuesto, pero es claro que la situación con Estados Unidos hoy representa un desafío enorme. Es una situación que cambia permanentemente: nos encontramos ante un moving target. Sin embargo, vemos muchas oportunidades. México pertenece, junto con Estados Unidos y Canadá, al bloque comercial más importante del mundo, y tenemos un tratado de libre comercio, el T-MEC, que sigue vigente. México, además, sigue colaborando permanentemente con Estados Unidos y, por eso, se ha logrado hasta el momento prorrogar los aranceles previstos por el gobierno de Donald Trump.
Hay muchas cosas que Estados Unidos pide que son muy sensatas: nos conviene también a los mexicanos cumplir con temas migratorios, de tráfico de drogas y de seguridad en la frontera.
Con independencia de lo anterior, México tiene acuerdos de libre comercio y de promoción y protección recíproca de inversión con muchos países en el mundo. Prácticamente es el país que más acuerdos comerciales tiene en el mundo. Ha construido puentes muy sólidos con la Unión Europea y con la región de Asia Pacífico. Los huevos no están solo en la canasta de Estados Unidos, aunque seguimos siendo el socio comercial más importante de Estados Unidos, más que Canadá, más que China. Estoy seguro de que lo seguiremos siendo, porque es algo que nos conviene a ambos países.
México ofrece muchas ventajas, que siguen vigentes, como su geolocalización, que puede ser una plataforma de inversión para otros países. Muchos inversores de países europeos o asiáticos están en México porque es el puente ideal para invertir en Latinoamérica. Por ejemplo, creemos que la relación comercial de México con Brasil va a crecer mucho, dado que son las dos economías más relevantes de la región. Y por eso los clientes de Pérez-Llorca se van a beneficiar del gran valor que el despacho ofrece en México, Europa y otras latitudes.
I.D.: En efecto, nuestra integración es justo la mejor forma de afrontar esta “tormenta perfecta” que se ha mencionado. Es la mejor forma de asesorar a nuestros clientes en este tipo de situaciones, porque cuando estás en varios mercados tienes más información de lo que va a suceder. Seguimos creyendo que México es un país de enorme potencial, más allá de ciclos económicos específicos.
Con respecto a la adaptación tecnológica, te puedo decir que la firma ya lleva mucho tiempo realizando importantes inversiones de tiempo y dinero en innovación. Fuimos la primera firma española que implementó una herramienta de inteligencia artificial generativa de segunda generación para el ámbito legal con muy buenos resultados: Legora (antes Leya). Por supuesto, la integración de nuestras firmas implicó la integración de nuestras herramientas con la operación en México. La inteligencia artificial es uno de nuestros principales drivers, y estamos atentos a todas las innovaciones que se va incorporando al mercado. La mejor forma de asumir los nuevos desafíos es la de ser pioneros.
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Otro de los grandes desafíos de la profesión legal es la atracción y retención del mejor talento. ¿Qué estrategias específicas está implementando Pérez-Llorca para atraer y retener al mejor talento legal cuando las expectativas de las nuevas generaciones parecen, en algunos aspectos, contradecir la tradición del ejercicio de la abogacía en firmas de primer nivel?
I.D.: Llevo 26 años en la firma, y desde siempre hemos dedicado nuestro máximo esfuerzo tanto a la atracción como a la retención del talento. Es una ecuación simple: sin el mejor talento, no podemos ser la mejor firma. Esta es una convicción fundamental en nuestra cultura organizacional.
Existe un debate sobre qué viene primero: si el buen talento atrae a los clientes o si son los clientes quienes atraen al talento. Mi perspectiva es que ambos elementos se retroalimentan. Sin embargo, tengo clarísimo que, sin un talento excelente, es imposible prestar un servicio superior y construir una firma exitosa a largo plazo.
Hoy es complejo hablar de elementos verdaderamente diferenciadores en el mercado legal, ya que todos los grandes despachos ofrecemos propuestas de valor similares. Sin embargo, nuestro enfoque integra varios pilares:
El primero, una retribución competitiva. Ofrecemos una compensación atractiva. Claramente necesaria, aunque no es el factor más importante. Nos aseguramos de pagar acorde al top of the market.
El segundo, una formación extraordinaria. Para mí, más importante que la retribución es la formación que proporcionamos a nuestros profesionales desde el primer día. Hemos evolucionado desde nuestro premiado Programa Teseo hacia lo que hoy llamamos Pérez-Llorca Academy, que ofrece una formación más global e integral.
Este programa combina:
- Formación interna especializada
- Formación externa mediante alianzas con diferentes instituciones como el IE Law School o Harvard Law School Executive Education.
- Oportunidades internacionales en nuestras oficinas y en firmas colaboradoras
- Pasantías en jurisdicciones donde no practicamos derecho local, como Nueva York
- Capacitación en herramientas de inteligencia artificial
El tercero, las oportunidades de desarrollo profesional. Facilitamos un camino claro hacia el crecimiento profesional, no solo en términos de llegar a la sociatura, sino en construir una carrera satisfactoria y exitosa.
El cuarto, la cultura y el entorno de trabajo. Este es, para mí, nuestro elemento más diferenciador: un entorno amable, afable, colaborativo y de compañerismo donde las personas se sienten en casa. Esta cultura existe en todas nuestras oficinas y ha sido clave para el éxito de nuestra integración en México.
Nos enorgullece decir que en Pérez-Llorca ponemos a las personas por delante de cualquier otra consideración, incluso en situaciones comprometidas con clientes si fuera necesario. Por supuesto, sin dejar de proporcionar el servicio que el cliente merece, pero siempre priorizando el bienestar de nuestro equipo. Este compromiso con las personas ha sido determinante para construir la firma que somos hoy y atraer a los profesionales que han elegido desarrollar su carrera con nosotros.
J.M.: Quisiera complementar desde la perspectiva de lo que era González Calvillo, que ahora es Pérez-Llorca México: lo que mencionó Iván representa otra razón más de compatibilidad y empatía entre ambas firmas. Mi trayectoria profesional abarca 34 años en la firma, prácticamente desde su fundación, habiendo ingresado como pasante. Se ha mencionado que las nuevas generaciones quizás no comparten la misma filosofía que se tenía hace años, pero lo que estamos observando, al menos en México, es justamente lo contrario: un regreso a esa filosofía tradicional.
González Calvillo siempre se caracterizó por un ambiente muy familiar, similar al que Iván describe en Pérez-Llorca España. Históricamente, esto generó un gran interés de las generaciones jóvenes por incorporarse a nuestra firma. Lo que estamos viendo tras la integración es un interés aún mayor. Recientemente participamos en ferias de trabajo en universidades, y el entusiasmo de los jóvenes por acercarse y tener la oportunidad de colaborar en Pérez-Llorca México ha sido extraordinario.
Existe un interés genuino, a pesar de que conocen las exigencias en cuanto a capacidades, aptitudes y actitudes que esperamos. Como bien señalaba Iván, somos una empresa de servicios, pero fundamentalmente somos una entidad de personas, y para nosotros eso es esencial.
La calidad es fundamental, como lo hemos reiterado en esta conversación. Pérez-Llorca Academy ya es una realidad de la que yo mismo soy partícipe e imparto algunas sesiones. Hemos implementado la Cátedra Pérez-Llorca en un par de universidades de primer nivel en México, donde también participo como profesor. Somos extremadamente cuidadosos en el proceso de reclutamiento.
Puedo asegurar que hoy, tras la integración, se ha reafirmado con creces que trabajar en Pérez-Llorca México es aspiracional, al igual que lo es en Pérez-Llorca en España.
¿Por qué? Los jóvenes valoran las oportunidades de carrera profesional que ofrece la firma, el perfil de los clientes que atendemos, el acceso a asuntos de primer nivel con una diversidad increíble y el ambiente familiar en el que se crean relaciones muy profundas y, en muchos casos, amistades muy sólidas
Actualmente soy mentor de una abogada en la oficina de Madrid. Ya había participado como mentor en programas externos, pero no puedo estar más satisfecho con nuestro programa interno, para cuya adaptabilidad contamos con un tercero que nos asesora en todo el proceso. Es un compromiso de casi un año, con diversas sesiones con quienes reciben mentoría. Este proceso nos acerca significativamente a las generaciones más jóvenes. Aunque no me considero un veterano, ya no soy un muchacho, y a mí personalmente me enriquece enormemente estar cerca de las nuevas generaciones. De ahí mi participación en la mentoría, en las universidades y en otras actividades.
Existe un consenso en que las máquinas no reemplazarán completamente al abogado. El componente humano —el criterio jurídico, la empatía con el cliente, la negociación y la estrategia— seguirá siendo irreemplazable. Sin embargo, una parte sustancial del trabajo que han venido realizando los abogados más jóvenes —investigación jurídica, análisis de precedentes, due diligence, revisión documental y otras tareas analíticas— está siendo progresivamente automatizado por herramientas de inteligencia artificial, que ejecutan estas tareas con mayor velocidad, menor costo y, en algunos casos, mayor precisión. En este contexto, ¿prevén que las firmas, como Pérez-Llorca, continuarán creciendo y ofreciendo servicios de mayor calidad, pero con una estructura organizacional diferente que requiera menos abogados junior? ¿Cómo visualizan la pirámide organizacional de la firma en los próximos cinco a diez años, considerando el impacto de la automatización en las tareas tradicionalmente asignadas a los asociados más jóvenes?
I.D.: Nuestra aspiración no es crecer con menos abogados. Al contrario, si algo nos apasiona en la firma, a mí particularmente y sé que a Jorge también, es contratar talento, ver cómo se desarrollan profesionalmente y, finalmente, que estos profesionales entren a formar parte de la sociatura del despacho. Me produce una enorme satisfacción cuando un asociado que conocí cuando se incorporó a la firma termina convirtiéndose en socio y compartes con esa persona una nueva etapa profesional.
Dicho esto, estamos observando cambios significativos, especialmente en los últimos dos años, con un impacto muy notable. Hay tareas a las que anteriormente dedicábamos mucho tiempo y que ya no se realizan. Por ejemplo, las traducciones: yo he pasado horas y horas haciendo traducciones, y ahora prácticamente ya nadie dedica tiempo a esa tarea.
Lo cierto es que prevemos que los abogados junior dejen de realizar determinadas tareas para dedicarse a otras más técnicas y estratégicas. Por lo tanto, el nivel de exigencia al que se enfrentan es mayor, pero esto les permitirá crecer y desarrollar sus carreras de manera más rápida.
Sin embargo, nuestra aspiración no es reducir el número de profesionales. La integración con González Calvillo nos permite seguir contratando talento como firma global y seguir ofreciendo oportunidades de carrera, no solo en México —que por supuesto es un mercado en crecimiento— sino también para abogados que están en España o Portugal y que quieren desarrollar una carrera internacional.
De hecho, ya tenemos varios asociados españoles trabajando en nuestra oficina de México, vamos a tener un grupo de abogados mexicanos trabajando en Nueva York y previsiblemente también tendremos abogados mexicanos desarrollando su carrera en España. Esta movilidad internacional forma parte esencial de nuestra estrategia para continuar atrayendo y reteniendo el mejor talento, incluso en un entorno de creciente digitalización.
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J.M.: La tecnología es esencial y fundamental en nuestro día a día. Es una herramienta importantísima de la que nos valemos constantemente en nuestra práctica profesional. Sin embargo, no sustituye al ser humano, especialmente en una profesión tan humanista como la abogacía, donde el trato con el cliente nunca podrá ser reemplazado por una herramienta tecnológica.
Más allá de consideraciones de eficiencia, tenemos una responsabilidad social, tanto para con nuestra gente como con las nuevas generaciones. Queremos seguir formando y desarrollando equipos y personas porque el ser humano seguirá existiendo y continuará siendo necesario. Por ello, mantenemos un firme compromiso con seguir trabajando intensamente en este aspecto.
Efectivamente, prevemos un crecimiento controlado, abordado de manera prudente, cautelosa y altamente profesional. Sin embargo, continuaremos desarrollando y capacitando talento, no solo por responsabilidad social sino porque ellos son quienes nos sucederán a los que estamos hoy al frente de la organización.
Lo que realmente está destinado a desaparecer es lo que en México conocemos como 'la talacha': el trabajo mecánico, repetitivo y de menor valor añadido. Como consecuencia, tendremos menos 'talacheros' y más profesionales estratégicos, capaces de aportar un valor diferencial en los aspectos que la tecnología no puede cubrir. Esta evolución nos permite desarrollar abogados con un perfil más analítico y estratégico desde etapas más tempranas de su carrera, lo que beneficia tanto a los profesionales como a los clientes y a la firma en su conjunto.
Considerando finalmente el auspicioso proceso de integración que han llevado a cabo con González Calvillo en México, ¿cómo visualizan a Pérez-Llorca en cinco años, particularmente en el ámbito latinoamericano? ¿Cuál es su visión estratégica para la firma en este horizonte temporal?
I.D.: Es difícil saber dónde vamos a estar en cinco años. Lo que sí es seguro es que nuestro proyecto en México es ambicioso: aspiramos a ser el líder o, al menos, estar entre las dos o tres firmas líderes del mercado. Creemos que el sector legal mexicano, actualmente muy atomizado, experimentará un proceso de concentración. Ya estamos observando diversas integraciones, como las de boutiques especializadas en litigio o arbitraje. No sé si nuestra operación ha catalizado este tipo de movimientos, no me corresponde a mí afirmarlo, pero sin duda pensamos que esta tendencia de consolidación continuará.
Nuestro proyecto es tan ambicioso que el foco está ahora mismo en México. Tenemos una ilusión tremenda por hacer crecer la firma, no solo en dimensión, sino principalmente en calidad, en prácticas líderes y en profesionales con el máximo talento, manteniendo siempre la cultura que caracteriza a Pérez-Llorca y que ha sido fundamental en nuestra trayectoria.
Es importante destacar que todo lo que esperamos lograr en los próximos cinco años será posible gracias a un equipo extraordinario de profesionales, no solo de abogados sino también de profesionales de áreas no jurídicas: recursos humanos, marketing, comunicación, desarrollo de negocio, tecnología, finanzas e inteligencia artificial, entre otras.
El crecimiento y desarrollo del proyecto de México avanzará tan rápido como sea posible, pero aún tenemos mucho por hacer. Afortunadamente, esto representa un reto diario estimulante: seguir trabajando en la integración, en el crecimiento y en el desarrollo de la oficina en México. Por el momento, nuestro foco principal está aquí, en consolidar esta operación estratégica que representa nuestra entrada a Latinoamérica.
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